La confianza en quién eres realmente, las capacidades que tienes y lo que has logrado en la vida, es lo que construye tu autoestima, lo demás, hace parte de un juicio ajeno.

Por: Neighbors’ Consejo|

«La satisfacción de la necesidad de autoestima conduce a sentimientos de autoconfianza, valía, fuerza, capacidad y suficiencia, ser útil y necesario en el mundo.»

Abraham Maslow

Los seres humanos tienen la tendencia a valorar su desempeño en la vida y en el entorno, a partir del éxito o el fracaso que consigan, lo que lleva a la persona a tener unas percepciones de sí mismo y que pueden resultar positivas o negativas. Esto sin duda, podría considerarse una descripción general de lo se conoce como autoestima, pero realmente este término tan investigado durante las últimas décadas, encierra aspectos que van mucho más allá de la valoración propia y ajena.

Inicialmente, en los años 1890 el filósofo y psicólogo estadounidense William James, utilizó por primera vez el término autoestima, para referirse “a la medida en que las personas se valoran a sí mismas según el éxito o fracaso percibido al alcanzar sus objetivos.” (Citado en Enrique & Muñoz, 2014) De manera similar, Musitu y otros, definen la autoestima como “el concepto que “uno tiene de sí mismo, según unas cualidades que a sí mismos se atribuye. (1996 Citado en Ortega et al., 2000). Para James, la percepción que el sujeto tiene sobre sí mismo corresponde a la relación entre éxitos personales y pretensiones. (Citado en Pastor et al., 2003)

En otras palabras, es lo que se logra conseguir en la vida (metas), sobre lo que se pretendía conseguir (aspiraciones). Bueno, es que la competencia de lograr lo que uno se propone en la vida produce experiencias positivas que se traducen en el reconocimiento de otros y en la autoconfianza, lo que es similar al concepto brindado por Peker y otros (2017) basados en Hewit (2002), quien define la autoestima como “una actitud acerca del sí mismo que está relacionada con las creencias personales sobre las propias habilidades, las relaciones sociales y los logros futuros.”

Lo anterior permite deducir: primero, que la autoestima se convierte en una de las principales fuentes de motivación para conseguir los objetivos y la propia felicidad; y, segundo, que sin duda es una construcción personal y social de todo el proceso vital del individuo. Pues, como ya se mencionaba, algunos factores internos como las creencias, las metas, y otros factores externos como la cultura y las experiencias sociales, familiares, educativas, etc., ya sean positivas o negativas van a influir en la formación de la autoestima.

Ahora bien, comprendiendo a la autoestima como fuente de motivación, es necesario revisar la propuesta Teórica de Abraham Maslow (1943) denominada teoría de la motivación humana. Para este Psicólogo humanista, las necesidades humanas están directamente relacionadas a la fuerza interior (impulsos) necesaria para superarlas. Maslow presenta una descripción de las necesidades humanas a través de una pirámide que consta de cinco niveles donde fueron jerarquizadas en base al bienestar personal. Y explica que, conforme se cubre cada nivel, el individuo aspira al siguiente que resulta ser más complejo, las necesidades fueran clasificadas así (Universidad americana de Europa [UNADE], 2020):

  1. Necesidades fisiológicas: Las cuales contribuyen al equilibrio del cuerpo y la supervivencia, como lo son la el hambre, la sed, el descanso, el vestido, el sexo.
  2. Necesidades de seguridad y protección: En estas se encuentran todas aquellas basadas tanto en derechos como en capital social y establecen las condiciones de vida. Algunas son: la vivienda y el empleo, la familia.
  3. Necesidades de afiliación: Incluye todo desarrollo afectivo y social donde el individuo establece vínculos, como: la asociación en grupos, aceptación, apoyo, afecto e intimidad sexual.
  4. Necesidades de estima: Está relacionado a cómo el individuo se valora a sí mismo y al resto de la sociedad, podría identificarse como la autoestima en sí, que se fortalece al cubrir todas las necesidades de este nivel, de lo contrario el individuo se sentirá acomplejado y carente de valor. Sin embargo, su exceso puede ser el origen de graves psicopatologías. Maslow dividió este nivel en: 
  5. Estima alta: es la que nos concierne a nosotros mismos. El respeto que infundimos en nuestra persona, la confianza, la independencia o la libertad.
  6. Estima baja: es aquella que tiene que ver con los demás. Destacan la reputación, la dignidad o la fama.
  7. Necesidades de autorrealización: Estas corresponde a las necesidades propias de cada individuo, no existe una definición concreta, son más bien una cadena de acciones que se desarrollan durante largos periodos de tiempo a través del crecimiento personal. Pueden incluir, por ejemplo: El desarrollo espiritual y moral, la búsqueda de la misión de vida, la ayuda desinteresada a los demás, etc.

