Reaccionar ante la frustración, requiere de inteligencia emocional para evitar que la respuesta escale a la agresividad.

Por: Neighbors’ Consejo|

Todos los seres humanos establecen expectativas para su vida, metas, sueños, objetivos, etc., a partir de los cuales dirigen su comportamiento, pero sí algo no sale según lo planeado, a pesar de sus esfuerzos por conseguirlo, la persona puede sentir que ha perdido el tiempo y, por tanto, sentirse frustrado.

En primer lugar, es necesario definir la frustración, según Amsel (1992) este es un estado temporal que resulta cuando una respuesta no es reforzada o recompensada en relación a la expectativa de recompensa. Para este autor, se produce un contraste negativo por el efecto devaluativo que se da en la calidad o cantidad de un reforzador que ha sido previamente aprendido. En pocas palabras, es la reacción del ser humano al enfrentar una situación donde se disminuye u omite una recompensa por una acción antes aprendida, por ejemplo: Cuando el niño hace una tarea y esta acción es reforzada por el profesor, pero de adulto no logra realizar un proyecto que le dará reconocimiento, la persona experimenta un sentimiento de frustración.

Así entonces, es claro que la frustración es una reacción que se experimenta por un conflicto emocional al no satisfacer una necesidad, no conseguir algo o demorarse en conseguirlo y, de lo cual se tenía la expectativa de que fuera a resultar positivo. En palabras de Amsel (1992) el ser humano desde su experiencia y aprendizaje anticipa recompensas, que al no ser recibidas provocan emociones que pueden ser percibidas como negativa o aversiva, pero realmente resulta ser una respuesta normal y básica del organismo.

A cerca de la causa de esta reacción emocional, Suzanne Kane (2019) plantea que, existen fuentes internas y externas de donde se origina la frustración. Dentro de las internas: se encuentra la pérdida de confianza en sí mismo, la baja autoestima o el miedo a determinadas situaciones sociales, así como el autocontrol y la falta de estrategias de afrontamiento. En el caso de las fuentes externas, estas corresponden a todo lo relacionado con el entorno, por ejemplo: Las personas, los lugares y las cosas que son percibidas como un obstáculo para conseguir lo que se desea.

En efecto, resulta casi imposible escapar de esta reacción emocional, como en el caso de estar atascado en el tráfico y no poder llegar a tiempo al trabajo o a la escuela, desear asistir a un evento y no encontrar boletos, etc. Por ello, tal como lo mencionó Teijón (2020) citando a Durkheim ([1897]1998), los seres humanos, son insaciables en sus ambiciones, puesto que cada vez que satisface una necesidad, está solamente les lleva a desear nuevas cosas. Esto sin duda lleva al individuo a sentirse en conflicto de forma permanente y a responder ante esa insatisfacción.

Estás respuestas se pueden dar de diversas formas, conforme a Lang et al., pueden varían en tres sistemas de reacción: a) lenguaje expresivo y evaluativo, como, por ejemplo, las expresiones faciales y los autoinformes; b) cambios fisiológicos mediados por sistemas somáticos, autonómicos y neurales, como lo son: los cambios en la respuesta electrodermal (eléctrica de la piel), en la tasa cardiaca; y, c) secuencias conductuales, tales como patrones de evitación o rendimientos empobrecidos. (1990 Citado en Kamenetzky et al., 2009).

Así mismo, en el análisis realizado por Elisabeth Mustaca, con base a Abram Amsel (1958) gran parte de las teorías sobre la frustración encuentran que esta reacción desarrolla respuestas conductuales, emocionales, psicofisiológicas, similares a las emitidas a partir de estímulos aversivos o su anticipación, por tanto, podría considerarse un tipo de estrés o dolor psicológico. Otros autores como Gray (1987) confirman la semejanza entre miedo y frustración, ya que activan los mismos mecanismos neurales y la respuesta de lucha o huida. (1987 Citado en Kamenetzky et al., 2009)

De igual modo, el Órgano Informativo de la Universidad Nacional Autónoma de México (GACETA, 2022) explica que, inicialmente cuando la persona se siente incapaz de satisfacer sus necesidades, suele experimentar sentimientos de incertidumbre e inseguridad, que al no ser manejados adecuadamente producen frustración, y si esta reacción no es tolerada puede avanzar hacia la ira, la depresión, la pérdida de confianza en sí mismo, la agresión y hasta la violencia. De alguna manera, esto muestra la importancia de la aprender a aceptar y gestionar las emociones, ya que de no hacerlo la frustración puede afectar diversos aspectos de la vida que se reflejan en conductas como (Ballenilla, 2021):

