Aumentar la funcionalidad y la bienestar psicológico si es posible, gracias al autocontrol de conductas que resultan perjudiciales.

Por: Neighbors’ Consejo|

Vivir en sociedad requiere de ciertas normas mínimas de convivencia, donde cuenta principalmente el respeto por los demás y el control de conductas que puedan afectar el bienestar propio y de la comunidad. Sin embargo, es importante reconocer que controlar el comportamiento de los seres humanos, requiere en gran parte de la voluntad de sí mismo. 

Si bien, no resulta difícil encontrar personas que controlan mejor su comportamiento que otras, esto deriva de la capacidad que tiene el individuo para moderar sus respuestas ante el entorno, conforme las necesidades y demandas del ambiente, para así modificar su conducta. Esta capacidad es conocida como autocontrol, la cual fue definida por primera vez en 1973, por la Asociación Americana de Psicología,como “la habilidad para reprimir o la práctica de represión de reacciones impulsivas de un comportamiento, deseos o emociones”. (Citado en Fernandes, et al., 2010)

En el mismo sentido, Montgomery Urda, (2008) propone que, “los individuos aprenden a ejercer su voluntad y por lo tanto a autodirigirse con diversos grados de eficiencia y efectividad, y si se necesita se pueden incrementar esos niveles” (p. 217). Así entonces, se puede comprender que el autocontrol resulta de la gestión de las conductas, pensamientos y emociones, las cuales están relacionadas con la actividad diaria y la ética, donde el individuo se compromete con su propio control y consigue un conocimiento de sí mismo.

En pocas palabras, el individuo consigue dominar sus pensamientos y moldear su comportamiento para así conseguir resultados más adecuados. El autocontrol, según Skinner (1971), se puede entender como una conducta que opera sobre otra conducta del mismo individuo y que se consigue en función de las respuestas de la propia conducta, puesto que, tal como lo plantea el autor, el individuo consigue controlar sus conductas, si sus consecuencias resultan conflictivas; es decir, que conduce a un refuerzo negativo y positivo al mismo tiempo. Desde esta perspectiva, el individuo sí puede disminuir la probabilidad de aparición del comportamiento aversivo, a través de la emisión de una conducta que controle dicho comportamiento, que es la que se denomina autocontrol.

Partiendo de lo anterior, podría pensarse en el autocontrol como una decisión consciente y voluntaria mediante la cual el individuo regula sus respuestas, para sostener un comportamiento más adaptativo al ambiente y, cuya decisión requiere previamente de un proceso de pensamiento, reflexión, valoración y motivación. Lo que en palabras de William Montgomery (2008) en base a Rezk (1976), va más allá de la conducta que describe, analiza y opera sobre otra conducta del mismo individuo.

En relación a esto, se ha mencionado algunos términos que pueden caracterizar la complejidad del proceso del autocontrol. Por ejemplo, el automanejo y la autorregulación, donde el primero es una respuesta que modifica otra con respecto a la frecuencia; y, la autorregulación, por su parte, requiere de un patrón de comportamiento de tres fases: automanejo, autoevaluación y autorrefuerzo, en pro del logro de objetivos y metas. (Cautela & Mahoney Citados en Montgomery, 2008)

De acuerdo con Frederic Skinner en su obra “Ciencia y conducta humana” de 1971, algunas técnicas en las que se puede clasificar el autocontrol son:

  1. Limitación física y ayuda física: Control de la conducta a través de respuesta física que controla e impone un cierto grado de limitación a la conducta que se desea controlar. Por ejemplo: llevarse la mano a la boca para ocultar la tos o guardar las manos en los bolsillos para evitar comerse las uñas.
  2. Cambio de estímulo: Uso de un estímulo diferente para provocar la respuesta deseada.
  3. Privación y saciedad: Saciar o privar de una conducta, como medida de control. Es decir, se propician condiciones previas para incentivar o extinguir la conducta. Por ejemplo, si te han invitado a cenar, no comer nada antes de asistir a un banquete, para tener más hambre durante la celebración, o al contrario, tomar demasiada agua antes de la cena para no tener mucha hambre y controlar la ingesta de alimento.
  4. Manipulación de circunstancias emotivas: Inducir cambios en el estado de ánimo propio con fines de control, por ejemplo, en una situación que suele suscitar una reacción agresiva o impulsiva, el individuo opta respirar profundo y contar hasta diez para intentar calmarse y cambiar la respuesta por una más tranquila.
  5. Utilización de estímulos aversivos: Estimulación aversiva que nos induzca a mantener una decisión. Por ejemplo: Si le cuesta levantarse en la mañana, puede usar una alarma despertadora, que resulta aversiva y logra escapar de ella, a través de una nueva conducta, levantándose. 
  6. Drogas: Mediante el uso de anestésicos, analgésicos y soporíferos, se reducen los estímulos dolorosos o perturbadores que, de otra forma, no podrían ser alterados fácilmente.
  7. Condicionamiento operante: Autorreforzamiento o autoextinción, pues una  respuesta que controla provoca también la ausencia de la consecuencia.
  8. Castigo: Por ejemplo, el autoflagelo, que resulta como una estimulación aversiva respecto a una respuesta indeseable dada. 

