El psicólogo como guía, acompaña y facilita los procesos de aprendizaje que permiten una transformación de vida
Por: Neighbors’ Consejo|
Un guía es aquella persona presente en diferentes contextos, que orienta o conduce a otra por el camino que ha de seguir. Por ejemplo, existen los guías turísticos, los espirituales como los sacerdotes o pastores, los de aprendizaje como los docentes, etc. Lo cierto, es que desde cualquiera de los ámbitos en el que se desempeñe, su responsabilidad es enorme.
Guiar es encaminar o dirigir hacia un objetivo. Según el Diccionario Webster, “guiar es dirigir, supervisar o influir por lo general para un fin particular.” Esto último puede generar controversia, ya que influenciar a alguien conlleva la perspectiva subjetiva de quien lo hace y distorsiona el sentido de orientación, que es una de las finalidades del término.
Ahora bien, la palabra “guiar” (desde el sentido de dirigir) establece el desarrollo de una actividad casi como un proceso mecánico, es decir, seguir unos pasos impartidos desde la consideración de aquel que está guiando. Durante muchos años, se ha visto y escuchado casos de personas que actuando como guías han influenciado de manera asombrosa y positiva en la vida de otros. Sin embargo, también se conocen sucesos donde la influencia ha sido de manera negativa.
Por ejemplo, un mal guía puede ser aquel líder de la iglesia que han influenciado en los fieles para lograr lo que él desea, tal como lo menciona el Papa Francisco en su mensaje para la cuaresma del 2018 sobre los falsos profetas, donde los describe como “encantadores de serpientes, que se aprovechan de las emociones humanas para esclavizar a las personas y llevarlas adonde ellos quieren”. Otro caso, puede ser el del amigo que orienta a otro hacia el consumo de drogas mostrando esto como solución a un proceso emocional, pero que termina siendo solo un alivio momentáneo convirtiéndose en una dificultad peor que la inicial. O, el caso de las ideologías políticas como el “islamismo radical”proclamada por los yihadistas, que apoyan la guerra santa y el uso de prácticas como el terrorismo, dejando al año miles de víctimas en diferentes países especialmente Siria, Afganistán, e Irak, etc., según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, ACNUR (s. f.)
Dicho esto, y para el caso que concierne el desarrollo de la profesión como psicólogo, se prefiere usar el término “facilitador”, ya que así se dará mayor relevancia a la reflexión ontológica que se ha llevado a cabo durante muchos años y, que demuestran la necesidad de aplicar métodos más objetivos, dada la naturaleza dinámica y compleja de la mente humana.
Ahora bien, la ciencia de por sí, ha buscado la aplicación de teorías generales, que, si bien han sido útiles para conocimientos fácticos como la física, para el caso de las ciencias humanas y sociales no tanto, pues, esto termina mecanizando la vida de las personas, sin considerar otras dimensiones como las creencias, la cultura, el entorno, etc., y, que en cambio sí contribuyen al desarrollo del pensamiento más crítico, creativo y reflexivo, tan mencionado en los últimos 40 o 50 años. (Ortiz, 2013)
Según el Código Deontológico de los psicólogos (2017), el psicólogo es un profesional que debe poner todo su conocimiento, habilidades y capacidades al servicio del que lo requiere, con la finalidad de apoyar, acompañar y asistir los procesos mediante el cual se busca mejorar la calidad de vida de las personas y la condición de las organizaciones y la sociedad; lo que significa que debe trabajar de forma asertiva en beneficio de los demás y la minimización de daños.
Pero, ¿Por qué este artículo identifica el trabajo del psicólogo con el apoyo y acompañamiento al individuo más que la sola dirección hacia objetivos? En primer lugar, porque todo proceso psicológico requiere de la voluntad del paciente para su realización y no de la imposición; segundo, porque se establece un programa donde se busca enseñar a las personas las herramientas para mejorar en determinada área, pero es el paciente quien las pone en práctica y establece prioridades según sus necesidades. En otras palabras, el psicólogo no da una solución, sino que actúa como instrumento para que el paciente o cliente encuentre alternativas de solución.
Otro punto, es que el psicólogo ayuda para que la persona reconozca y comprenda por sí misma, él por qué y para qué de algunas cosas o situaciones, no señala y juzga, indicando lo que a su juicio está bien o mal. Como facilitador, el psicólogo, no tiene prejuicios, ni se centra en un diagnóstico o los aspectos negativos de este, sino que busca fortalecer lo positivo y así ayudar a que la persona se sienta mejor consigo misma. Cabe aclarar que no dirige, sino que acompaña, el paciente es el sujeto activo del proceso y es quien realmente tiene el control y poder sobre su vida.
