llega a sufrir de dismorfia corporal.

1 de cada 50 personas en todo el mundo, se obsesiona con su apariencia física y llega a sufrir de dismorfia corporal.

Por: Neighbors’ Consejo|

“James, es un joven que cuenta que cada vez que se mira en el espejo, se ve como un monstruo, que su cara marcada por múltiples cicatrices que le dejó el acné, le hacen verse horroroso. Por este motivo pasa mucho tiempo mirándose en el espejo y aplicando tratamientos en el rostro con el fin de mejorar su apariencia. Realmente James, no puede dejar de pensar en su aspecto físico, se siente avergonzado de cómo se ve y ha decidido no volver a la escuela, ni siquiera desea salir con sus amigos, aunque ellos le han explicado que se ve bien y que no debería obsesionarse con el tema.”

Mirarse en el espejo y preocuparse por la apariencia física, puede resultar muy natural y positivo. Sin embargo, querer verse bien no es igual a obsesionarse con la imagen corporal. Desde hace muchos años la sociedad estableció estándares de belleza, difíciles de alcanzar y que aún resultan aceptables en una sociedad que depende de la validación de los otros y más aún cuando actualmente se está expuesto a las redes sociales de forma constante y sin filtro.

Esto, de alguna manera incrementa las posibilidades de que el ser humano experimente una imagen negativa del propio cuerpo pues, es muy común encontrar fotos ligadas a esos estándares de “supuesta belleza” en las redes, en los medios de comunicación, en la publicidad, etc., y que fácilmente se convierten en una obsesión para quien siente insatisfacción corporal.

Ahora, si la imagen corporal tal como lo plantea Guillermina Rutsztein, et al. (2004), “se trata fundamentalmente de una experiencia subjetiva que varía a lo largo de la vida en función de las propias experiencias y de las influencias sociales”, es claro que, cuando dicha imagen se percibe como insatisfecha de forma obsesiva y repetitiva, puede llegar a ser patológica y convertirse en un Trastorno Dismórfico Corporal, el cual provoca gran malestar subjetivo que le ocupa gran parte del tiempo a la persona.

El trastorno dismórfico corporal (TDC), está incluido dentro de la clasificación de los trastornos obsesivo-compulsivo y trastornos relacionados, del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5, 2014) de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), el cual sugiere una preocupación excesiva que causa malestar clínicamente significativo y/o deterioro en la funcionalidad del individuo en diferentes áreas como social, laboral, familiar, entre otras.

Según la Clínica Mayo, la dismorfia corporal, es una enfermedad mental donde el individuo se preocupa excesivamente por uno o más defectos o fallas percibidas en la apariencia física, pero, dichos defectos, pueden ser ligeros o simplemente no ser observados por los demás. Sin embargo, para el individuo resultan vergonzosos e intimidantes, lo que, le puede llevar a aislarse socialmente. (2022)

De acuerdo con la Asociación de Ansiedad y Depresión de América (ADAA), el TDC afecta a hombres y mujeres casi por igual e impacta a 1 de cada 50 personas del mundo, siendo más frecuente en adolescentes de 12 a 13 años, y de acuerdo con las estadísticas dadas por esta asociación, en Estados Unidos, el TDC ocurre entre 5 a 7,5 millones de personas.

Ahora bien, una persona con este trastorno, tiene toda su atención puesta, en lo que ella considera un defecto físico; es por eso que, reiteradamente asume conductas repetitivas como: mirarse en el espejo o por el contrario evitarlo, rascarse o tocarse la piel, asearse o maquillarse repetitivamente para intentar disimular, arreglar, inspeccionar u ocultar el defecto, broncearse excesivamente, cambiarse de ropa frecuentemente, etc. (APA, 2014)

También, aquellos que lo padecen, pasan en promedio de 3 a 8 horas del día ocupados pensando en el defecto que perciben o comparando su apariencia con la de otras personas. Además,  sostienen tendencias perfeccionistas, buscan con frecuencia la aprobación de los demás sobre su apariencia, y viven tan obsesionados con sus defectos que se creen poco atractivos, anormales, horribles y hasta monstruosos, así que, siempre están en búsqueda de alternativas que les brinden tranquilidad, como por ejemplo, los procedimientos estéticos e incluso las comprar excesivas. (APA, 2014)

Con respecto, a las partes del cuerpo mayormente involucradas en este trastorno, Katharine Phillips (s. f.) menciona especialmente:

  • La piel, generalmente la del rostro, como: cicatrices, imperfecciones o el color.
  • El cabello, por ejemplo, la calvicie percibida o al contrario el vello facial o corporal excesivo.
  • La nariz, generalmente por su tamaño o forma.
  • Los problemas de simetría en cejas, labios, senos, o longitud del cabello, también son muy comunes.
  • Los Genitales

Cabe aclarar, que este trastorno se puede presentar sobre cualquier área del cuerpo, igualmente, puede  darse, que algunas personas se enfoquen en una sola área, mientras que otros pueden preocuparse por varias partes o por todo el cuerpo. Pero, también se puede dar en dos tipologías diferentes, como lo son: para el caso en hombres donde su preocupación se da por el tamaño y/o el tono muscular, conocido con el nombre de dismorfia muscular (Rutsztein et al., 2004), o el trastorno dismórfico corporal por poderes,  donde el paciente está preocupado en exceso por la apariencia de otra persona (Fundación Internacional para el TOC, s. f.).

