Por lo menos 40 millones de adultos y 5,8 millones de niños estadounidenses padecen de ansiedad.

Por: Neighbors’ Consejo|

“Robert es padre de una familia preciosa, dos hijos de 8 y 15 respectivamente y su esposa con 9 meses de gestación, esperando al que sería su tercer hijo. Un día se encontraba en la oficina trabajando cómodamente, cuando recibió la llamada de su hijo mayor informando que su mamá estaba camino al hospital, pues había iniciado su trabajo de parto. Robert se dispuso inmediatamente a salir de la oficina hacia el hospital, en el camino se quedó atrapado en un atasco del tráfico, por lo que él cree, que no llegará a encontrarse con su esposa, entonces inicia una serie de respuesta: su frecuencia cardiaca aumenta, igual que la presión arterial, piensa que se perderá el nacimiento de su hijo, esto le hace sentirse muy intranquilo, lo que le lleva a experimentar dolores estomacales y sudoración excesiva. Esta sensación es persistente y hace que Robert se sienta muy intranquilo.”

Este podría ser un claro caso de ansiedad, pues el organismo responde de forma física, emocional, cognitiva y comportamentalmente, ante la situación que experimenta el individuo, ya que este se anticipa a un suceso que percibe como trágico o catastrófico (se perderá el nacimiento de su hijo). Pero, ¿Qué es ansiedad?

Según el Diccionario Merriam-Webster, etimológicamente el término ansiedad proviene del latín anxietas que significa «inquietud aprensiva, preocupación, solicitud”, haciendo con ello referencia a: 1. La inquietud aprensiva o nerviosismo generalmente por un mal inminente o anticipado; y 2 La preocupación o interés mentalmente angustioso. Si bien la ansiedad representa una sensación abrumadora para la persona, esta se considera una respuesta normal ante una amenaza.

En este sentido, Pedro Moreno (2011), plantea que “la ansiedad es una emoción normal que cumple una función adaptativa en numerosas situaciones”, pues el autor resalta que se considera normal y deseable que una persona sienta miedo cuando se ve enfrentado a un peligro, pues por una parte esto le permite asegurar su supervivencia y también le permite anticipar y prevenir amenazas mayores.

Es decir que, la ansiedad funciona como una respuesta inmediata y normal del organismo cuando éste enfrenta una situación que le represente algún peligro, pues es casi natural que los seres humanos experimenten este tipo de respuestas. Ya que, como lo indica Chacón et al., esta se considera un mecanismo de defensa fisiológico ante una amenaza, que puede llegar a desencadenar algunas sensaciones desagradables como preocupación, irritabilidad, inquietud, etc., y hasta volverse patológica, cuando se convierte en una respuesta incontrolable y persistente. (2021)

En la misma línea, la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) define la ansiedad como “una emoción caracterizada por sentimientos de tensión, pensamientos angustiantes y cambios físicos como el aumento de la presión arterial”. Cabe aclarar, que la ansiedad como respuesta fisiológica puede darse incluso si no existe una amenaza real, como ante una situación que le provoque estrés a la persona.

A menudo, la ansiedad suele relacionarse con el miedo y el estrés. Si bien todas estas, son respuestas del organismo a situaciones amenazantes y producen síntomas similares, difieren en determinados aspectos, por una parte, el miedo es una perturbación que se manifiesta ante estímulos inmediatamente reconocibles, mientras que la ansiedad está relacionada con la anticipación del individuo a peligros futuros sin fundamento real. (Marks, 1986 Citado en Sierra, et al., 2003)

 Por otra parte, el estrés es la reacción física o mental a una causa externa. (Instituto Nacional de la Salud Mental (NIH), s. f.). Por ejemplo: presentar un examen, tener muchas responsabilidades, padecer una enfermedad, etc. Esta respuesta se desencadena cuando el cerebro interpreta una situación como amenazante y el organismo destina sus energías para hacerle frente, es decir preparándose para reaccionar, luchar, huir, etc., y desaparece una vez se resuelve la situación.

La relación entre estos términos es bastante estrecha, de alguna manera todos son adaptativos para el ser humano y en general se manifiesta mediante cambios físicos, cognitivos y conductuales. Ahora bien, regresando al tema central de este artículo la ansiedad, los síntomas que se presentan durante una respuesta ansiosa durante una situación cotidiana suelen ser leves, de corta duración y llegan a desaparecer si la situación se normaliza, dentro de los cuales se encuentran (Escudero, 2020):

  • Manos o pies fríos.
  • Manos húmedas.
  • Temblor de manos.
  • Dolor de cabeza.
  • Constante fatiga.
  • Problemas estomacales.
  • Problemas de sueño.
  • Sudores.
  • Temblor de voz.
  • Despersonalización.
  • Etc.