Lo anterior, muestra la importancia de la autoestima para la satisfacción personal, el propio bienestar y la felicidad del individuo; igualmente revela que esta se conforma en base a todos las percepciones y experiencias sobre sí mismo positivas o negativas y que se crean en la relación con los demás a lo largo de la vida. En este sentido, Nathaniel Branden (1993), manifiesta que: “La autoestima es la experiencia de ser aptos para la vida” y que consiste en la confianza en las propias capacidades de pensar y enfrentar los desafíos de la vida, así como la confianza en el derecho a triunfar, a ser dignos y merecedores de la felicidad felices; en el derecho a suplir nuestras necesidades y gozar del fruto de los propios esfuerzos. (p. 33 de El poder de la Autoestima)

Según Cortés de Aragón (1999 Citado en Válek, 2007), la autoestima está conformada por diferentes componentes, entre los cuales señala:

  1. Componente Cognoscitivo: Denominado autoconocimiento, autoconcepto, autocomprensión, autoimagen y autopercepción. Refiriéndose con ellos a la representación mental que cada uno elabora de sí mismo. Es decir, los conocimientos, las percepciones, creencias y opiniones que conforman la personalidad.
  2. Componente emocional- evaluativo: Todos los sentimientos y emociones referidos a sí mismo. Se denomina autoaceptación, autoevaluación, autovaloración y autoaprecio. En la medida que estos sentimientos sean asertivos la persona puede gestionar su propio crecimiento personal.
  3. Componente conductual: Implica acción hacia el exterior o actividad con el entorno, en otras palabras, interacción y adaptación al medio. Puede definirse en términos de: conducta coherente, conducta congruente, conducta responsable, conducta autodirigida, autonomía, autodirección entre otras.

Retomando la importancia que tiene el afecto y el reconocimiento en el desarrollo emocional e integral de la persona, queda claro que la autoestima no es estable, pues como ya se ha mencionado es variable conforme a los cambios del ambiente y por tanto se desarrolla, puede aumentar o disminuir y debe cultivarse. Así, por ejemplo, desde que el ser humano nace, necesita experimentar el amor de su familia o sus cuidadores para sentirse protegido y confiado, esto sin duda, influye en la forma en que el niño y posteriormente el adulto se percibe, se relaciona y se comporta.

A medida que el niño crece e inicia su periodo escolar, se enfrenta a nuevas situaciones en donde desarrolla mayores habilidades sociales y cognoscitivas que se ponen a prueba y se miden por éxitos o fracasos, de tal manera que se forma un concepto de cómo se es percibido por lo demás y esto impacta significativamente en la forma de percibirse a sí mismo. Pues, durante el proceso escolar se pone a prueba las capacidades o limitaciones del menor, las cuales serán valoradas por los demás (maestros, padres, compañeros, etc.), de forma positiva o negativa.

Cabe aclarar, que las experiencias o valoraciones negativas, no significan la ausencia de autoestima, como lo plantea Pedro Ortega y otros (2000), dichas experiencias pueden integrarse al individuo de manera positiva y convertirse en el impulso de nuevos proyectos. Esto muestra una vez más que, la autoestima no es solo el resultado de la valoración propia o de la de los demás, más bien es una relación entre diversos factores externos como: La socialización, el entorno escolar o laboral, la cultura, etc., e internos como: Las actitudes, los sentimientos, las creencias, etc.).

Sobre todo, hay que considerar a la adolescencia como una etapa fundamental en el desarrollo de la autoestima, durante estos años de cambios biológicos, psicológicos, sexuales y sociales, el niño descubre su identidad. Pues, ya cuenta con la capacidad para reflexionar y pensar sobre sí mismo, aceptar su imagen corporal y así dar inicio a la formación de un concepto sobre su persona. En efecto, la valoración positiva o negativa de sí mismo, conlleva al desarrollo de una autoestima alta o baja respectivamente. (Flores et al., 2015) Dicho de otra manera, la autoestima en cualquiera de sus dimensiones alta o baja va a interferir en el desarrollo psicológico y social de la persona y en todos los aspectos de la vida, escolar, laboral, familiar, social, sexual, etc.

