Regresión: Retornar a la infancia para escapar de un presente que causa angustia
Por: Neighbors’ Consejo|
La regresión hace parte de los conceptos psicoanalíticos utilizados por Sigmund Freud para denominar a uno de los mecanismos de defensa del aparato psíquico, como aquellas estrategias de la psique que buscan proteger al individuo de angustia o estrés. Según Augusto Vels (1990) “los mecanismos de defensa surgen como reguladores de la tensión emocional, permitiendo la descarga del exceso de dicha tensión y con ello, reducir desequilibrios o trastornos funcionales en el individuo.” Pero ¿Qué es la regresión?
Según Fanny Blanck (1997), en general la regresión se entiende como “un retorno hacia un punto anterior del desarrollo y el cual ya se había alcanzado”. Michael Balint (1989), consideraba que “Freud suponía que los procesos psíquicos, inician con la percepción de un estímulo, que se dirige al pensamiento y posteriormente hacia la acción en busca de reducir la tensión causada por el estímulo, pero que de no lograrse este fin se produciría la regresión.”
En el mismo sentido, Augusto Vels (1990a), explica que “cuando el sujeto no cuenta con formas eficientes de actuar sobre su realidad o no es lo suficientemente activo para realizar una acción acorde a las circunstancias, este decide retornar a un estadio anterior de desarrollo de su vida afectiva y mental en donde experimentó comodidad, seguridad y protección.” El mismo autor, menciona que un sujeto en regresión, lo que realmente busca de forma inconsciente es huir de una realidad que percibe como insoportable, refugiándose en pensamientos, sentimientos y conductas primitivas o en etapas de desarrollo anteriores. Lo que en palabras de Laurence Spurling (2008) basado en Freud, “produce un movimiento hacia atrás, pero no a un escenario sino a una función o estructura menos desarrollada, es decir que el pensamiento retorna de procesos secundarios a primarios.”
En pocas palabras, la regresión como mecanismo de defensa surge toda vez que el sujeto le cuesta afrontar una situación desagradable o no cuenta con los mecanismos para hacerle frente, por lo que retrocede en las formas de afrontamiento de etapas más tempranas (infantiles), pues estas le hacen sentir más seguro, como una forma de recordar el acompañamiento y la protección que recibió de sus cuidadores y que le hacían sentir más tranquila. Es decir, reaccionar a lo negativo buscando revivir experiencias de la infancia y que fueron percibidas como agradables.
Dicho esto, es importante comprender que para Sigmund Freud (1926), la regresión estaba estrechamente relacionada con las etapas psicosexuales del desarrollo (oral, anal y fálica, de latencia y pubertad), por lo que reconoció dos tipos de regresión libidinal: 1. El retorno a un estado anterior por fijación hacia un objeto sexual; y, 2. El retorno a un estado anterior por fijación a un fin sexual anterior. Es decir, que el individuo al experimentar estrés o frustración, puede hacer una regresión de la libido a estados de fijación (interrupción del desarrollo) temprano. (Inderbitzin & Levy, 2000)
Cabe aclarar que, este comportamiento no es percibido por la persona que lo realiza, pero si por las personas de su entorno, quienes consideran que las acciones asumidas por el individuo son inadecuadas e inmaduras. Siguiendo a lo planteado por el portal Centro Salem (2021), la regresión es más común en los niños, generalmente en ellos se produce por un trauma, estrés o frustración y suele ser temporal, es necesario mostrarse comprensivos y pacientes con el niño. Algunos ejemplos son: En una situación de divorcio de los padres, el menor puede volver a mojar su cama, a chuparse el dedo o hacer rabietas de manera constante. Según Angulo et al., (2009) un ejemplo muy común es que, tras la llegada de un nuevo hermano, los niños para llamar la atención: vuelven a orinarse en la ropa, no desean comer sólidos, hablan de forma más infantil, etc.
Para el caso de los adultos la incidencia es menor, pero se puede presentar en respuesta a situaciones que causan preocupación, miedo, irritación, incertidumbre o emociones negativas, el individuo puede, por ejemplo, chupar un bolígrafo, fumar de forma excesiva, llorar, columpiarse de lado a lado o simplemente dejar de hablar. (Centro Salem, 2021). En este sentido Angulo et al., (2009), plantea que algunas conductas regresivas en los adultos mayores incluyen: Gritos, llanto incoercible, rabietas, etc.
No obstante, la regresión adquirió gran importancia en el sentido terapéutico; para Freud esta era una gran herramienta dentro del tratamiento analítico, pues reconoció que, si no hay regresión por parte del paciente, tampoco habría acceso al proceso primario de pensamiento y a las experiencias primitivas, por tanto, tampoco podría existir un análisis. Por consiguiente, le aconsejo al analista que, para interpretar los anhelos y deseos vehementes del paciente, debe mantener una actitud de simpatía y objetividad pasiva. (Spurling, 2008) De acuerdo con Sandler y Sandler, el analista necesita permitir el desarrollo de la regresión “tolerar en el paciente, lo perverso, lo tonto, lo estúpido, lo infantil y lo ridículo.” (Citados en Spurling, 2008)
Posteriormente, Ferenczi establece tres objetivos en el tratamiento Regresivo: a) ayudar al paciente a “regresar” a la situación traumática, b) observar cuidadosamente qué grado de tensión el paciente será capaz de soportar en ese estado y, c) cuidar de que la tensión permanezca aproximadamente en ese nivel respondiendo de manera positiva a los deseos, anhelos y necesidades del paciente en estado de regresión. (1930, 1931 y 1932 Citado en Balint, 1989)
Ahora bien, por lo que se refiere a la terapia de regresión el portal United We Care Aquí, plantea que esta terapia ayuda a los pacientes a revivir experiencias pasadas difíciles de comprender, pero que afectan el presente. Es una gran herramienta terapéutica para acceder a recuerdos reprimidos, ya que permite a la mente viajar a través del tiempo hacia el pasado y de manera puntual hacía la memoria reprimida, con la finalidad de combatir las experiencias dolorosas y abordar problemáticas como:
- Miedos y fobias sin saber su causa
- Sentir culpa por razones desconocidas
- Luchar por tener intimidad
- Problemas de relación
- Estrés o trastorno de estrés postraumático (TEPT)
- Ansiedad
- Depresión
Entonces, se puede mencionar algunos de los beneficios de la terapia de regresión como lo son:
- Ayuda a liberar emociones bloqueadas.
- Enfrenta los miedos más profundos y quitarles poder.
- Reconsiderar los traumas de la vida para perdonarlos, para comprender que cada experiencia forma parte de la vida y su evolución.
- Ayuda a sanar relaciones conflictivas, a liberar lazos y dependencias con otras personas.
- Reduce el estrés.
- Reduce e incluso llega a eliminar el miedo a la muerte y el sufrimiento por la muerte de seres queridos.
Es conveniente subrayar que esta terapia no es apta para personas con patologías psiquiátricas que se caracterizan por alteración o pérdida de la realidad consciente, como psicosis, trastorno bipolar o trastorno límite de la personalidad y esquizofrenia.
En definitiva, la regresión es una forma de retroceder en el tiempo, la mente del individuo lo usa de forma inconsciente para defenderse del estrés provocado por determinada situación. En general, se retrocede a una etapa del desarrollo donde la persona se sentía protegida y segura. Los comportamientos asumidos en la regresión son percibidos por los demás como infantiles o inapropiados, es decir que se puede observar como un proceso de involución. Sin embargo, esta práctica ha sido utilizada como método terapéutico con grandes beneficios frente a la reducción del estrés y miedos.