La salud mental en pacientes crónicos
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En algún momento, todos hemos enfrentado situaciones difíciles que nos generan ansiedad y desánimo, más aún cuando al conocer un diagnóstico de una enfermedad crónica que automáticamente generará cambios físicos y mentales en el estado de vida. Estos cambios son procesos similares a un duelo que produce negación, ira, depresión y ansiedad, para así luego de asimilar, poder adaptarse a la nueva realidad.
Las enfermedades crónicas son aquellas que duran más de un año y requieren atención médica continua, limitando las actividades diarias, la gran mayoría de ellas provocan gran riesgo de padecer depresión, provocando, ansiedad, estrés, cambios cerebrales debido a enfermedades crónicas como Parkinson y accidentes cerebrovasculares. Por otro lado, algunos medicamentos usados para el manejo de enfermedades crónicas causan depresion y llevan incluso al suicidio.
Las psicólogas Monsalve A, Ledesma C, (2023), [1], afirman que no todas las personas con enfermedades crónicas tienen las mismas emociones y el mismo proceso, esto depende del tipo de enfermedad y la etapa por la que estén pasando, igualmente el proceso de adaptación. Por ejemplo, las personas diagnosticadas con enfermedades cardiovasculares son más propensas a estrés, aquellos con cáncer, diabetes o VIH son más propensas a desarrollar depresión o problemas de desadaptación.
Ahora bien, no se puede generalizar el hecho que tener una enfermedad mental se desarrolla de un deterioro en la salud física, el estrés hace que el corazón trabaje más, la sangre se espese, las arterias pierdan elasticidad y se acumulen sustancias en las paredes que dificultan el flujo de sangre; además pierde capacidad para destruir los trombos y el sistema cardiovascular y se hace vulnerable a la obstrucción dando lugar a el llamado “corazón estresado”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es el bienestar total, un proceso donde el cerebro está regulando las emociones, trabajando para poner a funcionar el cuerpo y sanarlo, el autocuidado y la introspección permitan la satisfactoria adherencia a los tratamientos y con el apoyo de especialistas y las herramientas necesarias juegan un papel importante, ya que la conciencia sobre la enfermedad, como sea manejada y la manera de vivirla hace más fácil llevar una vida normal.
Por ejemplo, según el National Institute of Mental Health, (2024), [2], algunas enfermedades crónicas como las enfermedades cardíacas, diabetes, accidentes cerebrovasculares, dolor, osteoporosis, enfermedad de Alzheimer, etc., son propensas a padecer depresión con más frecuencia, esto puede deberse a:
- Desafíos para completar tareas que son buenas para la salud, como comer bien, hacer ejercicio, debido a síntomas como fatiga.
- Desafíos para acceder a la atención médica que contribuya a la detección, y prevención de los problemas de salud física de forma temprana y evitar un avance en la enfermedad.
- Cambios en la forma en que funciona el cuerpo debido a la depresión, como mayor inflamación, menor circulación sanguínea, menor control de ritmo cardiaco y anomalías hormonales debido al estrés.
Adaptarse a diagnósticos inesperados como los crónico-degenerativos, resulta complejo, ya que las personas deben afrontar nuevos cambios en su vida, Montoya Isabel, (2021), [3], afirma que la salud mental es un tema relevante en este tipo de pacientes, quienes se encuentran en una realidad que afecta sustancialmente la salud física y mental, con nuevos retos en su vida laboral, académica, entorno familiar, cuidadores, vida social y económica. Es necesario las intervenciones que proponen el mejoramiento de calidad de vida del paciente con componentes psicológicos, sociales, comportamentales, igualmente la intervención farmacológica y médica que brinde a partir de un diagnóstico la atención integral a pacientes y un resultado efectivo en el menor tiempo posible, que disminuya recaídas y mejoren su estilo de vida.