En este sentido, Arturo Zarate (2014) indica que, el psicólogo organizacional actualmente enfrenta retos frente a los nuevos modelos de organización y donde su papel como facilitador de aprendizaje continuo es vital, para así contribuir al desarrollo de competencias y experticias del empleado, permitiendo con ello el empoderamiento personal del trabajador y también de la organización. Del mismo modo, un psicólogo educativo para Morin (2001 citado en Gravini et al., 2010), debe mantener una actitud ética que busca la comprensión de las personas y no el señalamiento o la condena, es decir, desde una perspectiva más humana y ética.
Los psicólogos desempeñan muchos roles, como investigadores, educadores, profesionales en diagnósticos de comportamiento, terapeutas, supervisores, consultores, administradores, intervencionistas sociales y testigos expertos (Asociación Americana de Psicología, [APA], 2017) y, desde las diferentes ramas donde actúa su finalidad siempre será salvaguardar el bienestar y los derechos de todos aquellos con quienes interactúa. La invitación entonces, es ir un poco más allá de lo conceptual, es a comprender la realidad personal, familiar, social en sí, ya que los procesos psicológicos y terapéuticos son variables según el tiempo y las condiciones propias del ser humano.
Lo que es muy similar a lo planteado por Pedro Sanchez (2012), quien establece que el rol del psicólogo se construye en cada fase del proceso partiendo de las necesidades del paciente y del tratamiento. Algunos de ellos son:
- Rol de facilitador, el psicólogo parte de su esencia humana, desde sus habilidades como la empatía y la actitud posibilita al paciente a involucrarse en el proceso, sin generar señalamientos que limiten el tratamiento.
- Rol ético, manteniendo respeto por el paciente y los demás participantes del proceso, así como compromiso con cada uno de los objetivos que se asumen.
- Rol evaluador: el psicólogo asume una postura reflexiva durante todo el proceso, permitiendo que el paciente reconozca posibles rutas de mejoramiento y solución.
Resumiendo, la reflexión realizada en este artículo es hecha desde una visión particular y no significa que sea una verdad universal. Esta perspectiva contempla los saberes y experiencias personales, que han ratificado que el quehacer de un psicólogo, como yo, que, más que ser un guía que dirige un proceso, es un facilitador del mismo, que compartiendo conocimientos acompaña al paciente que de manera voluntaria, busca mejorar su calidad de vida y transformarla.
Referencias
Alto Comisionado De Las Naciones Unidas Para Los Refugiados, Acnur. (S. F.). Aclarando los términos Islam, Islamismo, Islamista Y Musulmán. Recuperado de: https://eacnur.org/es/islam-islamismo-islamista-y-musulman-aclaramos-terminos
Asociación Americana de Psicología. (2017). Principios éticos de los psicólogos y código de conducta (2002, modificado en vigor el 1 de junio de 2010 y el 1 de enero de 2017). http://www.apa.org/ethics/code/index.html
El Papa Francisco denuncia «a los falsos profetas que enfrían el amor. (Febrero 18, 2018). Padre Nuestro, pp 6-7. Recuperado en: https://www.architoledo.org/wp-content/uploads/2017/03/PN-1484-18-de-febrero.pdf
Gravini Donado, M., Porto Escorcia, A., & Escorcia Julio, L. (2010). El psicólogo educativo en la actualidad: un facilitador del desarrollo humano integral. Psicogente, 13(23). Recuperado de: http://revistas.unisimon.edu.co/index.php/psicogente/article/view/1821
Ortiz, Alexander. (2013). Relación entre la objetividad y la subjetividad en las ciencias humanas y sociales. Revista Colombiana de filosofía de la ciencia, 13(27), 85-106. Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/414/41431644004.pdf
Sánchez Reyes, P. N. (2012). Sistematización del rol del psicólogo en la realización de talleres educativos en contextos organizacionales. Tesis de Licenciatura, Psicología. Recuperado de: http://bibliotecadigital.usbcali.edu.co/bitstream/10819/855/1/Sistematizaci%C3%B3n_Rol_Contextos_S%C3%A1nchez_2012.pdf
Zárate, A. S. (2014). El psicólogo organizacional como facilitador del aprendizaje: su rol principal. Avances en Psicología, 22(1), 29-48. Recuperado de: https://revistas.unife.edu.pe/index.php/avancesenpsicologia/article/view/271