Racionalización: ¿Es la mente, capaz de justificar su frustración por no aceptar la realidad?

Por: Neighbors’ Consejo|

Los mecanismos de defensa funcionan como herramientas psicológicas cuando de proteger al organismo se trata. Anna Freud en su libro “El Yo y los mecanismos de defensa” explica que las defensas buscan proteger al Yo de sentimientos y afectos dolorosos, así como de las pulsiones que los provocan, “rechazando” sentimientos de ansiedad y culpa. (1963 Citado en Álava, et al., 2019).

Conviene recordar entonces, que, según el Psicoanálisis, el aparato psíquico se encuentra estructurado por tres instancias denominadas el Ello, el Yo y el Superyó, cada una de las cuales tiene una funcionalidad independiente.

a. Ello: Parte instintiva que se rige a partir del principio del placer, por lo que lucha para que las pulsiones gobiernen la personalidad.

b. Yo: Es la instancia mediadora entre la búsqueda de placer del ello y las exigencias del superyó. Su función principal es hacerle frente a las amenazas y peligros percibidos por la persona y que le provocan displacer o angustia. Es decir, que es el ente defensivo de la personalidad y para hacerlo usa una serie de mecanismos de defensa.

c. Superyó: Instancia moral que sirve de juez, se forma por la interiorización de las normas, prohibiciones y exigencias sociales. (Decanini, 1993)

Las instancias psíquicas anteriormente explicadas, mantienen en conflicto interno para tratar de regir la personalidad del individuo. Es entonces, donde los mecanismos de defensa entran en juego y buscan mantener el equilibrio y regular la tensión o angustia por la carga de energía. En este sentido, Phebe Cramer (1998), plantea que las defensas facilitan el bienestar psicológico y la adaptación al entorno del individuo, puesto que ayudan a reducir los niveles de estrés, la decepción y las emociones negativas fuertes.

Por tanto, este artículo se centrará en la racionalización como mecanismo de defensa del Yo. Y, que de acuerdo con Augusto Vels (1990), este actúa como una forma de negación donde el sujeto argumenta sus razones para ocultar, justificar o encubrir algunas faltas o contrariedades, de manera que pueda defenderse de la frustración. En el mismo sentido, el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM (2013), lo define como las razones o argumentos que da el sujeto para encubrir sus conflictos o frustraciones.

Jean Laplanche y Jean Pontalis (1987) se refieren a la racionalización como el mecanismo que se da cuando el sujeto trata de explicar de forma coherente, lógica o aceptable, un punto de vista, una actitud, sentimiento, etc., cuyos motivos reales son desconocidos. Cabe aclarar que, la racionalización no es igual que engaño o mentira, es más bien un relato inconsciente que se da como mecanismo de protección para justificar los sentimientos, deseos o conductas del individuo y que guardan relación con la frustración.

Los siguientes ejemplos sirven para comprender mejor, cómo la mente usa la racionalización como medio de defensa:

“El adolescente que pretende a otro compañero/a de su clase, y que, al ser rechazado por él o ella, empieza a pensar y a comentar que tal vez esa persona no era el indicado.”

“En una relación de pareja, cuando se pretende justificar una infidelidad, con la razón de que la relación hace un tiempo no venía nada bien, incluso se llegue a pensar que la culpa es de aquel al que le fueron infiel.”

“En el entorno laboral, podría verse cuando un miembro del equipo justifica su bajo desempeño, por la falta de apoyo del jefe o compañeros.”

“En el entorno escolar, cuando un chico reprobó una materia y justifica su fracaso culpando al profesor, en vez de aceptar que no entiende algún tema específico”

“Una persona que dice no necesitar de una pareja, pero que en realidad cada vez que intenta acercarse a alguien sufre un ataque de pánico”

“Aquel que, al no ser invitado a un evento, justifica su decepción diciendo algo como, realmente no quería asistir o ni siquiera quería estar allí».

“En el caso de violencia doméstica, donde la parte abusada justifica la violencia con un yo me porte mal y lo merecía”

Bueno, así un sinfín de razones podrían diseñarse inconscientemente a la hora de justificar un acto o sentimiento que se considera negativo, pero que realmente lo que hace, es dificultar la capacidad de afrontar la realidad. A partir de los ejemplos se puede decir que, la racionalización se manifiesta en dos sentidos: El primero, justificarse a sí mismo, en el caso del entorno laboral; y, el segundo, que busca explicar factores externos, el caso de la violencia doméstica. 

En este aspecto, toma relevancia la percepción que se tiene de uno mismo, así como la percepción que se quiere dar a los demás de uno mismo, incluso se estaría haciendo referencia a lo que se considera socialmente aceptable o no. En pocas palabras la mente utiliza este mecanismo para evitar un conflicto entre las normas sociales y los actos propios.

