La alta de las cifras de suicidio en los Estados Unidos, lo ha convertido en una de las principales causa de muerte para la población en general.

Por: Neighbors’ Consejo|

El suicidio es considerado una problemática de salud publica que puede afectar a cualquier persona independientemente del género, edad o raza, a lo largo de la vida. Comprende el acto deliberado de atentar contra la propia vida y, a partir de su análisis se ha creado un foco de atención en las problemáticas de salud mental a nivel mundial. 

En ese sentido, el Instituto Nacional de Salud Mental (2021), establece que el suicidio ocurre solo cuando el resultado del daño causado a sí mismo con el propósito de terminar con la propia vida, es la muerte. Por el contrario, la acción se considera intento de suicidio. En pocas palabras, suicidio es el hecho consumado de muerte, donde los métodos más utilizados son: por asfixia, armas de fuego, intoxicación con sustancias y envenenamiento con plaguicidas o productos químicos.

Sin embargo, sostiene Enrique Echeburúa (2015) en base a Spirito y Donaldson (1998), que en muchos de los casos que incluyen conductas suicidas, la persona realmente no desea morir, sino dejar de sufrir; es quizá, por este motivo que la tasa de intentos de suicidio es mayor que la de los suicidios consumados. De acuerdo con los datos del Manual MSD (2021), se ha podido establecer que por cada muerte a causa de suicidio, existen aproximadamente 25 intentos de suicidio y que solo entre un 5 y 10% de las personas que intentan suicidarse lo consiguen.

En efecto, tomar una decisión que implique una conducta suicida, no resulta ser casual, por el contrario, incluye tres componentes básicos que denotan el nivel de complejidad de esta problemática: a) A nivel emocional, un sufrimiento intenso; b) A nivel conductual, una carencia de recursos psicológicos para hacerle frente; y c) A nivel cognitivo, una desesperanza profunda ante el futuro, acompañada de la percepción de la muerte como única salida. (Bobes, Giner y Saiz, 2011 Citado en Echeburúa, 2015)

Ahora bien, según datos recopilados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés, 2023), para el 2021, en Estados Unidos, 48.183 personas fallecieron a causa de suicidio, lo que quiere decir que en este país hay 14,5 muertes por cada 100.000 habitantes, dentro de las diferentes modalidades: por armas de fuego, por asfixia, suicidio por envenenamiento.

Conforme a la tasa de suicidios registrada, se encuentra que esta se encuentra ubicada como la décima primera causa de muerte para la población en general, mientras que por edad esta ubicación varía, pues se evidencia, que en los niños de 5 a 14 años es la cuarta principal causa de muerte; la tercera entre las personas de 15 a 24 años y las de 25 a 44; la novena causa de muerte entre las personas de 45 a 64 años. (Centro Nacional de Estadísticas de Salud. Health, Estados Unidos, 2020 – 2021)

Sin duda una cifra preocupante, que refleja tan solo una pequeña parte de la problemática que encierra el suicidio. Este representa una afectación no solo al individuo, sino para su familia y la comunidad en general. Este fenómeno tan complejo, resulta ser multicausal, es decir, que puede suceder por la interacción de diferentes factores como lo son: biológicos, psicológicos, ambientales, personales y sociales; y que pueden actuar de forma acumulativa, aumentando el riesgo a desarrollar dicha conducta.

Dentro de los principales factores de riesgo tanto para el suicidio, como para los comportamientos suicidas se encuentran los siguientes (NIMH, 2021; MedlinePlus, 2022):

  • Antecedentes de intentos de suicidio.
  • Trastornos mentales.
  • Cuestiones de vida estresantes, como problemas serios a nivel financiero o en las relaciones interpersonales.
  • Dolor crónico.
  • Antecedentes familiares de un trastorno mental o por consumo de sustancias.
  • Antecedentes familiares de suicidio.
  • Exposición a violencia familiar, lo que incluye abuso físico o sexual.
  • Presencia de pistolas u otras armas de fuego en el hogar.
  • Liberación reciente de la prisión o la cárcel.
  • Exposición, ya sea directa o indirectamente, a la conducta suicida de otros, como familiares, compañeros o celebridades.

Ahora bien, durante las ultimas décadas, las investigaciones han establecido un vinculo muy fuerte entre el suicidio y los trastornos mentales, en el metaanálisis realizado por Arsenault et al., (2004), se evidenció que aproximadamente el 87,3 % de los sujetos que se suicidaron padecían un trastorno mental, especialmente los relacionados a trastornos depresivos y a trastornos por consumo de sustancias.

De igual forma, la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2021) , plantea que muchos otros casos de suicidio documentados, se han cometido de manera impulsiva en situaciones de crisis, donde la capacidad de afrontamiento del individuo se disminuye. Por ejemplo problemas económicos, rupturas de relaciones, vivir una catástrofe, sensación de aislamiento, vulnerabilidad social, entre otras.

Si bien es cierto que resulta muy difícil controlar todos los factores de riesgo, algunas medidas pueden contribuir a reducir dicho riesgo y por el contrario fomentar la protección de las personas. Entre los que se pueden distinguir a nivel personal: las actitudes y valores en contra del suicidio; por ejemplo el concepto y valor que se tiene de la propia vida. Así como, las habilidades sociales, el manejo de la ira y la capacidad de resolución de conflictos, el autocontrol de la impulsividad. Además, el cuidado y búsqueda de la salud mental y somática, las creencias religiosas que desaprueben el suicidio, el temor al dolor. A nivel del entorno, contar con la existencia de una red social y familiar de apoyo, la participación comunitaria, la accesibilidad a los dispositivos de salud, un ambiente estable que le ayude a mantener actitudes positivas y cargadas de esperanza, alta autoestima y la resiliencia. (Ayuso et al., 2012)

Por otro lado, también es importante tomar otras medidas como la restricción al acceso de medios que puedan ser utilizados para cometer el suicidio como: las armas de fuego, medicamentos, alcohol, plaguicidas, etc. Igualmente, una psicoeducación sobre el suicidio y el desarrollo de aptitudes socioemocionales adecuadas, en las etapas de niñez y adolescencia, disminuye el riesgo a caer en este tipo de conductas.

