Trastorno Obsesivo Compulsivo: Pensamientos y actos repetitivos, fuera de control

Por: Neighbors’ Consejo|

En las actividades cotidianas es muy normal tener algunas preocupaciones y dudas, pero si estas persisten y le llevan actuar de manera estricta una y otra vez, es muy probable que esté desarrollando comportamientos compulsivos.

“Estaba sentado frente al computador en el trabajo y recordé que había tocado el seguro de la puerta al cerrar la casa, había tomado el bus y agarre el tubo para sostenerme y como si fuera poco al llegar a la oficina toque la cerradura para abrir la puerta. Inmediatamente fui al baño y lavé mis manos por lo menos durante una hora, hasta que sentí que estaban muy limpias y sin gérmenes”.

“Cuando termine mi examen de matemática lógica, me sentí preocupado y tenía dudas acerca de que si al resolver el examen había hecho trampa, debía preguntarle a mis compañeros quienes aseguraron que no, pero continúe con la duda y estuve todo el día repitiendo en mi mente ¿No hice trampa en el examen, verdad?”

Las compulsiones según Vellosillo & Vicario (2015), son actos que se realizan frente a una obsesión con el fin de reducir el malestar o ansiedad. En el mismo sentido,Squillace & Picón (2015), explican que la compulsión es una manifestación experimentada por los seres humanos al llevar a cabo algunas conductas para buscar alivio frente a un estado de tensión interno.

En definitiva y siguiendo las palabras del Instituto Nacional de Salud Mental (2020), las compulsiones son comportamientos excesivos y repetitivos que una persona tiene como respuesta a un pensamiento obsesivo o, para neutralizar sus obsesiones.  

En contraste con lo anterior, los comportamientos compulsivos se caracterizan por: 1) La rigidez, los actos se llevan a cabo de determinada manera (ritual). 2) Su realización genera alivio temporal. 3) Puede producir la neutralización de pensamientos obsesivos que lo originaron. 4) Pueden presentarse como conductas manifiestas. 5) O, como actos encubiertos de tipo mental.

Las compulsiones pueden agruparse en dos grandes grupos así: a) Conductas manifiestas y b) Actos encubiertos de tipo mental. El primer grupo, según Squillace y Pícon (2015):  requiere de actos físicos y pueden reagruparse en,

  1. Comprobación o chequeo: El individuo realiza la verificación de alguna tarea la cantidad de veces necesarias para disminuir el malestar. Por ejemplo, asegurarse de que la puerta esté cerrada o el horno apagado. 
  2. Orden o simetría: El sujeto lleva a cabo acciones para reponer la simetría u orden que según él se han alterado. Por ejemplo, ordenar artículos de una forma particular y precisa.
  3. Limpieza: Son acciones que implican la tarea de desinfectar y/o limpiar el propio cuerpo o un lugar tantas veces como sea necesario o, hasta que la persona sienta que el objetivo se ha cumplido. Es muy común como respuesta a obsesiones del tipo de contaminación-enfermedades; por ejemplo, limpiarse o lavarse las manos.
  4. Acumulación  –  coleccionismo: Se desarrolla un sentimiento de angustia y temor ante la posibilidad de perder los objetos acumulados, no se establece un apego especial por los objetos.

Mientras que en el grupo b) Actos encubiertos de tipo mental, requiere de rituales en el pensamiento, los más comunes según Hannah Sheldon (s. f.), son:

  1. Repetición de recuerdos o conversaciones: Recrear de manera compulsiva una acción o una plática en su mente. Por ejemplo, un niño que tiene miedo de hacer daño a los demás puede pensar en los momentos compartidos con sus compañeros una y otra vez, con la intención de demostrarse a sí mismo que no ha ofendido o herido a nadie.
  2. Contar: El sujeto cuenta hasta un determinado número en la mente o enumera en silencio los objetos que lo rodean.
  3. Tranquilizarse a ellos mismos: Repetición de frases como “eso no va a pasar”, con la intención de aliviar angustia experimentada por algún pensamiento de que algo malo sucederá. 
  4. Repetir palabras mentalmente: Reiterar palabras hasta sentirse “bien”, aunque no sepa por qué.
  5. Hacer listas: Creación o chequeo de manera compulsiva de listas mentales. Por ejemplo, de la manera de evitar los gérmenes.

