Experimentar la quietud y el silencio, para encontrarse consigo mismo.

Por: Neighbors’ Consejo|

El Zen es considerado como una disciplina espiritual Oriental cuyo nombre es, zen para Japón y Ch’an en en chino. Su origen se da en la India, en el siglo VI a. C., tras la experiencia de la Iluminación de Buda (conocida también como “despertar”, “comprensión” o “conocimiento de la verdad absoluta”), a través de una profunda meditación realizada por Siddhârta Gautama en la postura de zazen. Esa experiencia se ha transmitido sin interrupción de maestro a discípulo durante muchos siglos, formando así la línea zen. (Villalba, 2003)

En relación al zazen, se evidencia que es una meditación sentada en lapostura tradicional del loto, practicada desde la prehistoria por el individuo con el objetivo de cambiar de forma radical su espíritu, pues se considera que esta lleva a “fundirse con el universo entero”.  (Zen Deshimaru, s. f.)

“Zazen es difícil, lo sé. Pero practicado cotidianamente es muy efectivo para la ampliación de la conciencia y el desarrollo de la intuición. Zazen no solamente genera una gran energía, también es la postura del despertar. Durante la práctica no hay que intentar lograr lo que sea. Sin objeto, es únicamente concentración en la postura, la respiración y la actitud del espíritu.” 

Maestro Taisen Deshimaru

Ahora bien, la práctica del Zazen requiere de tres elementos fundamentales como se mencionó en el párrafo anterior, de acuerdo con la Asociación Zen Internacional son:

  1. La postura: Sentados en el medio del zafu (almohadón redondo), de ser posible según la condición física, se cruzan las piernas en la posición de loto o de medio loto. En cambio, se cruzan las piernas simplemente, pero es esencial que las rodillas estén enraizadas en el suelo. La columna vertebral bien derecha, el mentón contraído y la nuca estirada, la nariz en la misma línea vertical que el ombligo, se empuja la tierra con las rodillas y el cielo con la cabeza. La mano izquierda se pone en la mano derecha, las palmas hacia el cielo, los pulgares se tocan y se alinean. Las manos descansan en los pies, los bordes de ambas manos están en contacto con la parte inferior del abdomen y los hombros deben estar relajados. Boca cerrada y la punta de la lengua toca el paladar. La vista está puesta aproximadamente a un metro de distancia en el suelo sin mirar nada en particular.
  2. La respiración: Esta se vuelve gradualmente tranquila, larga y profunda. Inicialmente se puede concentrar en la exhalación empujando suavemente hacia abajo con el vientre. Posteriormente puede simplemente observar la respiración, sin modificarla, estando totalmente presente en ella. En esta postura, el flujo de pensamientos se aquieta simplemente centrándose en la tensión muscular adecuada y en la respiración.
  3. La actitud del espíritu: En la práctica del zazen, se logra comprender que los pensamientos están vacíos de sustancia, que van y vienen. Existe una conciencia intuitiva, original y universal, completamente diferente a la autoconciencia habitual. Al mantener una postura correcta y al permitir que la respiración se vuelva profunda y pacífica, la mente también se vuelve vasta y pacífica. El funcionamiento del cerebro se aclara naturalmente, permitiendo que la mente vuelva a su condición normal. Se desecha la forma dualista de pensar de nuestro ego y se realiza la unidad original con todos los seres. Esa actitud permite controlar la actividad mental y mejora la circulación cerebral.

“El zazen es el corazón de la práctica en nuestra escuela, la meditación pura y sin adornos. No es meditación reflexiva, tal como la concebimos en Occidente, sino absorción meditativa. Somos uno con zazen, dejamos que el cuerpo y la mente desaparezcan, es decir, por supuesto, todas nuestras preocupaciones diarias, nuestras cavilaciones mentales y también todos los conceptos que podamos tener sobre el zen y el zazen; y nos sumergimos totalmente en el momento, que es pura presencia. “Dejamos de lado al hombre viejo” y nos abrimos a la realidad del aquí y ahora.”

Zen Katia Kôren Robel

Fue el monje Bodhidharma quien llevó esta enseñanza a China, en el siglo V, bajo el nombre de ch’an, logrando gran expansión, afirmando su originalidad, su sencillez y la pureza de su práctica, posteriormente para el siglo XIII, el monje japonés Dogen, lleva de China a Japón la práctica del Zen y a partir de lo cual se convierte en parte de la cultura japonesa con más de 20.000 templos para su difusión. Pero, sólo hasta finales del siglo XIX, fue que Occidente se interesó por esta filosofía principalmente después de la Segunda Guerra y tras los esfuerzos del practicante laico de origen nipón Suzuki Daisetz. (Asociación Zen Internacional, s. f.; Villalba, 2003)

Son muchas las escuelas que han surgido a partir de esta filosofía y que en términos generales enseñan que el zen, valora la simplicidad y la franqueza para captar la realidad y actuar sobre ella “aquí y ahora”, está considera una cosa-acontecimiento, no es otra cosa que una expresión del ser tal como es, lo entiende como un todo; las partes y el todo deben ser percibidos de forma inseparable, a partir del ejercicio de sabiduría no discriminatoria, sin priorizar lo visible sobre lo invisible. (Nagatomo, 2020)

