Oxitocina, la hormona del amor
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Es fundamental ser feliz,como tener un buen sentido de humor, aprender a descansar, recuperar la serenidad y la calma para las batallas del dia a dia. Reforzando el sistema inmunológico y aumento de oxitocina conocida como la hormona del amor por sus múltiples funciones en nuestros comportamientos, estimula por ejemplo, el músculo liso del útero hasta el final del embarazo, durante y después del parto, ayudando a un vínculo entre madre e hijo,segrega hormonas del cuerpo que afectan física y psicológicamente.
Esta hormona es segregada por el hipotálamo, encargado de generar vínculos afectivos con otras personas, por ejemplo: al realizar un voluntariado, recibir una comida rica y caliente, al recibir un mensaje agradable o tener una conversación con alguien que aprecias. Influye básicamente en el establecimiento y las vinculaciones a nivel social, amistad, relaciones de pareja y apego.
Ahora bien, al ser segregada en el organismo, impacta de manera física y emocional, brindando bienestar y generando pensamientos positivos y optimistas de sí mismo, elevando el autoestima, la tensión arterial, en el ritmo cardiaco, que disminuye, ayudando a sentirnos más relajados; mejorando la cicatrización de heridas y la digestión de los alimentos, ya que absorbe de manera eficiente todos los nutrientes de los alimentos, por esta razón, es lo que muchos consideran, la hormona más importante del dia a dia.
Ahora bien, en adultos mayores se conoce como “agente rejuvenecedor en personas ancianas”, según un estudio sobre el impacto positivo en músculos envejecidos de la Universidad de California en Estados Unidos, o a mantener la regeneración muscular que se pierde con el paso de los años, siendo este el problema principal en la vejez.
Además, ayuda a prevenir la demencia senil, aliviando sintomas y proporcionar bienestar al compartir con otros como bailar, jugar, mantener una charla, entre muchas otras, que puedan significar el aumento de calidad de vida.
Por otro lado, por ejemplo en la maternidad, la neurohipófisis secreta oxitocina, liberada en el torrente sanguíneo a través de la sangre llegando a todas las células del cuerpo actuando como hormona en la glándula mamaria y el útero. El alumbramiento de la placenta, exige unos niveles altos de oxitocina ya que es la encargada de que en el momento del parto presione el músculo del útero, el miometrio y en el momento de dar a luz el bebé y en las nuevas madres, estimula las glándulas mamarias para la producción de leche materna, a diferencia de lo que ocurre en la lactancia no impide dar a luz si una mujer no produce oxitocina.
Otro buen aporte es en los procesos sexuales, la oxitocina es la hormona central de la excitación sexual y de los orgasmos tanto en hombres como mujeres, los niveles de esta hormona en la sangre aumenta el acto sexual durante el orgasmo, contrayendo el músculo del útero y, ayuda al transporte del espermatozoide hacia el óvulo facilitando la concepción, provocando contracciones en la prostata y vesiculas seminales del hombre, favoreciendo la calidad del espermatozoide.
Cabe mencionar que la oxitocina disminuye la actividades del sistema nervioso simpático y del eje del hipotálamo-hipofisario-suprarrenal produciendo efectos anti estrés como: tensión arterial baja, bajo ritmo cardiaco, hormona del estrés baja (cortisol), bienestar, relajación y óptima termorregulación. Además, controlar las emociones, comportamientos sociales como el amor, la memoria, la rabia, la agresión y la correlación entre las experiencias del pasado y el presente. Promueve un aumento del umbral del dolor y un descenso de los niveles de ansiedad, disminuye el miedo, incrementa la confianza, empatía y la generosidad.
Por otro lado, desempeñan un papel fundamental en el bienestar, el estar más tranquilos y la mejor predisposición con los demás. En comportamientos sociales como la memoria, formación de vínculos, apegos, comportamientos maternales y paternales. Al igual que conductas agresivas y de competición.
De manera natural, la hormona del amor se activa en nuestro cuerpo en cosas sencillas como reir, pasar tiempo con familiares y amigos, tener relaciones sexuales, acariciar mascotas, llorar o ser generoso con otros. Relativamente en situaciones como estas, los niveles de oxitocina son altos y producen felicidad.
