Las creencias erróneas sobre las enfermedades mentales han llevado a la estigmatización de todo aquel que padece sus síntomas.

Por: Neighbors’ Consejo|

“Sara de 35 años, ha sido hospitalizada varias veces con síntomas de depresión mayor, vive sola, tiene una vida social activa y trabaja en un call center. Durante el último año no ha tenido síntomas, pero la semana pasada no asistió a su trabajo, al parecer por una recaída de su trastorno mental, su empleador ha decidido despedirla, porque siente temor de que pueda tener un ataque dentro de la oficina y atente contra su vida. Ahora Sara, se encuentra batallando en un hospital con la enfermedad, pero también con las consecuencias del estigma social de enfermo mental, que le llevaron a perder su trabajo y sus amigos, que ya no la visitan”.

Socialmente el hombre desde sus inicios ha establecido diferentes categorías económicas, políticas, sociales, físicas, etc., para dividir y encajar a los individuos según los atributos que se confieren a cada grupo. Esto sin duda, se ha reproducido culturalmente, convirtiéndose en una forma casi natural de identificarse y proteger la integridad social del grupo: así entonces, todo aquel que no corresponde a una categoría específica es considerado diferente y por tanto estigmatizado.

El término “estigma” de acuerdo con Erving Goffman (2006), tiene origen griego y se utiliza para referirse a las marcas corporales, con las cuales se buscaba exhibir a ciertos individuos como malos, anormales, inferiores, peligrosos, etc., desde el prejuicio de quien los señala. Y, aunque, en la actualidad dicha marca no es física, pues según Jones et al., (1984 Citado en Major et al., 2005) actualmente en la estigmatización las marcas corresponden a disposiciones desacreditadoras, evaluaciones negativas y estereotipos, es decir que la sociedad utiliza ciertas etiquetas o representaciones para señalar, excluir y discriminar a las personas o grupos de personas por razones diversas. Autores como Goffman (2006) identifica tres tipos de estigmas:

  1. Por las diferencias físicas: Como la obesidad, discapacidad auditiva o visual, dimorfas del cuerpo, etc.
  2. Por las diferencias del carácter del individuo: Los cuales son percibidos como falta de voluntad, pasiones tiránicas o antinaturales, creencias rígidas y falsas, deshonestidad. Por ejemplo, perturbaciones mentales, reclusiones, adicciones a las drogas, alcoholismo, homosexualidad, desempleo, intentos de suicidio y conductas políticas extremistas.
  3. Por diferencias tribales: Como de la raza, la nación y la religión, susceptibles de ser transmitidos por herencia y contaminar por igual a todos los miembros de una familia.

“Una característica es aceptada o no por la sociedad según el marco sociocultural en el que se desarrolle.” Pasquale Marino, del colectivo ARTSOCIAL

Por lo tanto, estigmatizar a alguien es considerarlo diferente, producto de algún rasgo, característica o conducta, el cual es utilizado para su descalificación y rechazo, ante los demás. Según el diccionario de Cambridge la estigmatización se entiende como “el acto de tratar a alguien o algo injustamente al desaprobarlo públicamente”. Por su parte, Crocker et al., proponen que la estigmatización se da cuando “una persona posee (o se cree que posee) algún atributo o característica que transmite una identidad social que se devalúa en un contexto social particular”. (1998 Citado en Major et al., 2005)

En este sentido, Bruce Link & Jo Phelan (2001) señalan que el proceso de estigmatización afecta en diversos aspectos la vida del ser humano e influye negativamente en la distribución de sus oportunidades vitales como: los ingresos, la vivienda, la participación delictiva, la salud y la propia vida. En relación a la afectación de la persona estigmatizada Major & O’brien (2005) señalan cuatro mecanismos por los cuales el estigma produce afectación al individuo:

  1. Trato negativo y discriminación directa: cuando una persona es estigmatizada, se les limita el acceso a ámbitos importantes de la vida, afectando directamente su estatus social, su bienestar psicológico y su salud física, lo que a su vez puede acarrear mayor discriminación.
  2. Procesos de confirmación de expectativas: La percepción negativa (estereotipos) y la baja expectativa de la sociedad sobre el individuo estigmatizado, puede llevarlos a comportarse conforme a los objetivos estigmatizados, de forma que esto afecta directamente los pensamientos, sentimientos y comportamientos del individuo sobre sus propios metas, lo que confirma la expectativa errónea inicial.
  3. Activación automática de estereotipos-comportamientos: Los estereotipos culturales, es decir la idea previa, que se tiene sobre un grupo de personas en base a prejuicios culturales y que resultan bien conocidos por todas la sociedad, pueden afectar el comportamiento del estigmatizado, aún en ausencia de una conducta discriminatoria; pues el mero conocimiento de los estereotipos culturales puede afectar la conducta a través de procesos ideomotores, en respuesta al vínculo en la memoria entre los estereotipos y los comportamientos que estos implican.
  4. Amenaza de identidad: Las perspectivas actuales consideran que los efectos del estigma están mediados por la comprensión de la víctima de cómo la ven los demás, sus interpretaciones del contexto social, sus motivos y metas, lo que pone a una persona en riesgo de experimentar amenazas a su identidad social. Por ejemplo, la estigmatización amenaza la autoestima del individuo.