Dicho esto, se puede concluir que esta sensación es más normal de lo que se puede imaginar, pues esta forma anticipatoria de responder a estímulos que representen peligro, es lo que le ha garantizado al ser humano su permanencia en la tierra. Sin embargo, puede llegar a ser desproporcionada, duradera y afectar tanto al individuo, hasta empeorar si los síntomas no desaparecen y llegar a convertirse en un trastorno toda vez que:

  • Ocurre en momentos inapropiados
  • Ocurre con frecuencia
  • Es de tal intensidad y duración que interfiere en el desarrollo de la actividad habitual de la persona.

En efecto, la ansiedad es el trastorno mental más común en EE. UU. De acuerdo con las estadísticas recopiladas en el portal de SingleCare (2021), ya que esta afecta a 40 millones de adultos (ADAA, 2020). Siendo más común en mujeres adultas con un 23%, que en los hombres adultos con un 14%. (NIMH, 2017).

Además, según la encuesta realizada por SingleCare en 2020, a 2000 personas, la tasa de ansiedad en los Estados Unidos ha crecido significativamente, pues casi la mitad de los encuestados (47%) manifestaron haber padecido algún grado de ansiedad de forma regular. Pero solo una pequeña proporción de estos (21%) habían sido diagnosticados clínicamente, mientras que un 20% cree tener ansiedad, pero aún no habían sido diagnosticados.  (SingleCare, 2021)

Igualmente, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, 2022), manifiesta que aproximadamente 5,8 millones de niños de 3 a 17 años, tuvieron un diagnóstico de Ansiedad alguna vez en el periodo comprendido entre 2016 y 2019.

De donde se puede inferir que, la ansiedad se produce tanto en los niños como en los adultos y que su padecimiento se ha incrementado notablemente. La ansiedad aparece como síntoma en una gran cantidad de trastornos mentales (Trastorno obsesivo-compulsivo; los  relacionados con traumas y factores de estrés; trastornos de síntomas somáticos, entre otros)  y también cuenta con una categoría diagnóstica propia denominada: Trastornos de Ansiedad, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5. 2014a).

Dicha categoría, comparte características del miedo y la ansiedad excesivos, y las alteraciones conductuales asociadas. Donde ambas respuestas se solapan, aunque el miedo está más asociado a la activación autonómica (del sistema nervioso autónomo) necesarios para la defensa o la fuga, los pensamientos de peligro inminente y las conductas de huida. Mientras que en la ansiedad está se asocia con tensión muscular, la vigilancia en relación a un peligro futuro y los comportamientos cautelosos o evitativos. (DSM-5. 2014b)

La categoría de Trastornos de Ansiedad, se subclasifica en distintos cuadros clínicos, que se diferencian entre sí, por el tipo de objetos o situaciones que inducen el síntoma fundamental ya sea miedo, ansiedad o por la respuesta frente a determinada situación ya sea de evitación o por la cognición asociada. Cabe destacar las formas de miedo y ansiedad normal o transitorio se diferencia de un trastorno, principalmente por su duración que es mayor y que pueden empeorar si no son tratados a tiempo.

Se subclasifican en:

Trastorno de ansiedad por separación: Es el más prevalente en los niños menores de 12 años y se caracteriza principalmente por la ansiedad excesiva ante la separación o alejamiento de aquellas personas por las que siente apego, siendo inapropiada para el nivel de desarrollo del individuo. Entre los síntomas más comunes se encuentra (Clínica Mayo, 2018):

  • Angustia por estar lejos del hogar o de la figura de apego.
  • Preocupación por perder la figura de mayor apego, como el padre o de que sufra un daño por una enfermedad o un desastre.
  • Preocupación por algo malo que podría pasar, como perderse o ser secuestrado y le cause la separación.
  • Rechazo a estar fuera del hogar.
  • Rechazo a estar solo en la casa u otro lugar sin su figura de apego.
  • Resistencia o rechazo a dormir fuera de la casa o sin estar cerca de su figura importante.
  • Pesadillas repetidas sobre la separación.
  • Quejas frecuentes sobre dolores de cabeza, dolores de estómago u otros síntomas cuando se produce o se anticipa la separación.

Mutismo selectivo: Es poco frecuente, y se identifica como el fracaso constante de hablar en situaciones sociales específicas en las que existe expectativa por hablar (como en la escuela) a pesar de hacerlo en otras situaciones, la duración del cuadro es como mínimo de un mes.  Esto sin duda interfiere en los logros educativos o laborales o en la comunicación social, no es atribuible a la falta de conocimiento o a la capacidad de comunicación.

