No es exceso de tecnología, es “falta de calle”.
A partir del 2010, las tasas de depresión, ansiedad y trastornos mentales se dispararon en un 50% en miembros de Generación Z (nacidos a partir de 1996), donde uno de cada diez niños y jóvenes (alrededor de 293 millones de todo el mundo) desarrollaron estos trastornos. Estudios cuestionan el uso de teléfonos móviles, la tecnología y la interacción de redes sociales y su efecto negativo en la salud mental, sustituyéndolo por el juego y actividades al aire libre.
Se menciona además que, a jóvenes y niños, les parece más atractivo pasar tiempo en casa, encerrados, desarrollando actividades virtuales diseñadas para liberar dopamina en grandes cantidades y crear adicción.
Según un estudio de OnePoll, solo el 27% de los niños juegan regularmente en la calle. El dato es llamativo, pero cobra otra dimensión al compararlo con el de sus padres y sus abuelos. El 71% de los babyboomers (las personas nacidas entre 1946 y 1964) jugaban en la calle regularmente cuando tenían su edad.