Del desarrollo y la potencialización de las habilidades sociales a la interacción efectiva.

Por: Neighbors’ Consejo|

La forma en que se relacionan las personas, resulta de las conductas aprendidas durante el desarrollo del ser humano, esos comportamientos se dan durante la socialización del niño y adolescente y marcan la forma en que cada uno va a interactuar con los demás. Es así que, la familia, la escolarización y el acceso a diferentes grupos de pertenencia, se convierten en el espacio apto para el aprendizaje y adquisición de las habilidades sociales.

Pero, entonces ¿Qué son las habilidades sociales?Andres Ramírez, et al. (2020) con base en Del Prette & Del Prette (2008), establece que “son comportamientos aprendidos de tipo social que favorecen las capacidades sociales, contribuyendo a las interacciones de una persona con los demás “. Y que, se caracterizan por que permiten ejecutar de manera competente una tarea de índole interpersonal como hacer amigos o decir no. (Monjas, 2000 Citado en Ramírez, et al.,  2020)

De lo anterior, se puede comprender que la persona con una conducta socialmente habilidosa, es aquella que comunica de una manera asertiva sus emociones y necesidades. En este sentido, Gismero González (2002 Citado en Varela et al., 2021) explica que las habilidades sociales:

“son el conjunto de respuestas verbales y no verbales, parcialmente independientes y situacionalmente específicas, a través de las cuales un individuo expresa en un contexto interpersonal sus necesidades, sentimientos, preferencias, opiniones o derechos sin ansiedad excesiva y de manera no aversiva, respetando todo ello en los demás, que trae como consecuencia el autoreforzamiento y maximiza la probabilidad de conseguir refuerzo externo”

En definitiva, estas habilidades son las acciones encaminadas a conseguir una adecuada interacción social, donde el individuo logra expresar lo que piensa y siente, sin herir a los demás. Cabe aclarar que dos personas, podrían actuar de manera diferente en una misma situación social, pues, en gran medida la forma en que se responde a determinada circunstancia depende de la cultura, las variables sociodemográficas y la experiencia de vida, esta última, interviene como un proceso de aprendizaje, que le permiten al individuo adaptarse al entorno, mantener el refuerzo de este y conseguir sus objetivos.

Como ya se ha mencionado, aprender a comportarse socialmente es un proceso que se da durante el ciclo vital y, según Bandura (1982), se adquieren a través de procesos de modelado y moldeamiento, donde la observación y la imitación del modelo (padres, educadores, amigos o personajes significativos), intervienen en la adquisición del desempeño social, de modo tal que quien aprende no es quien recibe directamente el refuerzo, ya que, la conducta es realizada por el modelo; el individuo que aprende, lo hace realmente es por imitación del comportamiento reforzado o no, y a partir de lo cual surgen factores cognitivos como la capacidad de reflexión y simbolización. (Citado en Yarlaque, 2017)

Por otra parte, Rosa Bances (2019) citando a Wong, Day, Maxwell y Meara (1995), explica que este tipo de habilidades se originan del contexto socioambiental donde se desarrolla el sujeto y que pueden ser comprendidas desde tres variables cognitivas: 1. Conocimiento social: Conocimiento de las reglas de cortesía; 2. Percepción social: Habilidad para comprender el estado emocional de los demás); y, 3. El insight social: Habilidad para comprender las conductas observadas en un contexto social.

Es innegable, que las habilidades sociales están relacionadas al sistema de crianza y desarrollo, a partir del modelado, la instrucción o aprendizaje verbal y la retroalimentación como apoyo a la gestión de las consecuencias (Gresham, 2009 Citado en Braz et al., 2013). Donde la familia, como primer modelo de intercambio de conducta social, afectiva y emocional, toma un papel importante, pues son quienes principalmente transmiten las reglas, valores y creencias, sobre los comportamientos socialmente aceptables. (Mendoza, 2021).

En pocas palabras, ejercitan las capacidades que le ayudan al individuo a actuar dentro de un contexto de forma acertada. Lo que es similar a lo planteado por Anna Braz et al., (2012) “los niños aprenden las conductas de sus padres, al menos, en lo que respecta a ciertas clases de habilidades sociales relacionadas con la emotividad y la asertividad”.