Cabe aclarar que el patrón de comportamiento compulsivo no produce placer, sino más bien la obtención de alivio ante un malestar interno que justamente es lo que se convierte en el refuerzo para mantener la conducta, “disminuir la ansiedad percibida”. También se debe precisar que estos comportamientos pueden producirse como respuesta a tendencias obsesivas que crean el malestar, lo que es conocido como Trastorno Obsesivo Compulsivo, sin embargo, en menor frecuencia no corresponde a pensamientos obsesivos.

Sobre el Trastorno Obsesivo – Compulsivo (TOC), el Centro de Psicología Aaron Beck, plantea que es un trastorno de ansiedad, donde el eje fundamental es el miedo excesivo a que algo terrible suceda, su cuadro sintomatológico se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones que producen malestar general e interfiere en diferentes aspectos de la vida del que lo sufre.

Ahora bien, las obsesiones son pensamientos, imágenes, o impulsos indeseables que se repiten generando ansiedad. (Instituto Nacional de Salud Mental, 2020) En otras palabras, son ideas intrusivas que se producen de forma  intensa e incontrolada y que generalmente tienen que ver con un riesgo o un daño a alguien o a sí mismo.

Cabe mencionar las obsesiones más comunes entre los niños y adolescentes: Temor a la suciedad o los gérmenes, temor a la contaminación, necesidad de orden y precisión, obsesiones religiosas (insultar a un sacerdote), preocupación por los desechos del cuerpo, números de la suerte o de la mala suerte, pensamientos sexuales o agresivos (agredir a alguien con un cuchillo), temor a sufrir una enfermedad o un daño, preocupación por los elementos de la casa, sonidos o palabras no deseados. (Ben-Joseph, 2012)

Por ejemplo, una persona siente temor inexplicable a ensuciarse o contaminarse por no limpiar un objeto o por tocar uno que esté sucio, entonces termina por desencadenar la conducta compulsiva de limpiar o lavarse las manos constantemente, como se describió arriba. Ó, si en cambio una persona siente el temor de insultar a un sacerdote, puede que desencadene un acto mental de contar o repetir palabras.  

Es importante mencionar que este trastorno puede afectar a ambos sexos y la edad de aparición puede variar entre: a) Inicio temprano de los 5 a los 15 años, este cuadro se conoce como PANDAS (Trastornos Pediátricos Neuropsiquiátricos Autoinmunitarios Asociados con Infecciones Estreptocócicas) y está ligado a tics nerviosos y b) entre la adolescencia o la adultez temprana de los 20 a 25 años. (Squillace et al., 2015)

Inicialmente se creía que el TOC era muy inusual, pero investigaciones han demostrado que esté trastorno mental es uno de los de mayor incidencia y que contribuye considerablemente a la carga mundial de morbilidad, con una prevalencia de por vida de entre el 2 y el 3%. (Stein, et al., 2019). Es decir, que en Estados Unidos por lo menos 6,64 millones de personas sufren de este padecimiento. [1] 

Por otra parte, aunque todos los seres humanos tienen algo de obsesivos, una señal de alerta para visitar al profesional es cuando estos pensamientos o hábitos dificultan las actividades diarias, lo que puede representar problemáticas familiares, laborales, académicas, sociales, etc. De acuerdo con el Manual MSD, dedicar más de una hora al día a pensamientos (obsesiones), comportamientos (compulsiones) o ambas, pueden causar malestar clínico intenso o deterioro en el funcionamiento y ser indicador del diagnóstico de TOC. (Phillips et al., 2021).