Conforme a esto, Nira Castells (2021) (citando a Festinger (1957)), plantea que el propósito de la racionalización es reducir la disonancia cognitiva, es decir la “tensión que se produce entre el auto concepto positivo que tienen las personas y el conocimiento que tienen de ser agentes de una mala acción”, lo que en palabras de Gazzaniga (1985 citado Reig, 2012) no es más que la tensión provocada por contradicciones entre ideas, pensamientos y la realidad.

De alguna manera, explica Castells (2021) que “la psique se protege de la culpa a través de la racionalización, brindando una nueva interpretación al sujeto de sus acciones inmorales convirtiéndolas en actos moralmente aceptables.” Lo que está en concordancia con lo manifestado por Yon, Li y Kanazawa (2020) quienes dicen que se crea una realidad que se desea, para conservar una impresión social como seres psicológicamente coherentes y racionales.

Por ello, de manera general, casi todos los seres humanos desean mantener una imagen positiva de sí mismo y ante la sociedad. Por lo que, un pensamiento, sentimiento o comportamiento inaceptable, puede provocarle una gran tensión y malestar psíquico, esto lo lleva a racionalizar para defenderse de su frustración y/o del rechazo social. En palabras de Albert Bandura (2011): “las personas hacen cosas que les brindan satisfacción y un sentido de autoestima, y ​​se abstienen de violar sus normas morales porque tal conducta engendra auto condena, lo que denomina auto sanciones y sería lo que lleva a las personas a utilizar la racionalización como mecanismo de defensa.”

Sintetizando, la racionalización tiene como finalidad ocultar la realidad percibida como desagradable y frustrante y así evitar un conflicto psíquico, lo hace explicando con un relato lógico y aceptable socialmente las situaciones específicas que provocan malestar. Este mecanismo de defensa como los demás, sucede de forma inconsciente, pero representan una amenaza para el individuo a la hora de afrontar la realidad y adaptarse al ambiente, pues no le permite al individuo darse cuenta del error para corregirlo. Así que si reconoces alguna vez donde utilizaste este mecanismo de defensa, reflexiona ¿Por qué lo hiciste? y busca aceptar las frustraciones e intenta cambiar lo que consideres que está mal.

Referencias:

Álava, M., & Álava, J. (2019). Los Mecanismos de defensa: una comparación teleológica entre Sigmund y Anna Freud. Revista Perspectivas, (14), 1-12. Recuperado de: https://revistas.uniminuto.edu/index.php/Pers/article/view/2068

Bandura, A. (2011). Desconexión moral. La enciclopedia de la psicología de la paz. Recuperado de: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/9780470672532.wbepp165

Cramer, P. (2013). Estudios empíricos sobre mecanismos de defensa. Subjetividad y procesos cognitivos, 17(1), 97-117. Recuperado de: http://www.scielo.org.ar/pdf/spc/v17n1/v17n1a04.pdf

Castells, N. (2021). Efecto de la Defensa de la Identidad Moral, La Racionalización y la Disonancia Cognitiva sobre el Bienestar. Recuperado de: https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/27859/Efecto%20de%20la%20defensa%20de%20la%20identidad%20moral%2C%20la%20racionalizacion%20y%20la%20disonancia%20cognitiva%20sobre%20el%20bienestar.pdf?sequence=1

Decanini Visca, A. (1993). Los mecanismos de defensa, la creatividad y las relaciones de objeto en el desarrollo psicológico del niño, vistos a través de la teoría psicoanalítica. (Tesis de Licenciatura, San Pedro Garza García: UDEM). Recuperado de: https://repositorio.udem.edu.mx/handle/61000/2797

Laplanche, J., & Pontalis, J. B. (1987). Diccionario de Psicoanálisis. Barcelona, España: Labor. Recuperado de: http://www.bibliopsi.org/docs/guia/diccionario-de-psicoanalisis-laplanche-y-pontalis.pdf

Vels, A. (1990). Los mecanismos de defensa bajo el punto de vista psicoanalítico. Agrupación de Grafoanalistas Consultivos de España, 6, 1-11. Recuperado de: http://www.grafoanalisis.com/Mecanismos_de_defensa_Vels.pdf

Reig, D. (2012). Disonancia cognitiva y apropiación de las TIC. Telos90(1), 9-10. Recuperado de: https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=-KrHCgAAQBAJ&oi=fnd&pg=PA9&ots=FWcxuF1Y3g&sig=20dV8hntl3hvSRk_Q2FX1ITC-T0#v=onepage&q&f=fals

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