Fobia Específica: Es el miedo o ansiedad intensa por un objeto o situación específica. puede ampliar información visite el artículo https://neighborsc.org/las-fobias-un-temor-intenso-e-incontrolable/?lang=es

Trastorno de Ansiedad Social o Fobia Social: Se caracteriza por miedo o ansiedad intensa y desproporcionada a la amenaza real, que sería una o más situaciones sociales en las que el individuo puede ser analizado por los demás, de forma tal que el individuo sea valorado negativamente, humillado o avergonzado, lo que le provoca rechazo hacia los demás. Todo lo anterior le causa al individuo un malestar clínicamente significativo y/o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

Trastorno de Pánico: Se reconoce como los ataques de pánico inesperados y recurrentes, un ataque de pánico hace referencia a la aparición súbita de miedo intenso o de malestar intenso que alcanza su máxima manifestación en cuestión de minutos. puede ampliar información visite el artículo https://neighborsc.org/panico-temer-al-propio-miedo/?lang=es

Agorafobia: Es el miedo o ansiedad intensa por una amplia diferentes situaciones como: uso del transporte público, estar en espacios abiertos o sitios cerrados, estar en medio de una multitud, también por estar fuera de casa solo. El individuo teme o evita estas situaciones continuamente, debido a que considera que escapar de allí podría ser difícil, o que no podría disponer de ayuda, si algunos síntomas pánicos, incapacitantes o embarazosos, por lo que podría requerir la presencia de un acompañante. El miedo o la ansiedad son desproporcionados al peligro real y pueden durar seis o más meses.

Trastorno de ansiedad generalizada: Se caracteriza principalmente por la ansiedad y preocupación persistente y excesiva por una serie de cosas diferentes que les resulta difícil de controlar. Las personas que la padecen pueden por ejemplo de manera anticipada experimentar un desastre y pueden preocuparse demasiado por el dinero, la salud, la familia, el trabajo, etc.,   Es posible que se preocupen más de lo que parece justificado por los hechos reales o que esperen lo peor, incluso cuando no hay razón aparente para preocuparse. La presencia de ansiedad y preocupación excesiva, que se origina durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación con diversos sucesos o actividades como en la actividad laboral o escolar.  Según la Asociación de Ansiedad y Depresión de América (ADDA), este trastorno afecta a 6,8 millones de adultos estadounidenses, siendo las mujeres quienes tienen mayor riesgo de afectación. Que lo cause exactamente no se sabe, pero se han identificado factores biológicos, antecedentes familiares y experiencias de vida estresantes. (ADDA, s. f.)

Trastorno de ansiedad inducido por sustancias/medicamentos: Se caracteriza por síntomas prominentes de pánico o ansiedad a consecuencia de los efectos de una sustancia como: Alcohol, Cafeína, Cannabis, Fenciclidina, Otros alucinógenos, inhalantes, Opiáceo, Sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, Anfetaminas u otros estimulantes, Cocaína, u otras sustancias desconocidas como un medicamento o una toxina. Para su diagnóstico, los síntomas deben desarrollarse durante o poco después de la exposición, intoxicación o la abstinencia de alguna de las sustancias.

 Trastorno de ansiedad debido a otra afección médica: Su característica principal es que la ansiedad es consecuencia de otra afección médica orgánica como, por ejemplo: el asma, la hipertensión, las úlceras, la artritis, etc., y cuyos síntomas deben causar un malestar clínicamente significativo, deterioro social o laboral, o deterioro de otras áreas importantes de la vida.

 Otro trastorno de ansiedad especificado: Son los síntomas característicos de un trastorno de ansiedad que causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento, pero que no cumplen todos los criterios de los otros trastornos de la categoría.

Esta clasificación permite deducir que las causas de los trastornos de ansiedad son múltiples, pues estos pueden darse en respuesta a factores como: estrés ambiental como dificultades en el trabajo o problemas familiares; la genética; factores médicos; Neuroquímica como desajustes hormonales o neuronales; afectación emocional, etc. Si bien los trastornos descritos anteriormente, difieren en algunos criterios los signos generales de la ansiedad incluyen (Moreno, 2011):

Respuestas fisiológicas:

  • Palpitaciones
  • Taquicardia
  • Opresión en el pecho
  • Dificultad para respirar
  • Enrojecimiento de la cara
  • Sensación de vejiga urinaria llena

Respuestas cognitivas:

  • Recuerdos de un accidente, violación sexual o maltrato
  • Pensamientos blasfemos, dudas sobre la orientación sexual, dudas sobre si se han cerrado puertas, ventanas, llaves del gas, etc.
  • Percepción de uno mismo como raro o distante de la realidad Imágenes violentas o de contenido agresivo

Respuestas motoras:

  • Temblor de manos Dificultades para hablar
  •  Debilidad en las piernas

Sin duda, la capacidad del ser humano de tolerar y responder ante la ansiedad es diferente, esto hace que, los síntomas varían de persona a persona y por tanto el tratamiento dependerá de las necesidades propias del individuo, el abordaje terapéutico de los trastornos de ansiedad será integral e incluye la combinación de psicoterapia específica para cada trastorno, psicoeducación y tratamiento farmacológico.

