¿Soy yo el problema o mi terapeuta?
Encontrar un terapeuta resulta muy difícil, pues pedir una primera cita donde se revelaran los detalles más íntimos y vulnerables, es un poco vergonzoso y hasta genera desconfianza. Una situación que va a ser siempre muy incómoda, lo importante es que la química de las dos partes los acerque al objetivo, donde la honestidad acerca de los cambios y el rumbo a tomar les permita encajar y tener los resultados esperados.
También puede ocurrir que al asistir por mucho tiempo con el mismo terapeuta, sientas que tu crecimiento se ha estancado o no llena tus necesidades, lo mejor es ser sincero y poner fin. Sin embargo, lo más importante es no dejar de hacerlo.
«La química también importa», dice Fisher, así como estar de acuerdo en los objetivos que se quieren alcanzar, sentirse seguro y establecer una conexión.”