De forma general, se puede percibir que el autocontrol se activa ante un conflicto entre diferentes variables, ambiente, pensamientos, emociones, deseos, creencias, etc., a partir del cual el individuo se percata de la necesidad de generar un cambio en la conducta, que no es igual a reprimirla, por lo que el sujeto evalúa las posibilidades que tiene, toma una decisión y da inicio al proceso de cambio del comportamiento. Sea cual sea el método de autocontrol que la persona tome, lo importante es que interiorice las pautas que van a regular la conducta, tal como se lleva a cabo el proceso de aprendizaje de cualquier otro comportamiento.

En relación a esto, Brenlla y Germano (2022) citando a Barkley (1997) establecen que:

La inhibición de una respuesta conductual está determinada por la interiorización del lenguaje y por las funciones ejecutivas que permiten al individuo referirse hacia adelante y hacia atrás en el tiempo, con el fin de recordar los resultados en situaciones anteriores y considerar los comportamientos y sus consecuencias asociadas en el futuro.

Cabe aclarar que, el autocontrol es una habilidad que se desarrolla con el tiempo, tal como lo muestra el estudio realizado por Brenlla y Germano (2022), donde se establece que a medida que aumenta la edad, también aumenta el nivel de autocontrol en el individuo. Pero, si la persona no logra desarrollarla, resulta poco probable que el individuo logre contener sus respuestas impulsivas aunque sus comportamientos tengan tendencia a la agresividad y a los conflictos. En efecto, Morán, et al., (2016) plantea que la falta de autocontrol se caracteriza por la reacción impulsiva ante las situaciones, sin haber contemplado sus consecuencias.

De hecho, la ausencia de autocontrol se ha relacionado con el desarrollo de adicciones (Kruedelbach et al., 2006), con la tendencia a las dinámicas agresivas y conflictivas en las relaciones interpersonales (Mestre et al., 2009), con los patrones de conducta autodestructivos (Otazu & Torres, 2014), con dificultades de aprendizaje y rendimiento escolar (Fernandes et al., 2010), además el bajo nivel de autocontrol se relaciona con mayor orientación hacia el presente fatalista, pasado negativo y presente hedonista, lo que a su vez se asocia a conductas riesgosas y nocivas para la salud (Brenlla & Germano, 2022).

Ahora bien, con respecto a los beneficios que representa el autocontrol para el individuo, el portal Psonríe, plantea que establecer límites a los impulsos, ayuda a preservar el bienestar, que sus principales beneficios son:

  1. Coherencia en la comunicación: Ya que el autocontrol ayuda al individuo a expresarse desde la asertividad, lo que permite expresar claramente emociones, sentimientos y deseos, en vez de dejarse llevar por los impulsos.
  2. Claridad mental: Los estados de intensa y extrema emocionalidad nublan la mente, por el contrario, el autocontrol reduce la afectación de las capacidades cognitivas.
  3. Actuar con justicia: El autocontrol evita que las personas caigan en actitudes injustos que posteriormente provocan sentimiento de culpa y arrepentimiento.
  4. Menor : No controlarse le convierte en una persona vulnerable, fácilmente puede ser manipulado por otros, por eso, reconocer y aceptar las emociones y  sentimientos muestra mayores signos de fortaleza, siendo que es el individuo quien toma el control de la situación.
  5. Mejora las relaciones: Poner en práctica la habilidad del autocontrol, evita la conducta impulsiva, permite actuar de una forma más asertiva al relacionarse con otros.
  6. Aumento de la autoestima: Autocontrolarse, es una manera de amarse a sí mismo, lo que no permite actuar de forma  irracional, ni tampoco irrespetar a los demás.
  7. Mejores decisiones: El autocontrol es indispensable a la hora de tomar decisiones de forma clara y serena, ya que permite ver con claridad el contexto.