Lo más importante es reconocer la forma en que cada uno responde a situaciones específicas y que se pueden percibir como amenazantes o estresantes, y así lograr identificar en qué momento se requiere la ayuda de un profesional. Aunque como se mencionó al inicio la ansiedad es una respuesta normal, si se puede reducir el riesgo de llegar a padecer un trastorno y algunas medidas de prevención que sugiere el portal de Medical News Today, son: 

  • Reducir el consumo de cafeína, té, refresco de cola y chocolate.
  • Evitar el alcohol, el cannabis y otras drogas recreativas.
  • Consultar al médico o farmacéutico antes de usar remedios de venta libre o herbales, para saber si contienen alguna sustancia química que pueda empeorar los síntomas de ansiedad.
  • Seguir una dieta sana.
  • Mantener un patrón de sueño regular.

Otras actividades que podrían ser bastante útiles para la prevención y el manejo de la ansiedad son la actividad física y la meditación de forma regular, además de mantener una red de apoyo.

Para finalizar, la ansiedad es una emoción natural del ser humano, por lo que es necesario reconocerla y afrontarla, pues cuando esta reacción se vuelve desproporcionada llega afectar a la persona pues le causa un malestar físico, cognitivo, emocional y afectivo, así como la disfuncionalidad en las áreas social y otras áreas importantes de la vida. De acuerdo con la clasificación del DSM-V (2014), los diferentes tipos de trastornos se caracterizan principalmente por la ansiedad o miedos intensos, excesivos y continuos ante situaciones específicas o anticipadas, con presencia de síntomas psíquicos y la combinación de otros cognitivos y fisiológicos. Recuerde que todos somos diferentes por tanto las respuestas del organismo frente a la ansiedad varían de persona a persona y esto interfiere en el tipo de trastorno y de tratamiento. Lo más importante es sin duda visitar un profesional si se requiere y establecer pautas de prevención.

Referencias:

«Ansiedad.» Diccionario Merriam-Webster.com , Merriam-Webster. Recuperado de: https://www.merriam-webster.com/dictionary/anxiety

Asociación de Ansiedad y Depresión de América (ADDA). (s. f.). Trastorno de ansiedad generalizada (TAG). Recuperado de: https://adaa.org/understanding-anxiety/generalized-anxiety-disorder-gad

Asociación Americana de Psicología. (Mayo 3, 2017). Más allá de la preocupación. https://www.apa.org/topics/anxiety/preocupacion.

Asociación Americana de Psiquiatría. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), 5a Ed. Arlington, VA,

Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). (Junio 3, 2022). Datos y Estadísticas sobre Salud Mental Infantil. Recuperado de: https://www.cdc.gov/childrensmentalhealth/data.html

Chacón, E., Xatruch, D., Fernández, M. & Murillo, R. (2021). Generalidades sobre el trastorno de ansiedad. Revista Cúpula, 35(1), 23-36. Recuperado de: https://www.binasss.sa.cr/bibliotecas/bhp/cupula/v35n1/art02.pdf

Clínica Mayo. (Noviembre 20, 2018). Trastorno de ansiedad por separación. Recuperado de: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/separation-anxiety-disorder/symptoms-causes/syc-20377455

Escudero, Manuel. (Febrero 19, 2020). Diferencia entre ansiedad y estrés. Recuperado de: https://www.manuelescudero.com/diferencia-entre-ansiedad-y-estres/

Instituto Nacional de la Salud Mental (NIH). (s. f.). ¡Estoy tan estresado! hoja informativa. Publicación de NIH Núm. 20-MH-8125S. Recuperado de: https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/estoy-tan-estresado

Kuaik, I. D., & De la Iglesia, G. (2019). Ansiedad: revisión y delimitación conceptual. Summa Psicológica UST, 16(1), 42-50. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7009167

Medical News Today. (Enero 11, 2021). Ansiedad: Todo lo que debes saber. Recuperado de: https://www.medicalnewstoday.com/articles/es/ansiedad

Moreno, Pedro. (2011). Superar la ansiedad y el miedo, un programa paso a paso. 9a edición. Desclée de Brouwer.

Sierra, J. C., Ortega, V., & Zubeidat, I. (2003). Ansiedad, angustia y estrés: tres conceptos a diferenciar. Revista mal-estar e subjetividade, 3(1), 10-59. Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/271/27130102.pdf

SingleCare Team. (Diciembre 10, 2021). Estadísticas de la ansiedad en 2022. Revisado médicamente por Scott Dershowitz, LMSW, CMC. Recuperado de: https://www.singlecare.com/es/recursos/estadisticas-de-ansiedad

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