Como la mayoría de las problemáticas de salud mental, la mejor manera de tratar el suicidio es desde la prevención y la detección temprana de dichas conductas, por eso, es necesario reconocer algunas señales como las mencionas por el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH, 2021), que puedan servir de indicador de un probable intento de suicidio, como lo son:

  • Hablar de querer morir o desear morirse.
  • Hablar de sentirse vacío o desesperado, o de no tener motivos para vivir.
  • Hablar de sentirse atrapado o pensar que no hay ninguna solución.
  • Sentir un dolor físico o emocional insoportable.
  • Hablar de ser una carga para los demás.
  • Alejarse de familiares y amigos.
  • Regalar posesiones importantes.
  • Decir adiós a amigos y familiares.
  • Poner sus asuntos en orden, como hacer un testamento.
  • Asumir grandes riesgos que podrían resultar en la muerte, como conducir extremadamente rápido.
  • Hablar o pensar en la muerte con frecuencia.

Otros signos de advertencia incluyen:

  • Mostrar cambios extremos en el estado de ánimo, pasando repentinamente de estar muy triste a sentirse muy tranquilo o feliz.
  • Hacer planes o buscar formas de suicidarse, como buscar métodos letales en línea, acumular pastillas o comprar un arma.
  • Hablar de sentirse muy culpable o avergonzado.
  • Consumir alcohol o drogas con más frecuencia.
  • Mostrarse ansioso o agitado.
  • Cambiar los hábitos alimenticios o de sueño.
  • Mostrar furia o hablar de buscar venganza.

En conclusión, el suicidio es una problemática compleja, desarrollada por la interacción de diferentes factores personales, ambientales, psicológicos, etc., y que la convierten en una de las principales causas de muerte a nivel mundial. La persona que comete el suicidio realmente no esta buscando la muerte, solo lo ve como la única opción para terminar con el sufrimiento que le acoge, independientemente de lo que lo este causando dicho sufrimiento. Por tanto, es importante reconocer que, junto a las medidas de prevención arriba descritas se debe incorporar la intervención profesional que incluyan evaluación y seguimiento a la situación, así como también juega un papel importante las redes sociales de apoyo y la capacidad de resiliencia del individuo.

Por último, recuerde que si necesita una mano amiga, cuenta con Neighbors’ Consejo, allí todos sus profesionales le podrán brindar servicios de apoyo comunitario y de salud mental que requiera, incluso ayudándolo a manejar sus pensamientos suicidas, antes de evitar una tragedia.  

Referencias:

Arsenault, G., Kim, C. & Turecki, G. (2004). Diagnósticos psiquiátricos en 3275 suicidios: un metanálisis. BMC Psiquiatría 4 , 37. Recuperado de: https://doi.org/10.1186/1471-244X-4-37

Ayuso, J., Baca, E., Bobes, J., Giner, J., Giner, L., Pérez, V.,… Saiz Ruiz, J. (2012). Recomendaciones preventivas y manejo del comportamiento suicida en España. Revista de Psiquiatría y Salud Mental, 5(1), 8–23. doi:10.1016/j.rpsm.2012.01.001. Recuperado de: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S188898911200002X

Centro Nacional de Estadísticas de Salud. Health, Estados Unidos. (2020 – 2021). Tabla LCODAge. Principales causas de muerte y número de muertes, por edad: Estados Unidos, 1980 y 2019. Recuperado en: https://www.cdc.gov/nchs/data/hus/2020-2021/LCODAge.pdf

Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus sigles en inglés) Centro Nacional de Estadísticas de Salud. Sistema Nacional de Estadísticas Vitales, Mortalidad (2021), en la base de datos en línea CDC WONDER. (Enero 18, 2023). Suicidio y autoagresión. Recuperado de: https://www.cdc.gov/nchs/fastats/suicide.htm

Echeburúa, E. (2015). Las múltiples caras del suicidio en la clínica psicológica. Terapia psicológica, 33(2), 117-126. Recuperado de: https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-48082015000200006

Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH). (2021). Preguntas frecuentes sobre el suicidio. (NIMH Núm. 21-MH-6389S) Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., Institutos Nacionales de Salud. Recuperado de: https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/preguntas-frecuentes-sobre-el-suicidio

Manual MSD, versión para profesionales. (2021). Conducta suicida. Recuperado de: https://www.msdmanuals.com/es-co/professional/trastornos-psiqui%C3%A1tricos/conducta-suicida-y-autoagresi%C3%B3n/conducta-suicida

MedlinePlus en español. Bethesda (MD): Biblioteca Nacional de Medicina (EE. UU.) (revisado, Abril 30, 2022]. Suicidio y comportamiento suicida. Recuperado de: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001554.htm

Organización Mundial de la Salud (OMS). (Junio 17, 2021). Suicidio. Recuperado de: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/suicide

Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. División de Prevención de la Violencia Centro Nacional para la Prevención y el Control de Lesiones. (2017). Prevención del suicidio: Paquete técnico de políticas, programas y prácticas. Recuperado de: https://www.cdc.gov/suicide/pdf/suicidetechnicalpackage-es.pdf

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