Lo anterior, da cuenta de que una persona estigmatizada sufre en su dignidad, al ser calificado por otros como diferente, pues tiene mayor riesgo de ser vulnerado, discriminado, excluido, rechazado; en pocas palabras, convertirse en víctima de la desigualdad social que afecta indiscutiblemente diferentes aspectos de su vida.

Ahora bien, como se mencionó anteriormente las personas utilizan estigmas para referirse a diferentes cosas del mundo y múltiples aspectos de la vida, entre los cuales ha tomado relevancia el estigma sobre la salud mental, cuyas creencias han resultado de las representaciones antiguas y generalizadas de todo aquello mal llamado locura,  y a través de lo cual aún tiende a etiquetarse de forma subjetiva lo que parece anormal, creando con ello conductas de exclusión, rechazo y discriminación sobre el que lo padece, y llegando a convertirse en una barrera para la atención de las enfermedades de salud mental. Según el Centro de Adicciones y Salud Mental de Canadá (CAMH por sus siglas en inglés), cerca de un 40% de personas que padecen ansiedad y depresión evitan buscar ayuda debido a la estigmatización.

De acuerdo con el último Informe mundial sobre salud mental “Transformando la salud mental para todos” de la Organización Mundial de la Salud [OMS] (2022), los trastornos mentales prevalecen en todo el mundo; sin embargo, millones de personas aún padecen en silencio y son víctimas de estigmatización, discriminación y la violación de sus derechos humanos, lo que sin duda representa una afectación negativa para su vida diaria. Igualmente, el informe pone en manifiesto que si bien, han existido cambios en los sistemas sociales y de salud, todavía se requiere de mayor esfuerzo y trabajo para asegurar la atención y apoyo adecuado de esta población.

De este modo, parece que las fuentes de la estigmatización de la enfermedad mental son diversas, las actitudes o creencias negativas pueden venir de diferentes ámbitos, Ainara Arnaiz et al., (2006), mencionan los siguientes tipos de estigmatización, los cuales constan de tres elementos en común: estereotipos, prejuicio y discriminación, y son:

  • Estigma público: Se refiere a las creencias, reacciones o actitudes negativas promovidas por la sociedad en general dentro de un mismo contexto social.
  • Autoestima: Se da cuando una persona vuelve las actitudes estigmatizadoras contra ellos mismos, es decir que internaliza las connotaciones negativas sobre su afección de salud mental. Esto surge ya que las personas con enfermedad mental reconocen los estereotipos creados sobre este grupo social, como “la creencia de que las personas con enfermedad mental son peligrosas”.

Por otro lado, de acuerdo con Medical News Today, existe una tercera fuente de estigmatización correspondiente a las instituciones, donde se encierran las políticas institucionales gubernamentales y privadas que muestran actitudes discriminatorias con este grupo estigmatizado y que representan incidencias negativas sobre la salud mental a nivel mundial. 

Sea cual sea la fuente de donde venga la estigmatización los efectos negativos son inminentes, Waynor et al., (2020) mencionan, por ejemplo: la falta de empleo, el aislamiento social, la baja autoestima, la desesperanza, el empeoramiento del cuadro clínico a falta de tratamiento, entre otros. Además, de acuerdo con Campo & Herazo (2015) y su propuesta del “complejo estigma-discriminación asociado a trastorno mental” (CEDATM), el estigma y el autoestima podrían explicar en gran parte la tasa de suicidio a nivel mundial, ya que esto impacta negativamente la calidad de vida de las personas con trastornos mentales, provocando comportamientos autolesivos que tienden a incrementar la estigmación y el estrés percibido, conforme a los datos de la Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales, el 46% de las personas que mueren por suicidio tenían una condición de salud mental diagnosticada.

Por otra parte, según la revisión bibliográfica realizada por Adalberto Campo et al., (2014), el estigma a la salud mental se convierte principalmente en una barrera de acceso a su atención que se puede visibilizar en:

  • La reducción de solicitud de atención.
  • La escasa asignación de recursos a la salud mental.
  • El proceso sistemático de pauperización de las personas que los padecen.
  • El incremento del riesgo de implicaciones en delitos y el contacto con el sistema legal.
  • La invisibilización de la vulnerabilidad de estas personas.