  • Abandona la tarea, no persiste.
  • Falta de foco
  • Impaciencia e impulsividad.
  • Búsqueda de refuerzo o gratificación inmediata.
  • Demandan de forma exigente.
  • Poca flexibilidad, tienen un pensamiento polar o radical.
  • Intolerancia al error o al fracaso.
  • Intolerancia al proceso natural de aprendizaje.
  • “Procrastinación» (postergar, aplazar)
  • Dificultad para adaptarse a los cambios.
  • Dificultad en la toma de decisiones.
  • Conductas evitativas, como, por ejemplo: exceso de ejercicio, exceso de ingesta, abuso de sustancias, evasión de la realidad, etc.
  • Ansiedad.
  • Inseguridad.
  • Agresividad: reaccionan de forma agresiva o con rabietas cuando sienten frustración.

Este último comportamiento (agresividad), es quizás el que más estudiado en relación a las respuestas de la frustración, pues, puede darse el caso, que el estado emocional del frustrado siga aumentando hasta convertirse en un comportamiento violento. Ya lo había considerado Sigmund Freud, cuando explicó que la frustración puede llevar al individuo a utilizar todas sus energías activando mecanismos agresivos para alcanzar la satisfacción, independientemente de las normas sociales, o a través de mecanismos de regresión para buscar retirar la energía frustrada de los objetos reales. (Citado en Galimberti, 2002)

Bueno, es que, que la conducta sea motivada por los estados emocionales no es nada extraordinario, desde hace muchos años se ha identificado esta correlación y se siguen adelantando investigaciones sobre el impacto que la frustración puede tener sobre el comportamiento delictivo, con relación a esto Robert Merton, sostiene que “los comportamientos antisociales tienden a aparecer cuando no existe concordancia entre los objetivos que persiguen los individuos y los medios con que cuentan para alcanzarlos”. (1938 Citado en Teijón & Sillero, 2018)

Es evidente entonces, reconocer la importancia que representa aprender a gestionar las emociones, si bien, como se mencionó en un comienzo la frustración es una respuesta natural ante la negativa de conseguir algo, esta reacción es valorada en el grado en que el individuo toleré su realidad cuando le resulta diferente a las demandas de sus necesidades, esto se conoce como tolerancia a la frustración. 

Acerca de esto, Maxdeo Mei (2019) con base en Ventura et al., (2018) indica que la tolerancia a la frustración es la habilidad o capacidad para soportar y demorar la reacción de la frustración, ya sea violenta o impulsiva ante situaciones difíciles, hostiles o estresantes, además, explica que la intolerancia a la frustración puede resultar un factor desencadenante para el desarrollo de numerosos problemas emocionales como son el estrés, la ansiedad, los problemas de socialización con los pares y/o el respeto a la autoridad, entre otros. 

Así, por ejemplo, algunas características que identifican a las personas con baja tolerancia a la frustración, según el portal de psicología “Psonríe”, incluyen:

  1. Son más intranquilos, impulsivos y estrictos.
  2. No pueden controlar sus emociones.
  3. Son radicales en su forma de pensar, no existen para ellos puntos medios.
  1. Tienen poca capacidad de negociación, adaptación y flexibilidad.
  2. Tienden a desarrollar fácilmente depresión o ansiedad.
  3. No tienen capacidad de espera ya que necesitan satisfacer sus necesidades de forma inmediata, de no suceder, reaccionan explosivamente con cambios peligrosos en su estado emocional (tristeza, ira, desesperación).
  4. Ante cualquier adversidad u obstáculo se desmotivan rápida y fácilmente.
  5. Asumen que son el centro de atención y creen que deben recibir todo lo que necesitan.
  6. Son chantajistas emocionales si no se hace lo que desean.

Evidentemente, la frustración es una reacción transitoria y sí se pueden cambiar las respuestas negativas desarrolladas a partir de esta. Si bien, juega un papel muy importante variables como la neurobiología, la personalidad, los estilos de afrontamiento, la situación, el entorno, la subjetividad, etc., está en manos de cada individuo identificar de qué forma reacciona cuando se siente frustrado y de qué manera esto le afecta su vida diaria, para así buscar acompañamiento profesional que le brinde herramientas para la gestión de las emociones.