Ahora bien, desarrollar habilidades sociales es fundamental para facilitar la comunicación con los demás, ayudar a la resolución de problemas y evitar la ansiedad en situaciones difíciles. A partir de lo cual, autores como Goldstein (1987), identificaron las conductas que se consideran  habilidades sociales y permiten clasificarlas y calificarlas:

1. Habilidades Sociales Básicas.2. Habilidades Sociales Avanzadas.
 Escuchar.Iniciar una conversación.Mantener una conversación.  Formular una pregunta.  Dar las gracias.  Presentarse.  Presentarse a otras personas.  Hacer un elogio.Pedir ayuda.Participar.Dar instrucciones.  Seguir instrucciones. Disculparse. Convencer a los demás.
 3. Habilidades Relacionadas con los sentimientos4. Habilidades Alternativas a la Agresión
 Conocer los propios sentimientos.Expresar los sentimientos. Comprender los sentimientos de los demás.  Enfrentarse con el enfado de otro.  Expresar afecto. Resolver el miedo.  Auto-recompensarse. Pedir permiso.  Compartir algo.  Ayudar a los demás. Negociar. Empezar el auto-control.Defender los propios derechos. Responder a las bromas.  Evitar los problemas con los demás.No entrar en peleas.
 5. Habilidades para hacer frente al estrés 6. Habilidades de Planificación

Lo expuesto en la tabla anterior, permite comprender la importancia de las habilidades sociales para conseguir una interacción social efectiva y ponerlas en práctica resulta fundamental para los diferentes ámbitos de la vida, ya que, proporcionan bienestar y calidad de vida, pues al facilitar la comunicación social, disminuye los conflictos y promueve relaciones saludables.

Es por eso, que las personas que cuentan con habilidades sociales competentes, fácilmente se adaptan al entorno, procesan información durante las interacciones sociales y gratifican a aquellos con quienes interactúa, generalmente se les identifica como extrovertidas, asertivas y socialmente capaces (Salavera, & Usán, 2021). Promueve la autoestima, la salud física y mental y fortalece las redes de apoyo social (Caballo, 1993; Gambrill, 1995; Trower, 1995).

Igualmente, diferentes investigaciones han relacionado a las personas que desarrollan este tipo de habilidades con aspectos positivos de la vida, por ejemplo:

Aspectos positivoInvestigación
Logros académicos: mejorando las competencias sociales y de salud mental los estudiantes presentan un rendimiento óptimo en las actividades escolares.Nuñez, C., Hernandez, V., Jerez, D., Rivera, D., & Nuñez, M (2018). Las habilidades sociales en el rendimiento académico en adolescentes. Revista de la SEECI, (47), 37-49.
El éxito en los negocios: los trabajadores que combinan habilidades sociales y técnicas obtienen mejores resultados en la economía moderna.Powell, A. (Octubre 23, 2017) La edad de oro de los jugadores de equipo. La Gaceta de Harvard. Universidad de Harvard.
Satisfacción con los matrimonios: los recursos psicológicos promueven el desarrollo y crecimiento del ser humano dentro de la familia y ayudan a mantener el vínculo afectivo conyugal.  Mora, M. R., Gómez, M., & Rivera, M.(2013). La satisfacción marital y los recursos psicológicos en las parejas con y sin hijos pequeños en pro del bienestar familiar. Uaricha, Revista De Psicología, 10(22), 79–96.
Autoconfianza: La atención emocional se asocia con la autoestima, la autoconfianza y la calidad de las relaciones interpersonales con iguales y superiores.Fulquez, S., Alguacil, M., & Penellas, M. (2011). La atención emocional y la relación con la autoestima, la autoconfianza y las relaciones con los padres y con los pares: un estudio en adolescentes españoles y mexicanos. International Journal of Developmental and Educational Psychology: INFAD. Revista de Psicología, 2(1), 403-412.
Felicidad: Habilidades sociales son un rasgo necesario para los profesionales de la enseñanza y que pueden contribuir a la felicidad subjetiva no sólo de los profesores, sino también de los estudiantes.Salavera, C., & Usán, P. (2021). Relación entre Habilidades Sociales y Felicidad: Diferencias por Género. Revista internacional de investigación ambiental y salud pública, 18(15), 7929.
La amistad: Está basada en la construcción de grupos de pares o amigos, quienes se convierten en un elemento fundamental para el desarrollo de las competencias sociales, fundamentales para el crecimiento personal y el desarrollo de la autoestima.Bohórquez, C., & Rodríguez, D. (2014). Percepción de amistad en adolescentes: el papel de las redes sociales. Revista colombiana de psicología, 23(2), 325-338.
Protección del: El déficit en habilidades sociales se asocia con la participación en episodios de acoso escolar.Mendoza, B., & Maldonado, V. (2017). Acoso escolar y habilidades sociales en alumnado de educación básica. CIENCIA ergo-sum, Revista Científica Multidisciplinaria de Prospectiva, 24(2), 109-116.
Protección de la ansiedad: La aplicación del programa de entrenamiento en Habilidades Sociales se relaciona con el  descenso de la ansiedad. Iruarrizaga, I., Gómez-Segura, J., Criado, T., Zuazo, M., & Sastre, E. (1999). Reducción de la ansiedad a través del entrenamiento en habilidades sociales. Revista electrónica de motivación y emoción2(1), 169-180.  
Busca de redes sociales de apoyo: Dominar las habilidades sociales básicas, el respeto a los demás, saber compartir las emociones, dominar la comunicación, etc.; en definitiva, mantener un comportamiento prosocial armónico y fomentar la cooperación entre los individuos.Mira, J., Parra, M., & Beltrán, M. (2017). Educación emocional en la universidad: propuesta de actividades para el desarrollo de habilidades sociales y personales. Vivat Academia, revista de comunicación, 139, 01-17.
Reducen comportamientos problemáticos en el aula y además, contribuyen a la autoestima, empatía y la solución de problemas interpersonales.Caballo, Calderero, Carrillo, Salazar e Irurtia. (2011 citado en  Garaigordobil & Peña, 2014)

Igualmente, la falta de habilidades sociales representan consecuencias negativas en diferentes aspectos de la vida, dentro de los cuales se puede identificar: El abandono escolar; agotamiento laboral; pocas habilidades para la resolución de problemas, relaciones sociales poco saludables, participación en hechos violentos, uso compulsivo de internet, ansiedad, estrés, depresión, aislamiento social, frustración, entre otros. (Varela & Mustaca, 2021)

Por esto, resulta tan importante trabajar para adquirir y fomentar las habilidades sociales. Pues,  aunque como se menciona al inicio, estas se aprenden desde las primeras interrelaciones, es un deber como adulto aprenderlas y potenciarlas, pues las deficiencias en el aprendizaje de estas a partir de las dinámicas familiares, no pueden ser una justificación para mantener una disfunción en la interacción social.

En conclusión, contar con habilidades sociales es necesario para la funcionalidad de la vida en todos los aspectos, académico, laboral, familiar, de pareja, social, etc. Pues, el ser humano, como ente social, requiere de conductas habilidosas que le permitan comunicarse e  interactuar con los demás de forma satisfactoria. Es así que, contar con buenas habilidades sociales, puede considerarse una herramienta protectora de la salud mental, ya que, ayuda a evitar la ansiedad, la depresión, el estrés , entre muchas otras problemáticas que se pueden presentar en situaciones consideradas socialmente complicadas, además, se puede considerar un reforzador de la conducta. Lo interesante acá, es que las habilidades sociales al ser aprendidas se pueden adquirir a lo largo de la vida, con la propia experiencia, esta permite identificar aquellos comportamientos que resultan más efectivos y los que no.