Vale la pena señalar que, este trastorno no tiene un origen específico, más bien resulta de la combinación de varios factores como lo indica la Clínica Mayo (2022):

1.      El contexto social: Donde influyen las redes sociales y los medios de comunicación, pues a través de ellos se extiende la presión social y las expectativas de belleza.

2.      Biografía y entorno personal: Las experiencias de vida negativas de la infancia y la adolescencia, donde se contempla las burlas, el acoso escolar, la negligencia y el abuso, entre otros.

3.      Algunos rasgos de personalidad: Como la timidez, el temperamento ansioso, el perfeccionismo, la autoexigencia, la necesidad de aprobación social, baja autoestima, etc.

  1. La genética: Tener parientes consanguíneos con trastorno dismórfico corporal o trastorno obsesivo-compulsivo.

Los “defectos”, que no son percibidos por los demás o por lo menos no parecen tener la misma trascendencia que para el afectado, resultan de la percepción distorsionada que la persona tiene de la propia apariencia, pues, es un desajuste entre lo que la persona cree, la realidad y lo que los demás perciben sobre el individuo.

En relación a esto, Analia Basualdo, et al. (2009), sostienen que “El núcleo del trastorno es, precisamente, la falta de control sobre sus preocupaciones y pensamientos”, y es que, aunque todo su entorno se esfuerce en demostrar que la realidad no es, como la persona la ve, este no deja la preocupación excesiva e ideas intrusivas con el supuesto defecto, lo que le causa angustia y malestar.

Según estos autores (Basualdo, et al.), esa percepción errónea “se acompaña de sentimientos de culpa, vergüenza, humillación y baja autoestima”. De manera similar, Stuart Crichton (2020), plantea que este trastorno presenta otras complicaciones como por ejemplo:

  • Aislamiento social e inseguridad.
  • Depresión grave u otros trastornos del estado de ánimo
  • Pensamientos o conductas suicidas
  • Trastornos de ansiedad, incluido el trastorno de ansiedad social (fobia social)
  • Trastorno obsesivo compulsivo
  • Trastornos de alimentación
  • Abuso de sustancias
  • Problemas de salud por conductas como pellizcarse la piel
  • Dolor físico o riesgo de desfiguración debido a intervenciones quirúrgicas repetidas.

Lo anterior, permite reconocer la complejidad de esta enfermedad mental, pues, los pensamientos y la preocupación excesiva, causan gran angustia y malestar emocional, que de no ser tratada a tiempo, afectará la cotidianidad del individuo. Así que, si sospecha que usted o alguien que conoce puede estar padeciendo este trastorno, es momento de considerar la búsqueda de ayuda profesional que le ayude a construir un pensamiento más flexible, permitiendo modificar las percepciones y creencias sobre su cuerpo que le están afectando, y así aprender a valorar la imagen del espejo.

Algunos consejos, presentados por el portal web HER CAMPUS (2022), incluyen: 

●     Concentrarse en las cualidades que le gustan: Escribir una lista de las cosas que le gustan de sí mismo, así sea corta, a medida que va incorporando aspectos, también crecerá la confianza en sí mismo.

●     Hacer ejercicio: Este puede ser un gran calmante para la ansiedad y el estrés.

●     Terapia: Es una excelente forma de ayudar a identificar por qué piensa de la manera en que lo hace.

●     Diario: Escribir un diario puede ser una excelente manera de sacar todo de su mente y expresar sus emociones.

●     No se compare con los demás: Puede dejar de seguir a todas aquellas personas que solo publican fotos retocadas de sí mismos, realice una desintoxicación de las redes sociales y suelte toda la presión que estas ejercen.

●     Suelte el deseo de tener un cuerpo perfecto, pues este no existe: Mejor elija vivir una vida sana, feliz y equilibrada.

Otros consejos que pueden ser útiles, son: No aislarse, al contrario trata de tener una red social de apoyo; cuidarse con alimentación saludable y descanso; de igual manera practicar técnicas para reducir el estrés, como la meditación o la respiración profunda, pueden ser de gran ayuda.

Para concluir, es importante comprender que la falta de satisfacción con la apariencia y la preocupación de cómo los demás perciben su aspecto físico, le genera al individuo una gran perturbación, que le afecta en todas las áreas de su vida, lo que le resulta complejo por la importancia que le da a los defectos que él cree ver, pero, que realmente no es cierto.

Leave a Reply