Cuando se habla de la gestión de las emociones, toma importancia la educación emocional que se tenga desde la infancia y durante toda la vida, es que aprender sobre las emociones y desarrollar habilidades sobre estas, le permiten a la persona afrontar de una mejor manera las diferentes circunstancias de la vida, con el objetivo de mejorar el bienestar emocional y por ende la salud mental. A continuación, se encuentran cuatro pasos útiles para el manejo emocional, pero recuerda que si las emociones sobrepasan la capacidad de afrontamiento es necesario buscar ayuda profesional. (Filella, G., 2016)

1.      Percibir, reconocer, aceptar la emoción.

2.      Parar, respirar hondo y actuar. 

3.      Establecer opciones de cómo regular las emociones: Conócete, reconoce los errores, pide ayuda, cambia los pensamientos, practica el autocuidado, etc.

4. Expresa tus sentimientos de forma asertiva. (Si desea ampliar la información visite http://hdl.handle.net/10459.1/47639)

Finalmente, como se mencionó anteriormente, los seres humanos son muy ambiciosos en sus ideas, metas, expectativas, etc., y enfrentarse en la cotidianidad a la frustración le pone a prueba sus capacidades de afrontamiento así que acá, toma nota de algunos consejos:

  • No buscar la perfección (ésta no existe).
  • Promover la autoestima saludable.
  • Evitar presiones excesivas.
  • Ser positivo con sigo mismos y con quienes están a nuestro alrededor.
  • Reconocer los errores, para avanzar y afrontar mejor todo lo que se presente.
  • Tener planes extra en la vida.
  • No pensar que todo tiene que salir bien en el primer intento.
  • Cuestionarse sobre sí, lo que se hace ¿Está acorde con el objetivo planeado?
  • Identificar si se está actuando en pro de la emoción o las expectativas o en cambio en beneficio de las metas.
  • Fortalecer las habilidades de tolerancia a la frustración.

Referencias:

Amsel, A. (1992). Frustration theory. Cambridge, UK: Cambridge University Press. Appleton. Traducción al castellano en Madrid: Alianza, 1984.

Ballenilla, C. (Marzo 5, 2018). ¿Qué es la frustración? 7 Métodos psicológicos para superarla. MundoPsicologos. Recuperado de: https://www.mundopsicologos.com/articulos/el-como-gestionas-la-frustracion-determina-tu-nivel-de-maduracion-emocional

Filella Guiu, Gemma. (2016) . Proceso de regulación emocional. Recuperado de: http://hdl.handle.net/10459.1/47639.

Galimberti, U. (2002). Diccionario de Psicología. 2002. México: Siglo XXI Editores. Recuperado de: https://saberespsi.files.wordpress.com/2016/09/galimberti-umberto-diccionario-de-psicologc3ada.pdf

Kamenetzky, G. V., Cuenya, L., Elgier, A. M., López Seal, F., Fosacheca, S., Martin, L., & Mustaca, A. E. (2009). Respuestas de frustración en humanos. Terapia psicológica, 27(2), 191-201. Recuperado de: https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-48082009000200005

Kane, S (2019). Cómo identificar y superar la frustración. Psych Central. Recuperado de: https://psychcentral.com/lib/how-to-identify-and-overcome-frustration#1

Mei, M. (2019). ¡ me rindo, no se puede! Baja tolerancia a la frustración: una revisión sistemática, 2019. Recuperado de: https://repositorio.uss.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12802/6914/Maxdeo%20Mimbela%20Mei%20Elizabeth_.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Mustaca, A. E. (2018). Frustración y conductas sociales. Avances en psicología latinoamericana, 36(1), 65-81. Recuperado de: https://revistas.urosario.edu.co/index.php/apl/article/view/4643/4357

Órgano Informativo de la Universidad Nacional Autónoma de México, GACETA. (Mayo 8, 2022). Trabajemos en la tolerancia a la frustración. Recuperado de: https://www.gaceta.unam.mx/trabajemos-en-la-tolerancia-a-la-frustracion/

Psonríe. (s. f.) ¿Qué es la frustración y cómo te afecta?. Recuperado de: https://www.psonrie.com/noticias-psicologia/que-es-la-frustracion-y-como-afecta#:~:text=es%20la%20frustraci%C3%B3n%3F-,La%20frustraci%C3%B3n%20es%20el%20sentimiento%20que%20se%20produce%20cuando%20una,%2C%20malestar%2C%20ansiedad%20y%20desesperaci%C3%B3n.

Teijón, M. (2020). La Teoría General de la Frustración: una explicación del delito a nivel individual. e-Eguzkilore, (5). Revista Electrónica de Ciencias Criminológicas. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7709039

Teijón, M., & Sillero, M. (2018). Anomia, frustración y desviación. Un test de las teorías clásicas de la frustración a nivel individual. InDret, 3(18), 1-22. Recuperado de: https://indret.com/wp-content/uploads/2019/01/1389.pdf

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