Una forma de interactuar, para conseguir relaciones humanas más cordiales y respetuosas.
Por: Neighbors’ Consejo|
“Peter, líder de un grupo empresarial, se queja constantemente de tener problemas en su trabajo “a la gente hoy día no le gusta trabajar, siempre hay que estar empujandolos para que hagan las cosas” comentaba todo el tiempo e insistía que todos se aprovechaban de él por que era muy responsable y detallista, creía que en los pasillos hablaban a sus espaldas y por eso vivía amenazando con echar a todo el mundo. Su equipo de trabajo, tienen una versión diferente, pues consideraban a Peter un mal líder, ya que siempre, buscaba minuciosamente algún detalle para quejarse del trabajo en equipo, lo consideraban obsesivo, perfeccionista y caprichoso, aunque ellos lograran siempre cumplir con las metas, él se quejaba por lo mínimo. La problemática aumentó, pues Peter, estaba teniendo mala relación con su esposa, familiares y amigos, quería que todo se hiciera conforme él deseaba y siempre se detenía en situaciones que para los demás no tienen relevancia, no buscaba soluciones y se justificaba en que todos estaban en contra suya. Cada vez que podía le dejaba claro a su esposa y amigos, qué comportamientos le molestaban y como le gustaba que lo trataran, mientras mantenía un tono alto de voz, el ceño fruncido y los puños cerrados, así, esperaba no tener malos entendidos. Tiempo después, Peter empezó a sentirse incómodo y culpable, pues se dio cuenta que hablaba mucho y escuchaba poco, decía las cosas sin pensar y muchas veces ofendió a los demás, entendió que su estilo de comunicación no era el mejor”
Si bien, el ser humano en su cotidianidad (entorno académico, laboral, familiar y demás) se relaciona con otras personas, la forma en que establece dichas relaciones debe procurar un equilibrio social, a la hora de expresarse y reaccionar. Es decir, ni agresivo ni pasivo, sino, más bien asertivo. Pues, el bienestar y la calidad de vida de una persona, se encuentra muy relacionado a la forma en que interactúa con los demás, y de su elemento principal: La comunicación.
Según Rosa Medina (2017), la habilidad de comunicarse puede darse en diferentes estilos e influir en el comportamiento que asume el sujeto, y a partir de lo cual la autora identifica los siguientes:
- Comportamiento pasivo: El sujeto no actúa en defensa de sus derechos y deberes, pues, permite que los demás se aprovechen de él y lo manipulen de manera abierta o solapada. Es común que el sujeto se comporte de tal manera por poseer baja autoestima o por ser inhábil en la comunicación ya que se le dificulta expresar con claridad sus opiniones y sentimientos.
- Comportamiento Asertivo: El sujeto defiende sus derechos y deberes, respetando en esencia a los demás, haciendo uso de las habilidades comunicativas, las habilidades sociales y su sistema de valores que le permiten expresarse de forma libre y responsable sus opiniones y sentimientos.
- Comportamiento Agresivo: Todo comportamiento dirigido a agredir a otros ya sea de forma física, verbal, psicológica, como por ejemplo: Pelear, amenazar, humillar, ofender, ignorar, manipular, etc., igual que en el comportamiento pasivo, este tipo de comportamiento puede presentarse por poseer baja autoestima o por ser inhábil en la comunicación, ya que, al sujeto se le dificulta expresar con claridad sus opiniones y sentimientos.
Dicho lo anterior, se puede considerar que el estilo de comunicación y por ende, la forma más saludable de actuar en cualquier ámbito de la vida, resulta ser la asertividad… Pero ¿Qué es eso?
El concepto de “asertividad” desde la psicología, ha sido estudiado desde diversas aproximaciones teóricas, originalmente surgió en Estados Unidos en la década de 1940, a partir las investigaciones de Andrew Salter (1949), quien la identificó como «un rasgo de la personalidad», por lo que se creía que algunas personas la tenían y otras no; Joseph Wolpe (1958) que la define como «la expresión adecuada socialmente aceptable dirigida hacia otra persona, de cualquier emoción que no sea la respuesta de ansiedad.”