Referencias:

Bances, R. (2019). Habilidades sociales: una revisión teórica del concepto. Recuperado de: https://repositorio.uss.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12802/6098/Bances%20Goicochea%20Rosa.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Braz, A. C., Cômodo, C. N., Del Prette, Z., Del Prette, A., & Fontaine, A. M. (2013). Habilidades sociales e intergeneracionalidad en las relaciones familiares. Apuntes De Psicología31(1), 77–84. https://apuntesdepsicologia.es/index.php/revista/article/view/305

Bohórquez, C., & Rodríguez, D. (2014). Percepción de amistad en adolescentes: el papel de las redes sociales. Revista colombiana de psicología, 23(2), 325-338. Recuperado de: http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S0121-54692014000200007&script=sci_arttext

Garaigordobil, M., & Peña, A. (2014). Intervención en las Habilidades Sociales: Efectos en la Inteligencia Emocional y la Conducta Social. Behavioral Psychology/Psicología Conductual, 22(3). Recuperado de: https://www.behavioralpsycho.com/wp-content/uploads/2019/08/09.Garaigordobil_22-3oa.pdf

Goldstein, A. (1978). Escala de evaluación de habilidades sociales. Syracuse University.

Iruarrizaga, I., Gómez-Segura, J., Criado, T., Zuazo, M., & Sastre, E. (1999). Reducción de la ansiedad a través del entrenamiento en habilidades sociales. Revista electrónica de motivación y emoción2(1), 169-180. Recuperado de: http://reme.uji.es/articulos/airuai462031198/texto.html

Mendoza, B., & Maldonado, V. (2017). Acoso escolar y habilidades sociales en alumnado de educación básica. CIENCIA ergo-sum, Revista Científica Multidisciplinaria de Prospectiva, 24(2), 109-116. Recuperado de: https://www.redalyc.org/journal/104/10450491003/10450491003.pdf

Mora, M. R., Gómez, M., & Rivera, M.(2013). La satisfacción marital y los recursos psicológicos en las parejas con y sin hijos pequeños en pro del bienestar familiar. Uaricha, Revista De Psicología, 10(22), 79–96. Recuperado de: http://www.revistauaricha.umich.mx/index.php/urp/article/view/100

Nuñez, C., Hernandez, V., Jerez, D., Rivera, D., & Nuñez, M (2018). Las habilidades sociales en el rendimiento académico en adolescentes. Revista de la SEECI, (47), 37-49.  Recuperado de:

Powell, A. (Octubre 23, 2017) La edad de oro de los jugadores de equipo. La Gaceta de Harvard. Universidad de Harvard. Recuperado de: https://news.harvard.edu/gazette/story/2017/10/social-skills-increasingly-valuable-to-employers-harvard-economist-finds/

Ramírez, A., Suárez, P., Cabrera, J., Buestán, P., Carrasco, E., & Carpio, M. (2020). Habilidades sociales y agresividad en la infancia y adolescencia. Archivos venezolanos de farmacología y terapéutica39(2), 209-218. Recuperado de: https://www.redalyc.org/journal/559/55969799012/55969799012.pdf

Salavera, C., & Usán, P. (2021). Relación entre Habilidades Sociales y Felicidad: Diferencias por Género. Revista internacional de investigación ambiental y salud pública, 18(15), 7929. Recuperado de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8345378/

Santana Vega, L. E., Garcés Delgado, Y., & Feliciano García, L. (2018). Incidencia del entorno en el desarrollo de habilidades sociales en adolescentes en riesgo de exclusión. Revista Electrónica De Investigación Y Docencia (REID), (20). Recuperado de: https://revistaselectronicas.ujaen.es/index.php/reid/article/view/3781

Varela, A., & Mustaca, A. (2021). Habilidades Sociales e Intolerancia a la Frustración en adultos argentinos. Revista ConCiencia EPG, 6(2), 98 -116. Recuperado de:

https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8602553 Yarlaque, M. (2017). Propuesta de Estrategias de Habilidades Sociales basada en la Teoría del Aprendizaje Social de Bandura, para Mejorar las Relaciones Interpersonales en las Estudiantes Universitarias de la Especialidad de Educación Inicial–Lemm–Fachse-Unprg-2017. Recuperado de: https://repositorio.unprg.edu.pe/handle/20.500.12893/6153

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