De acuerdo con la síntesis realizada por José Maria Doria (2016), de las obras de autores como: D.T. Suz​uki, Alan Watts, Henrich Doumolin, Taisen Deshimaru, Paul Chauchard, Fhilip Kapleau, se puede deducir que: “El zen es el camino hacia la liberación interior de toda atadura a suposiciones y prejuicios que condicionan la vida humana, esta práctica busca observar la vida directamente de forma espontánea y en la calidad de sí mismo.” Es decir, de manera natural, esencial u original y no desde los significados previos de las personas y las cosas. En palabras de estos autores, la persona y su ego “se ven obligados a ceder espacio a una Conciencia de Totalidad que esté en comunión con la realidad de todas las cosas existentes”. Cabe aclarar que el objetivo del zen es alcanzar el despertar (iluminación) completo, aunque algunos solo obtengan serenidad o estados de energía altos que produce el del ZaZen.

Es que el sentido de Iluminación de la tradición budista, o despertar hace referencia a la no identificarnos de uno mismo con cualquier “objeto” de conocimiento previo. El despertar provoca una sensación de alivio toda vez que la mente es libre, no se ata a explicaciones mentales preexistentes. Llegar al conocimiento absoluto (conciencia intuitiva) sucede a la manera de un relámpago intuitivo o súbito despertar, y se considera lo contrario a la confusión.

Esto le hace diferente de la meditación como tal, puesta que para meditar el individuo fija su pensamiento en algo como en Dios o en el amor infinito, mientras que el Zen no haya objeto para fijar el pensamiento, es una nube que flota en el cielo, libre de ataduras, de impedimentos naturales. (Suzuki, 2006) En efecto, no es posible reducir el Zen a una definición puntual, pues este no se concentra en una teoría lógico racional, puesto que lo importante es la experiencia personal, la vivencia interior de carácter no verbal, así entonces no existe una forma de experimentarlo diferente a la práctica diaria. 

Sin embargo, la visión de zen alrededor del mundo ha permitido reconocer ciertos principios de su filosofía, que pueden ser muy útiles para la vida diaria. El Zentrodbt (2022), identifica algunos dentro de los cuales se puede encontrar:

  1. La experiencia es construida por la mente: Las percepciones de la mente las crea las experiencias. Por tanto, la forma en que se elige, enfoca y explora los pensamientos impactan de gran manera la propia vida.
  2. El concepto de uno mismo es una ilusión: Para el Zen, el ser es algo que no puede definirse y delimitarse de forma precisa; pues es más bien una esencia en constante cambio y movimiento permanente. Y no la mera definición de un título, rol o trabajo, que lo que logra es alimentar el ego y se centran en la forma en la que los demás nos perciben.
  3. El último camino hacia la felicidad es el desapego: Soltar lleva a la tranquilidad. Esta práctica busca simplicidad tanto en las pertenencias como en las preocupaciones de la vida. donde desapegarse no solo implica desprenderse, sino más bien ser consciente de que todo en la vida tiene un sentido y una utilidad. Entender que las cosas “malas” también enseñan algo y permiten sanar para abrirse a nuevas experiencias.
  4. “Hacer” no es tan importante como simplemente “Ser”: En esta práctica la capacidad de no hacer nada, solo sentarse y tranquilizar la mente, permite la conexión con uno mismo y con la vida, así ayuda a centrarte en quién se es realmente y no en lo que hace.

Para finalizar, es importante reconocer que la filosofía Zen es un legado de la cultura de Asia Oriental para Occidente, toda vez que ha atraído la necesidad del ser humano por reencontrarse con sí mismo, de encontrar tranquilidad y vivir la vida en plenitud. Si bien en los países de Occidente la doctrina no alcanza la dimensión que tuvo en sus orígenes, su transmisión cultural promete grandes frutos para el individuo. El objetivo único del zen es alcanzar el “despertar” o “iluminación”, que se da de forma súbita y espontáneamente, tras la práctica regular de la meditación Zazen. Estar sentado quieto y en silencio ayuda a conectar con la esencia de las cosas y con el presente, además permite desconectarse hasta vaciar el contenido preexistente que se tiene de las cosas y las personas. Esto promueve el autodescubrimiento, ayuda a vivir en plenitud y así encontrar tranquilidad.

Palabras Clave:

Zen, Zazen, Chan, iluminación, despertar, budismo, conectar, meditar, postura, respiración, actitud. espíritu,

Referencias: 

Asociación Zen Internacional. (s. f.). Zazen, meditación sentada. Recuperado de: https://www.zen-azi.org/en/zen-meditation-zazen

Doria, Jose Maria. (Abril 9, 2016). ¿Qué es el Zen?. Recuperado de: http://espirituyzen.org/?p=5318

Nagatomo, Shigenori. (2020). Filosofía budista zen japonesa. Enciclopedia de Filosofía The Stanford. (Edición de primavera de 2020), Edward N. Zalta (ed.). Recuperado de: https://plato.stanford.edu/entries/japanese-zen/#ThePra

Suzuki, D. T. (2006). Introducción al budismo zen. Editorial Kier.

Zen Deshimaru. (s. f.). ¿Qué es el zen?. Recuperado de: https://www.zen-deshimaru.com/es/zen/que-es-el-zen

Zentrodbt. (Agosto 19, 2022). Principios de Filosofía Zen. Recuperado de: http://zentrodbt.cl/?p=537

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