Tener los mismos pensamientos y estar de acuerdo no es necesario, ser tolerante si.
Por: Neighbors’ Consejo|
Derribar y destruir es muy fácil, los héroes son aquellos que construyen y trabajan por la paz
Nelson Mandela
Si hacemos un alto en nuestro día a día y por un momento observamos nuestro entorno, con suerte logramos identificar un par de emociones de las personas que nos rodean, sin embargo, resulta más difícil comprender lo que la persona piensa, puesto que la percepción que el ser humano tiene de su entorno no es igual para todos, esta parte de la experiencia propia del individuo y de su capacidad de adaptación.
Es por eso, que el ser humano en el desarrollo de sus relaciones interpersonales y en la reacción a la interacción con el entorno, debe contar con ciertas capacidades, habilidades, actitudes, virtudes, etc., que le permitan aceptar y reconocer las diferencias individuales, sea cual sea su naturaleza. Por ejemplo, rasgos físicos, valores, gustos, ideologías, entre otras. De ahí que, la tolerancia toma gran importancia en la forma en que el individuo logra controlar su reacción frente a las circunstancias que se puedan presentar con personas significativamente distintas. [1]
Por ello, no cabe duda que las diferencias entre los seres humanos pueden llegar a generar conflictos y la tolerancia surge como la virtud más efectiva para lograr evitarlos. No necesariamente porque sea utilizada para interrumpirlos, sino más bien, porque permite conocer y comprender al otro y así, encontrar el respeto y la aceptación mutua. [2]
Tenga en cuenta que, en todo el mundo no existen dos personas iguales, así que es necesario para socializar con el otro que resulta diferente a nosotros mismos, poner en práctica la tolerancia y el respeto a través de habilidades sociales como la escucha, el diálogo, la negociación y la inclusión. Ya que, esto hará una gran diferencia en todas las relaciones de la vida, como con la pareja, la familia, dentro del entorno laboral, en la academia, etc., todo lo cual ayuda a la transformación de una sociedad armoniosa y en paz.
Ahora bien, tolerar resulta muy diferente a aguantar. Es importante comprender que todo en la vida tiene un límite y que, no se puede tolerar cuando se ve afectada la dignidad humana. Pues, la tolerancia implica libertad. Es por eso que hablamos de pensamientos y conductas que se pueden tolerar y las que no, pues, tal como lo plantea Fermín Gassol Peco, aquel que tolera todo y en ausencia de su propios criterios encuentra la sumisión y el caos. [3]
En este sentido, se entiende que la tolerancia busca un equilibrio entre el rechazo (por ejemplo a la violencia) y la aceptación (como a las diferencias de los demás), a partir de lo cual se debe respetar la diversidad de perspectivas y de opiniones, pero sin necesidad de negociar nuestros principios, valores o creencias. Para que se de dicho equilibrio debe existir igualdad entre las partes; si por el contrario se produce una relación de sometimiento, entonces no se puede reconocer como tolerancia, ese límite, es lo que nos permite rechazar la crueldad y la atrocidad. [4]
La tolerancia implica que la persona desarrolle ciertas características como la empatía, el respeto, la aceptación y la solidaridad. Además tener una escucha activa, una mente abierta y flexible. Así cuando asumimos una actitud de tolerancia, lo que sucede es que el nivel de conflicto percibido es mínimo, ya que se controla la reacción y con ella la conducta, logrando ser personas más cultas, inteligentes y con más humanidad. [5]
Lo cierto es que, tolerar no significa resignarse, es más un proceso de comprensión y respeto por el otro, si bien no estamos dispuestos a pasar por encima de nuestro valores y creencias, si resulta válido acordar no estar de acuerdo y aceptar que todos somos diferentes, lo que sin duda alguna ayudará a la transformación social de la que tanto hablamos.
Referencias:
[2]https://psicologiayautoayuda.com/comunicacion/tolerancia/
[3]https://www.miciudadreal.es/2015/03/28/tolerancia-o-sumision/