Por su parte, Arnold Lazarus (1966; 1973) considera la asertividad «la expresión de los derechos y sentimientos personales» (Miranda & Vega, 2021), la habilidad que se manifiesta a partir de cuatro patrones de respuesta especificados y separados (Flores, 2002):
- Decir «no».
- Pedir favores y hacer demandas.
- Expresar sentimientos positivos y negativos.
- Iniciar, continuar y terminar conversaciones generales.
Para Jakubowski y Lange “actuar asertivamente significa hacer valer los derechos, expresando lo que uno cree, siente y quiere en forma directa, honesta y de manera apropiada respetando los derechos de la otra persona.” (1978 Citado en Flores, 2002)
Esto permite comprender a la asertividad como una habilidad aprendida a lo largo de la vida que requiere una percepción personal de las propias necesidades y una elección eficiente de la adecuada expresión y comunicación de estas, en pocas palabras, la asertividad se relaciona directamente con la autoestima, ya que valoración de sí mismo (Bautista et al., 2020). Lo que para Amy Pitt & Beatrice Roth (1978) son aspectos críticos del comportamiento asertivo, pues para ellas para ser asertivo es clave “el concepto de sí misma de una persona, su modo de expresión de sentimientos y el estilo verbal y no verbal particular utilizado en dicha autoexpresión”.
“Representa una conciencia de uno mismo, una forma de tenerse en cuenta a uno mismo al comunicarse con otra persona. Comienza con un enfoque interno, en forma de preguntas que se pueden plantear a uno mismo como: ¿Qué estoy sintiendo? ¿Qué quiero? ¿Qué pienso? ¿Qué quiero decir? Luego viene una declaración externa clara del mensaje interno”
En pocas palabras, para la asertividad resulta fundamental la relación entre lo que se siente y la conducta. Así entonces una persona asertiva se caracteriza principalmente por (Castanyer, 2010):
- Conocen sus propios derechos y los defienden
- Respeta a los demás, no busca “ganar”, sino “llegar a un acuerdo”.
- Habla de forma fluida, segura, sin bloqueos ni muletillas.
- Mantiene contacto ocular directo, pero no desafiante
- Asume una posición corporal relajada y cómoda.
- Expresa sus sentimientos tanto positivos y negativos.
- Es honesto.
- Tiene la capacidad de hablar de sus propios gustos e intereses.
- Acepta errores.
- No se siente inferior ni superior a los demás.
- Tiene satisfacción en sus relaciones.
- Sostiene control emocional.
- Frenará o desarmará a la persona que le ataque.
- Aclaran equívocos
- Respeta y valora a los demás.
- Suele ser considerada “buena”, pero no “tonta”
Igualmente, se percibe y acepta sin prejuicios; tiene confianza y seguridad en sus capacidades y valora sus esfuerzos y se respeta (Miranda & Vega, 2021). Además, posee un pensamientos crítico, tolerante y sensible a la experiencia de los demás, por lo que es capaz de encontrar soluciones y acuerdos, defender su punto de vista sin faltar el respeto a nadie, a su vez, tiene la capacidad de elegir con autonomía y libertad su proyecto de vida (Quiñonez & Moyano, 2019).
Ser asertivo puede ayudar a las personas a desarrollar su seguridad personal, su autoimagen, autoestima, el autoconcepto, ser más eficiente en el manejo de situaciones conflictivas y evitar situaciones que le resulten estresantes (Miranda & Vega, 2021). Otros beneficios contemplados por la Clínica de Mayo (2022) incluyen: Adquirir un sentido de empoderamiento, comprender y reconocer los sentimientos, obtener el respeto de los demás, mejorar la comunicación, mejorar las habilidades frente a la toma de decisiones, desarrollar relaciones sinceras y obtener máyor satisfacción laboral.