Es importante entender para la persona que lo padece y su familia, que el TOC es un trastorno relativamente común y que la diferencia en la mejora del cuadro clínico es sin duda el diagnóstico temprano que incluye la no estigmatización y la psicoeducación es decir el conocimiento acerca del trastorno, tratamiento y pronóstico, lo que permite la identificación de síntomas, su manejo y acompañamiento.

Por lo general, el tratamiento del TOC incluye la psicoterapia, los medicamentos o un tratamiento conjunto, actualmente y con buenos resultados se utiliza la estimulación magnética transcraneal (EMT), aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en 2008. Esta última técnica EMT utiliza una corriente eléctrica para activar o inhibir el cerebro. Pero solo se considera si la enfermedad no mejora después de probar los otros tratamientos o en casos de respuesta rápida por riesgo vital del paciente. (Instituto Nacional de Salud Mental, 2016)

Para finalizar, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), se caracteriza por pensamientos recurrentes no deseados que producen angustia y conducen a la persona a realizar comportamientos repetitivos que interfieren en las actividades diarias. La persona que lo padece suele pensar de manera equivocada que el comportamiento o ritual (compulsión) mejora el malestar y reduce la ansiedad, lo que termina siendo un reforzamiento para el trastorno. Los tratamientos más utilizados siguen siendo la psicoterapia, la psicoeducación y los medicamentos; buenos resultados han demostrado también las técnicas de estimulación cerebral. Sin embargo, es importante entender que todos estos tratamientos tienen mayor eficacia si el diagnóstico es temprano, por eso siempre tenga en cuenta los síntomas y busque ayuda profesional.

Referencias

Ben-Joseph, Elana. (Mayo de 2012). Trastorno obsesivo compulsivo. Nemours Children’s Health. Recuperado de: https://kidshealth.org/es/parents/ocd.html

Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH). (2020) Trastorno obsesivo-compulsivo: Cuando los pensamientos no deseados o comportamientos repetitivos toman control. Recuperado de: https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/trastorno-obsesivo-compulsivo

Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) (2016). Terapias de estimulación cerebral. Recuperado de: https://www.nimh.nih.gov/health/topics/brain-stimulation-therapies/brain-stimulation-therapies

Sheldon, Hannah. (s. f.). Compulsiones mentales y el TOC «O puro». Instituto de la Mente Infantil. Recuperado de https://childmind.org/es/articulo/compulsiones-mentales-y-el-toc-o-puro/#quickread

Squillace, Mario & Picón Jimena (2015). Conducta impulsiva y compulsiva: actualización conceptual. VII Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XXII Jornadas de Investigación XI Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología – Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires. Recuperado de: https://www.aacademica.org/000-015/247.pdf

Stein, D. J., Costa, D. L. C., Lochner, C., Miguel, E. C., Reddy, Y. C. J., Shavitt, R. G., … Simpson, H. B. (2019). Obsessive–compulsive disorder. Nature Reviews Disease Primers, 5(1). doi:10.1038/s41572-019-0102-3. Recuperado de: https://www.nature.com/articles/s41572-019-0102-3

Vellosillo, P. S., & Vicario, A. F.-C. (2015). Trastorno obsesivo compulsivo. Medicine – Programa de Formación Médica Continuada Acreditado, 11(84), 5008–5014. Recuperado de: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0304541215001961

Phillips, Katharine & Stein, Dan. (Enero, 2021). Trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Manual MSD, versión para profesionales. Recuperado de: https://www.msdmanuals.com/es-co/professional/trastornos-psiqui%C3%A1tricos/trastorno-obsesivo-compulsivo-y-trastornos-relacionados/trastorno-obsesivo-compulsivo-toc#:~:text=El%20tratamiento%20consiste%20en%20psicoterapia,en%20casos%20graves%2C%20ambas%20medidas.

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