La bulimia, una problemática mayor que el temor a engordar.
“Soy Natalia, madre de una hija bellísima de 16 años. A la cual desde que era pequeña la familia, amigos y yo, le decíamos que podría llegar a ser modelo, le insistimos en la forma que debía caminar, vestirse y qué comer. Y, aunque a ella no parecía importarle, cuando llegó a la adolescencia y su cuerpo cambió, empezó a obsesionarse con su imagen, siempre nos decía que quería verse perfecta, se comparaba con las modelos que veía en las revistas, pasaba mucho tiempo frente al espejo; un día ya de 15 años, decidió presentar casting como modelo para un comercial de ropa juvenil, pero no lo consiguió, la chica que fue elegida era demasiado delgada, parecía que la ropa le colgaba y desde ese momento empezaron las dificultades. Mi hija solo pensaba en bajar de peso, siempre estaba irritada, quería verse más delgada, así que hacía fuertes rutinas de entrenamiento, dietas, corría todas las mañanas, casi no asistía al colegio para quedarse haciendo alguna actividad física, pero ella sentía que no era suficiente, todo el tiempo se estaba quejando de su peso, a pesar de que el médico le insistió que estaba muy bien de peso y talla. Hasta el día que la vi en el baño vomitando y al preguntarle qué estaba pasando, me dijo que algunas veces come papas fritas y chocolates a escondidas de forma excesiva y al sentirse culpable intenta deshacerse de la comida, en ese momento entendí que su angustia por querer verse como las modelos la llevó a comer de más, cosas que no solía ingerir en frente mío. Afortunadamente, me di cuenta a tiempo y ella pudo iniciar un tratamiento integral que le ha ayudado demasiado a controlar la ansiedad por comer, estando allí conocimos casos de chicos que tuvieron muchas complicaciones”.
De acuerdo con los datos del informe “El costo social y económico de los trastornos alimentarios en los Estados Unidos de América”, aproximadamente 28,8 millones de estadounidenses (9 %), sufrirá un trastorno alimentario en algún momento de su vida, siendo esta una de las enfermedades mentales más mortales, superadas solo por la sobredosis de opioides. (Economía del acceso de Deloitte, 2020).
Estos trastornos son multicausales y pueden afectar a cualquier persona, independiente de la edad, raza, peso corporal, grupo socioeconómico, etc.; comúnmente se consideraba que las mujeres, especialmente jóvenes, son más propensas que los hombres a sufrir de estos trastornos. Sin embargo, según el portal de Noticias Médicas Hoy (2022), investigadores encontraron que los niños y las niñas enfrentan un riesgo similar a padecer este trastorno, también hallaron mayor riesgo en los niños con índices de masa corporal (IMC) más altos y en aquellos que estaban más avanzados en la pubertad.
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), los trastornos alimentarios están clasificados en la categoría de los “Trastornos de conducta alimentaria y de la ingesta de alimentos”, que de forma general provocan una alteración en la alimentación o en las conductas relacionadas con esta acción, los subtipos más frecuentes son: la bulimia nerviosa y la anorexia nerviosa.
En concreto, este artículo hace énfasis en la bulimia nerviosa, conocida comúnmente como bulimia, la cual se caracteriza principalmente porque la persona sufre al menos una vez a la semana durante tres meses, episodios repetidos de una mayor ingesta de alimento en un periodo corto de tiempo acompañado de la sensación de falta de control sobre lo que ingiere o conocido como atracones; posteriormente la persona intenta compensar la ingesta de formas inapropiadas como el vómito auto provocado, el uso incorrecto de purgas (laxantes, diuréticos u otros medicamentos), el ayuno o el ejercicio excesivo y así evitar el aumento de peso. (DSM-5)
La personas bulímicas, generalmente son conscientes de su desorden en el patrón de alimentación y experimentan miedo o culpa; suelen mostrarse muy preocupados por el control de su peso y por mantener una dieta equilibrada y controlada, si escuchan sobre dietas de moda o tendencias sobre alimentación no dudarán en probarlo; mantienen prácticas excesivas de ejercicio físico, argumentando la necesidad de perder peso; es común verlos beber grandes cantidades de agua o bebidas no calóricas, masticando chicles o mentas, así como usando frecuentemente enjuague bucal. (Asociación de Trastornos de la Alimentación, NEDA)
Igualmente, pueden verse algo irritables, sentirse incómodos por tener que comer cerca de otras personas, ya que suelen crear rituales con los alimentos, por ejemplo, masticar excesivamente o crear horarios específicos; después de comer acostumbran ir al baño o ejercitarse para realizar las purgas, se observan frecuentemente en el espejo para comprobar su apariencia y al no sentirse cómodos con esta, ocultan su cuerpo usando ropa amplia aun teniendo un peso dentro del rango normal. Las personas de su entorno pueden notar signos como: debilidad muscular, mareo, desmayo, problemas de sueño, olores de vómito, paquetes envoltorios de laxantes o de comida que han sido consumidas en secreto. (NEDA, s. f.)
