Lo que nos hace vulnerables, también puede convertirse en la motivación para superar las dificultades y las barreras

Por: Neighbors’ Consejo|

Vulnerable, “es aquel capaz de ser herido física o emocionalmente, así como aquel que está abierto al ataque o al daño”, de esta forma lo define el diccionario Merriam Webster y de allí, se puede identificar que el término indica una condición de algo (persona, animal o cosa) a sufrir un daño, pero, además, del riesgo de llegar a padecerlo. Otra definición dada por Belén Liedo (2021) en base a Schroeder y Gefenas (2009): “ser vulnerable significa enfrentar una probabilidad significativa de sufrir un mal identificable, a la vez que carece sustancialmente de la habilidad y/o los medios para protegerse a sí mismo.”

El concepto de vulnerabilidad es complejo en sí y variable de acuerdo a la aplicabilidad que se le quiera atribuir. Diferentes disciplinas (de la salud, política-social, psicológica, seguridad, etc.) han realizado investigaciones al respecto, sin consolidarla hacia un solo criterio pues, para unos puede tener una connotación negativa como una carencia de algo, pero para algunos otros, puede convertirse en una posibilidad para cambiar o adaptarse a la realidad “resiliencia”.

De cualquier modo, la vulnerabilidad, implica una correlación entre el individuo y el ambiente, refiriéndose con ello a la existencia de ciertas variables propias o del entorno que determinan el grado de afectación a la persona. En este sentido, José García (2015) citando a Ruiz (2011), establece que la vulnerabilidad se define siempre en relación con algún tipo de amenaza y que esto, lleva a cuestionar quién es vulnerable y ante qué lo es.

Para el análisis de este artículo, es importante reconocer la existencia de por lo menos dos tipos de vulnerabilidad, tal como lo señala Lidya Feito (2007): 1. Vulnerabilidad antropológica, entendida en condición de fragilidad propia e intrínseca del individuo por su naturaleza biológica y psíquica; y, 2. Vulnerabilidad socio-política, derivada de la pertenencia a un grupo, género, localidad, medio, condición socio-económica, cultura o ambiente que convierte en vulnerable al ser humano.

Ahora bien, el primer tipo, el antropológico, comprende una noción de riesgo, lo que en pocas palabras significa que aquel que posee cierta fragilidad tiene mayor probabilidad de desarrollar una enfermedad, lesión, trastorno o trauma. Dicha probabilidad, como se mencionó anteriormente, es ocasionada por la interrelación de aspectos individuales y ambientales y que son identificados por Valdez, et al., (2021) desde tres dimensiones: Lo individual, lo social y lo programático.

El primer aspecto, lo individual, en palabras de estos autores incluye la fragilidad que puede darse a consecuencia de la incapacidad para adaptarse a las diferentes problemáticas, así como su nivel de conocimiento, experiencia, habilidades para construir y usar la información, etc., esto puede hacer a la persona como un ser vulnerable que requiere un cuidado específico para superar las dificultades y barreras. En general, la vulnerabilidad individual depende de factores como la edad, el entorno social y familiar, la personalidad, hábitos, etc.

De forma similar, José García (2015a) expone que, las personas construyen pensamientos y significados a partir de la información obtenida por la experiencia del día a día y de acuerdo a la situación y su propia realidad, esto a su vez influye de forma negativa o positiva en la respuesta que se da frente a una amenaza. Por lo que, si una persona se percibe como vulnerable ante un acontecimiento sin que este sea necesariamente real y que se conoce también como vulnerabilidad emocional, puede que esta se dé por que se encuentra más débil para afrontar los riesgos, tal vez porque atraviesa por un periodo de estrés y ansiedad, desapego, un proceso de enfermedad o por otros motivos indefinidos.