Es necesario, comprender entonces la importancia que tiene hablar de salud mental, sin duda esto ayudará a eliminar los prejuicios que existen sobre las personas que padecen algún tipo de trastorno y fomentará la construcción de redes de apoyo que garanticen un acompañamiento y búsqueda de atención adecuada. Romper con la cadena de la estigmatización es un deber que corresponde a toda la sociedad, se requiere de trabajo en equipo, esfuerzo y dedicación para conseguirlo.

Algunos de los consejos que puedes seguir para hacerle frente a este estigma sugieren la educación y la sensibilización como primer recurso, entonces: Edúquese acerca de las enfermedades mentales y hable sin tabú de ello, no se aisle, mejor busque redes de apoyo y ayuda, no se identifique con la enfermedad, es más conveniente decir «tengo un trastorno depresivo» que «soy depresivo», busque atención profesional y siga el tratamiento indicado, etc.

En conclusión, la estigmatización de la salud mental es una barrera de acceso a la atención, que obstaculiza el adecuado manejo de la enfermedad y por tanto la agudización del cuadro. Las falsas creencias de que las personas con enfermedad mental son violentas, peligrosas e incapaces han permeado la sociedad durante años, convirtiéndose en un fenómeno complejo de discriminación y desigualdad. La invitación como siempre, es asumir el compromiso de ayudar a sensibilizar la problemática de salud mental y unir fuerzas para transformarla. Recuerde que en Neighbors’ Consejo brindamos un servicio justo y profesional, que garantiza el derecho a la salud mental sin prejuicios y estigmatización social.

Referencia:

Arnaiz, A., & Uriarte, J. (2006). Estigma y enfermedad mental. Norte de salud mental, 6(26), 49-59. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4830167

Campo, A., Oviedo, H., & Herazo, E. (2014). Estigma: barrera de acceso a servicios en salud mental. Revista Colombiana de Psiquiatría, 43(3), 162–167. Recuperado de: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0034745014000572

Campo, A., & Herazo, E. (2015). El complejo estigma-discriminación asociado a trastorno mental como factor de riesgo de suicidio. Revista Colombiana de Psiquiatría, 44(4), 243–250. Recuperado de: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0034745015000438

Centro de Adicciones y Salud Mental de Canadá (CAMH). (s. f.). Abordar el estigma. Recuperado de: http://www.camh.ca/en/driving-change/addressing-stigma

Clínica Mayo. (Mayo 24, 2017). Salud mental: cómo superar el estigma de las enfermedades mentales. Recuperado de: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/mental-illness/in-depth/mental-health/art-20046477

Diccionario de aprendizaje avanzado de Cambridge. (s. f.) Estigmatización. Prensa de la Universidad de Cambridge. Recuperado de: https://dictionary.cambridge.org/us/dictionary/english/stigmatization

Goffman, E. (2006). Estigma: la identidad deteriorada. Décima reimpresión. Buenos Aires: Amorrortu. Recuperado de: https://sociologiaycultura.files.wordpress.com/2014/02/goffman-estigma.pdf

Link, B. G., & Phelan, J. C. (2001). Conceptualizing Stigma. Annual Review of Sociology, 27, 363–385. Recuperado de: http://www.jstor.org/stable/2678626

Major, B. y O’brien, L. (2005). La psicología social del estigma. Revista anual de psicología , 56 (1), 393-421. Recuperado de: http://courses.washington.edu/pbafhall/514/514%20Readings/majorandobrien.pdf

Mayor, B., Quinton, WJ y McCoy, SK (2002). Antecedentes y consecuencias de las atribuciones a la discriminación: Avances teóricos y empíricos. Avances en Psicología Social Experimental Volumen 34, 251–330. Recuperado de: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0065260102800077

Medical News Today. (Enero 27, 2021). La salud mental y el estigma en Latinoamérica. Recuperado de: https://www.medicalnewstoday.com/articles/es/salud-mental-estigma-latinoamerica#estigma-de-la-salud-mental

Pasquale, Marino. (s. f.) Estigma social. ARTSOCIAL. Recuperado de: https://www.artsocial.cat/articulo/estigma-social/

Waynor, WR, Karyczak, S., Taylor, E., Eissenstat, SJ &  Reinhardt, D. (2020). Un modelo de mediación: combatir el estigma internalizado para crear esperanza para las personas que viven con enfermedades mentales graves. The Journal of Rehabilitation , 86 (4), 42-47. Recuperado de: https://www.researchwithrutgers.com/en/publications/a-mediation-model-fighting-internalized-stigma-to-create-hope-for

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