Generalmente, estos pacientes conservan un peso normal o tienen un sobrepeso moderado, lo que dificulta la visibilidad del trastorno. Entonces, es importante estar alerta a cualquier señal que revela el mínimo indicio, algunas diferentes a las mencionadas arriba podrían ser: hinchazón en mandíbula, cuello, garganta, glándulas salivales, así como en los pies producto de la retención de líquidos; callos en el dorso de las manos; problemas dentales, resultado de la exposición al ácido del estómago al vomitar, lo que también les provoca reflujo ácido y otros problemas gastrointestinales; piel pálida y adelgazamiento del vello capilar, piel seca y uñas secas y quebradizas; daño intestinal debido al abuso de laxantes; la deshidratación severa produce un desequilibrio de los electrolitos que puede terminar en un accidente cerebrovascular o ataque al corazón.
Lo anterior, es un indicador de lo peligrosas que resultan las prácticas extremas para deshacerse de la comida o purgarse, utilizadas en este trastorno. Es que, de forma general, la malnutrición que se da durante el cuadro clínico provoca que el sistema inmunológico se deteriore y la funcionalidad disminuya, creando problemas médicos y emocionales graves. El paciente resulta ser más vulnerable a padecer otras condiciones como: autolesiones, abuso de sustancias, impulsividad, en el caso de las mujeres tener períodos irregulares o no tenerlos, e incluso la dificultad de quedar embarazada.
Por tanto, es importante reconocer el papel que juegan los medios de comunicación, la cultura y la sociedad, en el desarrollo de la bulimia, la interiorización de ideales de belleza y las actitudes de aceptación y rechazo frente al cuerpo humano, la apariencia y el peso, crean una valoración equivocada o superficial de la persona. Por lo que, se considera pertinente filtrar la información recibida del entorno, preferir la que elogie fortalezas, habilidades, logros y el bienestar integral de la persona. Algunas recomendaciones dadas por la Asociación Nacional de Anorexia Nerviosa y Trastornos Asociados (ANAD, por sus siglas en inglés) y a partir de las cuales usted puede contribuir son:
- Encontrar el valor en los logros fuera de la escala.
- Abstente de participar en «charlas sobre gordos» y estigmatizar el cuerpo.
- Habla con otros sobre las cosas asombrosas que el cuerpo puede lograr.
- Preguntar a los demás qué puede hacer usted (su cuerpo) por ellos.
- Involucrarse en hábitos alimenticios y niveles de ejercicio apropiados y saludables.
- Discutir y analizar con los demás, los mensajes que puedan recibir de la sociedad, los medios de comunicación y cualquier canal en línea.
- Felicite a los demás por lo que pueden hacer y por quiénes son, no por su apariencia.
Recuerde, indiscutiblemente el diagnóstico y tratamiento temprano de los trastornos mentales, hace una gran diferencia. Por eso, la importancia de estar alerta a las señales que indiquen algún indicio y la consulta inmediata a un profesional que provea los medios para mejorar la calidad de vida.
En conclusión, el trastorno de la conducta alimentaria de la bulimia nerviosa, se da por la aparición de dos ciclos, en el primero, el paciente ingiere una gran cantidad de alimento de forma descontrolada y en un periodo corto de tiempo, en el segundo ciclo, y tras el sentimiento de culpa por la ingesta del ciclo anterior asume un patrón de conducta peligroso de purga, con la finalidad de eliminar peso. Esta condición requiere de un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado para mejorar el malestar psíquico y evitar complicaciones clínicas y la muerte.
Referencias:
Asociación Americana de Psiquiatría. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5®), 5a Ed. Arlington VA.
Asociación Nacional de Anorexia Nerviosa y Trastornos Asociados, ANAD. (s. f.). Imagen corporal. Recuperado de: https://anad.org/get-informed/body-image/
Asociación de Trastornos de la Alimentación, NEDA. (s. f.). Bulimia Nerviosa. Recuperado de: https://www.nationaleatingdisorders.org/learn/by-eating-disorder/bulimia
Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., Institutos Nacionales de Salud, Instituto Nacional de Salud Mental. (Actualizado 2021). Los trastornos de la alimentación: Un problema que va más allá de la comida. (NIH Publicación Núm. 21-MH-4901S). Recuperado de:
https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/los-trastornos-de-la-alimentacion
Economía del acceso de Deloitte. (Junio de 2020). El costo social y económico de los trastornos alimentarios en los Estados Unidos de América: un informe de la Iniciativa de capacitación estratégica para la prevención de los trastornos alimentarios y la Academia de trastornos alimentarios. Recuperado de: https://www.hsph.harvard.edu/striped/report-economic-costs-of-eating-disorders/
Noticias Médicas Hoy. (Agosto 19, 2022). Los niños son tan propensos como las niñas a participar en trastornos alimentarios, muestra un estudio. Recuperado de: https://www.medicalnewstoday.com/articles/boys-just-as-likely-as-girls-to-engage-in-disordered-eating-study-shows