Intenta comer de forma consciente y aprovecha sus beneficios

Por: Neighbors’ Consejo|

La alimentación es aprender a comer sin miedo, sin remordimientos, comiendo lo que te gusta, dándole a tu cuerpo lo que necesita y cumpliendo tus antojos sin culpa. Pero lo más importante es aprender a entender y escuchar a tu cuerpo en todo momento.
Elena Sirace

En la actualidad la falta de tiempo y las múltiples ocupaciones en el trabajo, estudio, distracciones y los dispositivos digitales, no permiten dedicar la suficiente atención a ciertas actividades que terminaron convirtiéndose en una rutina o lo que consideramos “costumbres” y que en algunos casos llega a ser completamente automáticas, como es el caso de alimentación. Pues, generalmente cuando nos alimentamos no se da una desconexión entre el cuerpo y las sensaciones que producen los alimentos, corporales y físicas, por lo que no se logra reconocer nuevas emociones y sensaciones.

Alimentarse es un proceso básico y sumamente necesario para la supervivencia del ser humano; el sentimiento de hambre puede generarse de diferentes maneras, si bien es una necesidad, este proceso se ha automatizado, olvidando su importancia y con ello omitir los factores emocionales que interviene en la alimentación y que pueden provocar alteraciones en la conducta alimentaria. [1]

En efecto, surge la necesidad practicar el proceso de alimentarse de forma consciente o “Mindful Eating” como se conoce, esto consiste en dedicar atención plena a la hora de consumir alimentos, es decir, estar atento de forma intencional a lo que se hace en el momento de comer, aceptando y valorando la experiencia. Por lo que, la persona es capaz de reconocer diferentes sensaciones y así dirigir nuestra mente y emociones al proceso presente con gran aceptación y atención, lo cual proporciona una nueva forma de relacionarse con la comida y así disfrutarla de manera consciente y libre. [2]

El portal web Food Insight establece que la alimentación consciente implica [3]:

Sentir y percibir los olores, sabores y texturas de la comida ingerida involucrando los cinco sentidos.
Disminuir la velocidad de alimentación, consiguiendo una mayor concentración, atención y conexión con nuestro cuerpo.
Tomar consciencia del hambre física, saciedad y diferentes señales de satisfacción para saber qué, cuándo y cuánto comer.

Y, es que, si logramos tener una alimentación consciente, vamos además a tener un orden alimenticio, una mayor satisfacción, lo que ayuda a prevenir los trastornos alimenticios, pues, será más fácil aprender a identificar el hambre física de lo que sería, por ejemplo, la sensación emocional de hambre por ansiedad [1].

En cuyo caso, es necesario identificar el atracón de comida y posteriormente llevar a cabo acciones que permitan a la persona centrarse en sí mismo, escuchar el cuerpo y aprender a identificar las emociones para evitar comer de forma compulsiva, por esto es tan importante la Alimentación Consciente, pues, solo así logramos enfocar nuestra mente en dicho proceso, lo que puede llegar a ser incluso un calmante para el atracón y la respuesta de ansiedad. [4]

Dentro de los beneficios de la alimentación consciente se encuentra que nos permite disfrutar plenamente de la comida y la experiencia de comer, puesto que controlar la alimentación favorece y permite construir una buena relación con los alimentos, mejora los hábitos alimenticios e incluso ayuda al control y la pérdida de peso. [5]

Otros beneficios incluyen: Evitar distracciones como la televisión o el móvil; conocer las características de los alimentos para así elegir unos más saludables y nutritivos; como el proceso de alimentarse se hace más lento el cerebro tiene tiempo para recibir las señales de plenitud y saciedad del estómago, lo que influye en la decisión de cuándo parar de comer y además, se optimiza la digestión. [6]

En conclusión, la alimentación consciente es una práctica transformadora que nos permite establecer una relación más saludable y consciente con la comida. Al involucrar todos nuestros sentidos y estar completamente presentes durante las comidas, podemos apreciar los sabores, texturas y olores de los alimentos que consumimos. Además, comer conscientemente nos ayuda a estar más en sintonía con las señales de hambre y saciedad de nuestro cuerpo, lo que nos permite tomar decisiones informadas sobre qué, cuándo y cuánto comer. Esta práctica no sólo promueve una sensación de satisfacción y previene los trastornos alimentarios, sino que también favorece la pérdida de peso y el bienestar general. Al eliminar las distracciones y adoptar un ritmo de alimentación más lento, podemos cultivar una conexión más profunda con nuestro cuerpo y optimizar la digestión.