A propósito, cabe mencionar que la reconocida psiquiatra, especialista en estudios de la química corporal y de hormonas, Marian Rojas, habla en su libro “encuentra tu persona vitamina”, sobre los cambios al liberar la oxitocina provocando sensaciones de placer, bienestar y afectividad entre otros y nos da algunos tips para ayudarnos a potencializar debidamente su producción en el cuerpo:
- Consumir alimentos como el romero, tomillo, perejil, hinojo, hierbabuena, chocolate, leche animal, huevos, plátanos, salmón, frutos secos, frijoles y legumbres.
- Meditación y yoga.
- Practicar deporte o pilates.
- Escuchar música, cantar, tocar un instrumento, pintar, en general cualquier actividad artística.
- Contacto físico donde se involucren abrazos, caricias y relaciones afectivas.
- Reir o llorar, ya que aporta calma y alivio.
Al igual que sus beneficios, también la falta de esta hormona contribuye a la aparición de enfermedades inflamatorias en la piel. Además, según el último estudio científico llevado a cabo por Nivea, la oxicodona contribuye al bienestar diario de la piel, reduce la presión sanguínea, regenera los músculos ya que se hace presente en tejidos y células de la piel. Tiene la función de ayudar al mejoramiento social de las personas con enfermedades mentales y tratamiento en trastornos psiquiátricos y funciones cerebrales como: Autismo, trastorno de espectro autista, depresión, esquizofrenia, trastorno de personalidad y trastorno limítrofe por estrés post traumático.
Por otro lado, en una publicación realizada por National Geographic sobre el Síndrome de Williams, que es un extraño trastorno genético que enfrenta grandes desafíos en personas autistas, que van desde la dificultad de aprendizaje al obstáculo de establecer lazos afectivos. Su principal característica es exceso de oxicodona, afectando a una de cada 10.000 personas del mundo y una de cada 7.500 bebes recién nacidos, afirmó la Asociacion de Sindrome de Williams en España.
Una característica de este trastorno, es el querer y confiar en todas las personas, acercarse a extraños y abrazarlos, convirtiéndolos en personas muy vulnerables, tienen rasgos faciales distintivos y una personalidad parecida de apariencia elfina, un trastorno denominado ”Síndrome de la Cara Elfina” con mejillas estrechas, orejas prominentes, pómulos protruyentes y nariz antevertida. Con intereses similares a la gente con autismo, ya que quieren todo con intensidad y de forma incondicional.
Como dato curioso, las amígdalas son las encargadas del procesamiento de determinadas emociones básicas como el miedo, agresividad y la capacidad de la interacción social. Ahora bien, cuando la amígdala se activa ante cualquier situación antes nombrada y percibe el peligro produce una reacción del sistema nervioso periférico, secretando la hormona del estrés y así el organismo se prepara para reaccionar.
Concluimos entonces, que la oxitocina está relacionada en factores como el apego, empatía, enamoramiento, regulación del dolor, vinculación social, contracciones uterinas, secreción de leche materna. Además, ayuda a las relaciones sociales de las personas que padecen patologías como depresión, ansiedad, estrés postraumático (TEPT), trastorno espectro autista (TEA) y trastorno de personalidad.
Bibliografia
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De la lactancia a los lazos sociales: así funciona la oxitocina, la “hormona del abrazo”. (s/f). Ucm.es. Recuperado el 2 de febrero de 2024, de https://www.ucm.es/otri/noticias-de-la-lactancia-a-los-lazos-sociales-asi-funciona-la-oxitocina-la-hormona-del-abrazo
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El síndrome de Williams: la enfermedad que te hace querer a todo el mundo. (2017, noviembre 9). National Geographic. https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2017/07/el-sindrome-de-williams-la-enfermedad-que-te-hace-querer-a-todo-el-mundo Serón D., T., & Osorio M., J. P. (2021). Rol de la oxitocina en patología psiquiátrica. Revista Chilena de Neuro-Psiquiatría, 59(3), 225–233. https://doi.org/10.4067/s0717-92272021000300225