En este sentido, algunas de las variables identificadas que intervienen en la vulnerabilidad son: El riesgo, las formas de afrontamiento, la capacidad de resiliencia, el estrés, el apego como búsqueda de protección y la inteligencia emocional, las cuales para unos casos se convierten en la debilidad para afrontar una dificultad, y en otros en la habilidad para superar el riesgo y moderar el daño. (Garcia, 2015b)

Ahora bien, en relación a las otras dimensiones -lo social y programático-, se puede señalar que, si bien existen aspectos externos como la ubicación geográfica, la cultura, o alguna situación específica, etc.; estos pueden ser considerados como un riesgo para padecer un daño, pero también una posibilidad que permite adaptarse a la situación y hacerle frente. (Valdez, et al., 2021) Con lo dicho hasta aquí, queda claro que, si bien la vulnerabilidad se puede considerar una condición humana de fragilidad, esta puede variar de acuerdo a las condiciones de los factores descritos arriba, los cuales pueden modificarse para mejorar la condición de vulnerabilidad, es decir, que esta característica puede ser tan dinámica como el individuo se lo proponga y el entorno lo permita.

Por otra parte, la idea de la vulnerabilidad socio-política, crece alrededor de las condiciones que se convierten en el riesgo y están relacionadas con la desigualdad social (económica, política, cultural, ambiental). Es decir, que las circunstancias de desigualdad, discriminación e injusticia social serían los factores que agravan la condición de la vulnerabilidad antropológica de los seres humanos, refiriéndose especialmente a las estructuras sociales y políticas públicas que dan lugar a circunstancias donde los individuos son más propensos a sufrir daños. (Liedo, 2021a)

Lo que en palabras de Trundle et al. (2018), se puede explicar como producto de “la explotación económica basada en la clase y la cultura, en la discriminación de género, sexo y raza y a partir de lo cual se visualiza a un estado precario que limita las oportunidades y las elecciones de la ciudadanía”. Esto reitera una vez más que la condición de vulnerabilidad se da siempre en relación individuo – entorno, donde el contexto cultural, político y social influyen de forma trascendental.

Gustavo Busso, señala que el entorno ofrece al individuo oportunidades o desventajas entendidas como las posibilidades de acceso a mercados de bienes y servicios como a empleo, a la protección social y a derechos que ofrecen bienestar a los ciudadanos, identificados como activos de uso y acceso y que comprenden los siguientes aspectos (2001):

  • Físicos:  Incluye medios de vida como: la vivienda, animales, recursos naturales, bienes durables para el hogar y el transporte familiar, etc., también medios de producción como: aquellos que permiten obtener ingresos o intercambio de bienes (herramientas, maquinarias, transporte para uso comercial, etc.).
  • Financieros: Incluye ahorro monetario, créditos disponibles y otros instrumentos financieros de uso habitual como la cuenta de ahorros o las tarjetas de crédito.
  • Capital humano: Recursos de que disponen los hogares en términos de cantidad y calidad de la fuerza de trabajo del hogar, y su valor agregado en educación y salud para sus miembros.
  • Capital social: Son intangibles y se instalan en relaciones, son una forma y un atributo colectivo o comunitario que incluyen redes y lazos de confianza y reciprocidad articuladas en redes interpersonales.

Esto sin duda muestra que los dos tipos de Vulnerabilidad mencionados, no se orienten hacia extremos diferentes, por el contrario es de considerar que ambos son un complemento para conseguir un bienestar integral en la sociedad, pues se necesita de unas condiciones ambientales óptimas a través de políticas públicas en las cuales se priorice las necesidades en salud mental de la población y, de una comunidad decidida a trabajar desde lo personal en aspectos como la resiliencia, para mejorar en habilidades y estrategias que le ayuden a superar las dificultades.

Se podría decir entonces, que la salud mental ha sido la enfermedad vulnerable del sistema, tanto en lo individual como en lo socio político, su estigmatización durante años disminuyeron la posibilidad de que, por un lado las personas buscaran ayuda profesional y por otro, según autores como Berdichevsky Linares & González Ramella (2005) y Sivak (2008), por la existencia de características y estilos de personalidad que se transforman en factores de riesgo de ansiedad, depresión e ira y que pueden desencadenar diferentes grados de malestar subjetivo o de psicopatologías. (Citados en Grill et al., 2009).