En conclusión, actuar de forma precipitada, sin pensar en las consecuencias que los comportamientos traen a la vida, es una manera muy primaria de responder ante las circunstancias, puesto que el individuo no es capaz de resistirse ante el impulso o el deseo, siempre va buscando la gratificación inmediata. Sin embargo, si existe una forma más efectiva de actuar que surge de la habilidad conocida como autocontrol, esta le permite dominar los deseos, las emociones, los pensamientos, las conductas, etc., tomar decisiones más asertivas, y ser capaces de conseguir metas y objetivos.

Por eso recuerde que, si usted considera que le falta autocontrol y eso está influyendo en su día a día, Neighbors Consejo le brinda una mano para que logre poner fin a esta situación. Así que póngase en contacto y trabajemos juntos para mejorar su bienestar.

Referencias:

Brenlla, M. E. v., & Germano, G. (2022). Influencia de la Perspectiva Temporal y la Edad sobre el Autocontrol: Un Estudio en Jóvenes y Adultos de Buenos Aires. Psykhe, 31(2). Recuperado de: https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-22282022000200105&lang=es

Fernandes, F., Marín Rueda, F. J., & Urquijo, S. (2010). Relación entre los constructos autocontrol y autoconcepto en niños y jóvenes. Periódicos Eletrônicos em Psicologia. Recuperado de: http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-48272010000200011&lng=pt&nrm=iso&tlng=es

Kruedelbach, N., Walker, H. I., Chapman, H. A., Haro, G., Mateu, C., & Leal, C. (2006). Comorbilidad de trastornos con pérdida del control de impulsos: ludopatía, adicciones y trastornos de la personalidad. Actas españolas de Psiquiatría, 34(2). Recuperado de: https://www.researchgate.net/profile/Gonzalo-Haro/publication/7225766_Comorbidity_on_disorders_with_loss_of_impulse-control_Pathological_gambling_addictions_and_personality_disorders/links/5d7795754585151ee4ab4b0b/Comorbidity-on-disorders-with-loss-of-impulse-control-Pathological-gambling-addictions-and-personality-disorders.pdf

Mestre, M., Tur, A., & Samper, P. (2009). La agresividad en la adolescencia: Variables y contextos implicados. Calidad De Vida Y Salud, 2(1), pp. 49 – 63. Recuperado de: http://revistacdvs.uflo.edu.ar/index.php/CdVUFLO/article/view/9/8

Montgomery, W. (2008). Teoría, investigación y aplicaciones clínicas del autocontrol. Revista IIPSI Facultad de Psicología, 11(2), 215-225. Retrieved Mayo 24, 2023, Recuperado de: https://pdfs.semanticscholar.org/db63/b05150aaa3ca08301889ed9731d7f20bbe2f.pdf

Morán, C., Carmona, J., & Fínez, J. (2016). Tipos de personalidad, agresión y conducta antisocial en adolescentes. Psychology, Society, &Education, 8(1), 65-80. Recuperado de: https://ojs.ual.es/ojs/index.php/psye/article/view/548/525

Otazu, A., & Torres, L., (2014). Impulsividad disfuncional y conductas autodestructivas en estudiantes universitarios. Universidad Católica De Santa María. Recuperado de: https://repositorio.ucsm.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12920/4747/76.0237.PS.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Psonríe. (s. f.). ¿Qué es el autocontrol y para qué sirve?. Recuperado de: https://www.psonrie.com/noticias-psicologia/que-es-el-autocontrol-y-para-que-sirve

Rezk, M. (1976). Auto-control: nociones básicas e investigación fundamental. Revista Latinoamericana de Psicología, 8(3), 389-397. Redalyc. Retrieved Mayo 25, 2023, Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/805/80580303.pdf

Skinner, B.F. (1971). CIENCIA Y CONDUCTA HUMANA. Fontanella. https://lasagradabiblia.org/wp-content/uploads/2022/07/Ciencias-y-Conducta-Humana-B-F-Skinner.pdf

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