Ahora bien, dado que la asertividad parte del respeto por sí mismo y por los demás, este estilo permite que las personas tengan mayor control de sus comportamientos, propiciando relaciones humanas más conscientes y cordiales. Se hace necesario comprender que existen deberes y derechos a la hora de comunicar o actuar asertivamente, tal como se relaciona en la siguiente tabla , tomada de Rosa Medina (2017):
DERECHOS ASERTIVOS | DEBERES ASERTIVOS |
Tengo derecho a ser mi propio juez. | Tengo deber de examinar mi comportamiento y valorar los aspectos en los cuales actuó correctamente y en cuáles no. |
Tengo derecho a equivocarme | Tengo el deber de asumir las responsabilidades por las consecuencia de mis errores . |
Tengo derecho a cambiar de opinión | Tengo el deber de ser flexible, no aferrarme a criterios fuera de contexto. Cambiar de opinió cuando sea necesario y explicar, cuando lo amerite la situación, el porqué de dicho cambio . |
Tengo derecho a no dar explicaciones acerca de mi comportamiento | Tengo el deber de explicar por los cambios de mi comportamiento, cuando afectan esencialmente a otros. |
Tengo derecho a dar excusas por mi comportamiento | Tengo el deber de dar excusas a otros, cuando son afectados por mis decisiones. |
Tengo derecho a comportarme independientemente de la lógica común | Tengo el deber de explicar por qué me comporto diferente de los demás, a las personas que me quieren o que son afectadas por mi comportamiento, con él objetivo que comprendan mi decisión y me apoyan aunque no concuerden totalmente conmigo . |
Tengo derecho a decir “no entiendo ” | Tengo el deber de explicar amablemente por qué no entiendo y solicitar que me expliquen. |
Tengo derecho a decir “ no sé ” | Tengo el deber de explicar amablemente lo que no sé y solicitar que me enseñen . |
Tengo derecho a decir “no quiero” | Tengo el deber de explicar amablemente que no quiero y sostener mi decisión con firmeza pero sin agredir. |
Como puede apreciarse, la asertividad consigue facilitar el diálogo, aún cuando las opiniones son distintas, permitiendo conseguir soluciones amables y respetuosas con todos aquellos con los que se interactúa, por lo que puede considerarse a la asertividad como la manera más eficaz para interactuar en cualquier momento, puesto que, al expresarse, no solo resulta importante lo que se dice, sino que también es fundamental la forma en que se dice.
Para concluir, la asertividad es una habilidad básica para el ser humano en el día a día. Pues, todas las personas tienen percepciones diferentes de la realidad y objetivos conforme a sus propios intereses, por lo que, los conflictos pudieran resultar comunes. Sin embargo, existen una mejor manera de hacerle frente a las demandas del entorno y actuar de forma más adecuada, por tanto este artículo busca invitarle a desarrollar conductas asertivas, ya que resulta más útil, optar por una forma directa y respetuosa de comunicarse y comportarse, qué hacerlo de formas agresivas o pasivas que daña las relaciones y menoscaba el respeto mutuo.
Referencias:
Castanyer, Olga. (2010). La asertividad: expresión de una sana autoestima. Desclée de Brouwer.
Clínica de Mayo. (Mayo 13, 2022) Adopta una actitud asertiva: reduce el estrés y comunícate mejor. Recuperado de: https://www.mayoclinic.org/es/healthy-lifestyle/stress-management/in-depth/assertive/art-20044644
Flores, M. (2002). Asertividad: una habilidad social necesaria en el mundo de hoy. Yacatán: Revista de la Universidad Autónoma de Yucatán. https://www.revistauniversitaria.uady.mx/pdf/221/ru2214.pdf
Medina, R. (2017). La asertividad como estilo de comunicación: ¿derechos o deberes?. Revista Cubana de Tecnología de la Salud, 8(2), 61-69. Recuperado de: https://revtecnologia.sld.cu/index.php/tec/article/view/816/760
Miranda, G. C., & Vega, G. C. (2021). La comunicación asertiva: Una mirada desde la psicología de la educación. Didasc@ lia: didáctica y educación, 12(3), 131-151. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8154371
Pitt, A. y Roth, B. (1978). Un modelo de entrenamiento asertivo: Integración de sentimientos y conducta. Revista de trabajo social clínico, 6(4), 274–292. Recuperado de: https://doi.org/10.1007/BF00760894
Quiñonez, J., & Moyano, G. (2019). La asertividad como estilo de comunicación en la formación del sujeto educador. Revista Científica , 4 ( ), 68-83. Recuperado de: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=563662173005
Bautista, J., Ramos, B., Perez, M., & Florentino, S. (2020). Relación entre autoestima y asertividad en estudiantes universitarios. Tlatemoani: revista académica de investigación, 11(34), 1-26. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7597012