Además, de ser la opción más olvidada en los planes de gobierno para inversión y gestión de los recursos económicos. Sin desconocer los adelantos hechos hasta hoy en temas de salud mental, se considera pertinente ampliar el análisis de las condiciones que determinan la vulnerabilidad en determinadas situaciones y poblaciones, como una forma de responsabilidad social que aporte la capacidad de respuesta efectiva y oportuna.

Para concluir, la vulnerabilidad es un término muy utilizado para denominar las condiciones de fragilidad y riesgo que tiene el ser humano para sufrir un daño físico o emocional, su análisis ha permitido identificar que existe una correlación entre los factores individuales y ambientales que aumenta la vulnerabilidad. Es decir que el entorno facilita las condiciones favorables o desfavorables donde la persona se expone o no a ciertos riesgos, cabe aclarar que en el ámbito individual la situación es similar, las personas pueden o no contar con las habilidades necesarias para afrontar determinada situación haciéndose vulnerable o no frente a esta. Lo importante es reconocer que las condiciones ambientales es algo que el ser humano no puede controlar por sí solo, entonces se hace necesario un trabajo individual donde se busque potencializar sus habilidades y estrategias y así mejorar la capacidad de respuesta frente a circunstancias y cambios de la vida.

Referencias:

Busso, G. (2001). Vulnerabilidad social: nociones e implicancias de políticas para Latinoamérica a inicios del siglo XXI. Presentado a Seminario Internacional “Las diferentes expresiones de la vulnerabilidad social en América Latina y el Caribe”, Santiago de Chile. Recuperado de: http://www.derechoshumanos.unlp.edu.ar/assets/files/documentos/vulnerabilidad-social-nociones-e-implicancias-de-politicas-para-latinoamerica-a-inicios-del-siglo-xxi.pdf

Feito, Lidya. (2007). Vulnerabilidad. Anales del sistema sanitario de Navarra. 30, pp. 07-22. Gobierno de Navarra. Departamento de Salud. Recuperado de: https://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S1137-66272007000600002&script=sci_arttext&tlng=en

García, Jose. (2015). Concepto de vulnerabilidad psicosocial en el ámbito de la salud y las adicciones. Salud y drogas, 15(1), 5-13. Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/839/83938758001.pdf

Grill, S., Sánchez, M., Castañeiras, C. & Posada, M. (2009). Vulnerabilidad psicológica al malestar subjetivo : un estudio en población general. II Congreso Internacional de Investigación, 2 al 14 de noviembre de 2019, La Plata, Argentina. Disponible en: https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.12053/ev.12053.pdf

Liedo, B. (2021). Vulnerabilidad. Eunomía. Revista en Cultura de la Legalidad, 20, pp. 242-257. Recuperado de: https://digital.csic.es/bitstream/10261/263035/1/6074-Texto%20del%20art%c3%adculo-10402-1-10-20210323.pdf

Merriam Webster. (Dakota del Norte). Vulnerable. En el diccionario Merriam-Webster.com . Recuperado de: https://www.merriam-webster.com/dictionary/vulnerable

Ruiz Rivera, N. (2012). La definición y medición de la vulnerabilidad social. Un enfoque normativo. Investigaciones geográficas, (77), 63-74. Recuperado de: https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-46112012000100006

Trundle, C., Gibson, H. y Bell, L. (2018). Articulaciones vulnerables: las oportunidades y desafíos de la enfermedad y la recuperación. Antropología y Medicina, 1–16. Recuperado de: https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13648470.2017.1381228

 Valdez, A., Fernández, C., Bittner, C., & Mancilla, C. (2021). Aproximaciones al concepto de vulnerabilidad desde la bioética: una revisión integradora. Persona y Bioética, 25(2). Recuperado de: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0123-31222021000202522

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