Es importante las redes de apoyo, ya que los comportamientos de cuidadores, familiares y su entorno pueden estar asociado a las respuestas fisiológicas del paciente, debido al impacto que ejercen sobre el clima emocional y las condiciones de protección de estos, quienes pueden impedir en algunos casos que el paciente muestre comportamientos autónomos y autorregulados, teniendo en cuenta que con un diagnóstico crónico-degenerativo, no solo se ve afectada la salud mental del paciente sino su entorno familiar o núcleo cercano, ya que en cuidadores y familiares a causa del cuidado necesario requerido por el paciente, sufren el “síndrome del cuidador primario”, caracterizado por el agotamiento emocional y físico, la despersonalización y baja realización personal.
Sobrellevar los desafíos mentales y emocionales de una enfermedad crónica requiere planteamientos realistas y positivos, que desarrollen la fortaleza emocional y programas de tratamiento necesarios para aguantar las dificultades en enfermedades crónicas, American Psychological Association, (2025), [4], sugiere algunas estrategias para sobrellevar las enfermedades crónicas entre ellas están:
- Mantener relaciones sociales de calidad con amigos y familiares, de igual manera organizaciones de salud y grupos de apoyo compuesto por personas con experiencias y desafíos similares que contribuyan al óptimo bienestar.
- No permitir que la enfermedad interfiera en el bienestar, es fundamental el cuidado personal, la buena alimentación, el descanso, el ejercicio y la diversión.
- Mantener una rutina diaria de trabajo, como tareas domésticas, hobbies, pasatiempos, estos brindaran sentimientos de estabilidad dentro del caos emocional e incertidumbre de la enfermedad.
En este sentido, y el incremento de los casos de trastorno mental en pacientes crónicos, ya que más del 50% de ellos se sienten aislados de la sociedad debido a la enfermedad afectando su bienestar emocional, debido a las limitaciones y síntomas que sufren quienes padecen de enfermedades crónico-degenerativas, impactando su salud mental, un 70% de ellos experimentan síntomas depresivos como cansancio, tristeza o apatía, así lo manifestó la presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), Carina Escobar, (2022), [5], tras la creciente preocupación por la salud mental de la población, especialmente en jóvenes y adultos mayores a quienes el aislamiento social propio de la pandemia los sitúa en condición de vulnerabilidad, en un contexto de soledad no deseada y desprotección social.
En conclusión, las personas con enfermedades crónicas (duraderas o persistentes), tienen mayor riesgo de padecer enfermedades de salud mental como ansiedad, estres, depresion e incluso suicidio, sintomas que pueden disminuir a medida que se adaptan o reciben tratamientos. El enfoque al paciente incluye la atención física y mental, por parte de profesionales que ayuden a controlar los síntomas de la enfermedad y su adaptación, para un mejor bienestar y calidad de vida.
REFERENCIAS
¿Puede el diagnóstico de una enfermedad crónica, afectar la salud mental de una persona? (s/f). Shaio.org. Recuperado el 26 de enero de 2025, de https://www.shaio.org/salud-mental-y-enfermedad-cronica
Cómo comprender la relación entre las enfermedades crónicas y la depresión. (s/f). National Institute of Mental Health (NIMH). Recuperado el 26 de enero de 2025, de https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/las-enfermedades-cronicas-y-la-salud-mental-como-reconocer-y-tratar-la-depresion
(S/f-a). Edu.co. Recuperado el 26 de enero de 2025, de https://repository.ucc.edu.co/server/api/core/bitstreams/49b8ca9b-152b-4e23-8f0c-d7aed0244343/content
(S/f-b). Apa.org. Recuperado el 26 de enero de 2025, de https://www.apa.org/topics/chronic-illness/cronicas
Las enfermedades crónicas afectan al “bienestar emocional” de las personas que conviven con ellas. (2022, octubre 27). Plataforma de Organizaciones de Pacientes. https://plataformadepacientes.org/las-enfermedades-cronicas-afectan-al-bienestar-emocional-de-las-personas-que-conviven-con-ellas/