En cuanto a las características de las personas poseedoras de autoestima Branden, establece que estas incluyen (1995 Citado en Bernal, 2013):

  • Racionalidad: Es el ejercicio de la función integradora de la consciencia que genera principios desde hechos concretos, relaciona los nuevos conocimientos y la información del contexto existente. Siempre está en búsqueda del significado y la comprensión de las relaciones.
  • Realismo: Esto significa que mantiene respeto por los hechos; distingue entre lo real y lo irreal. Olvidar esta diferencia es incapacitante. Una alta autoestima está intrínsecamente orientada a la realidad. Valorar sus habilidades de forma realista, mantiene una vida afectiva disciplinada y con un buen autogobierno,
  • Intuición: Se expresa en la alta sensibilidad a las señales internas provenientes del subconsciente y el respeto apropiado a éstas. Y resultan coadyuvantes en la integración de variables implicadas en la toma de decisiones complejas y rápidas.
  • Creatividad: Las personas creativas oyen y confían en las señales internas (intuición), su mente está menos subordinada a los criterios de los demás, valoran mucho los productos de su mente. Son más autosuficientes, valoran a los demás, aprenden de ellos y se inspiran en ellos.
  • Independencia: Pone en práctica ser totalmente responsable de la propia vida lo que es un indicador de una autoestima saludable.
  • Flexibilidad: Tiene la capacidad de reaccionar a los cambios, pues no vive en el pasado, mantiene confianza en sí mismo para moverse con agilidad y apertura. Una persona con baja autoestima por el contrario se considera rígida mentalmente ya que no confía en sus capacidades para hacer frente a lo nuevo o dominar lo desconocido.
  • Capacidad de afrontar los cambios: Está relacionado con lo anterior, pues la persona fluye con la realidad y reacciona a tiempo. 
  • Deseo de admitir (y/o corregir) los errores: Los hechos, la realidad y la consciencia tienen prioridad sobre las creencias. Corregir un error se considerará mejor que fingir no haberlo cometido. No siente vergüenza, admite sus errores, así se libera del sentimiento de culpa. Lo que para una persona con baja autoestima significa una humillación.
  • Benevolencia y cooperación: El respeto es interiorizado por los niños en su desarrollo y, por tanto, tratan a los demás con respeto; de modo que de forma espontánea asume actitudes de cooperación para la consecución de objetivos compartidos y de trabajo en equipo.
  • La empatía y la compasión: Se encuentran en aquellas personas cuya autoestima es muy alta pues resulta del reflejo de la relación consigo mismo.

Algunos aspectos mencionados revelan que la persona con autoestima alta, busca la satisfacción personal y vive de forma plena. Son asertivos, agradecidos y respetuosos de la realidad y de sus semejantes, lo que le lleva a practicar valores como la honestidad, la tolerancia, la comprensión, la confianza, la aceptación, entre muchos otros que son fundamentales a la hora de afrontar nuevos retos.  Sin embargo, cuando las personas tienen una autoestima demasiado alta o conocida también como autoestima hinchada, se considera muy negativo pues, esto puede ser sinónimo de arrogancia o de considerarse superior a los demás. Algunos problemas que se pueden presentar son: el aislamiento social, las conductas agresivas, la ansiedad, el narcisismo, y la dependencia psicológica, entre otros. (Rodriguez, 2021) 

En cuanto a las personas con baja autoestima, Maria Naranjo (2007) en base a García (2005) plantea que mantienen actitudes características dentro de las cuales se incluyen:

  • Autocrítica severa y excesiva: Mantiene a la persona en un estado de insatisfacción consigo misma.
  • Hipersensibilidad ante la crítica: Se siente exageradamente atacada o herida; descarga la culpa de sus fracasos a las demás personas o a las situaciones y cultiva resentimientos persistentes contra sus críticos.
  • Indecisión crónica: Por el temor exagerado a equivocarse.
  • Deseo innecesario por complacer: No se atreve a decir que no, por miedo a desagradar y a perder la buena opinión de los demás.
  • Perfeccionismo: Autoexigencia esclavizadora de hacer perfectamente todo lo que intenta, que le conduce a un malestar interior cuando las cosas no salen como se esperaba.
  • Culpabilidad neurótica: Realiza constantemente autoacusación y condena por conductas que siempre son objetivamente incorrectas. Exagera sus errores o los lamenta indefinidamente y no se llega a perdonar completamente por ello.
  • Hostilidad o irritabilidad: Siempre está a punto de explotar aún por asuntos de poca importancia, suele estar disgustado, decepcionado e insatisfecho.
  • Tendencias defensivas: Mantiene un negativismo generalizado y una incompetencia hacia el gozo de vivir y de la propia vida.

Dicho por otros autores, que se puede relacionar con aspectos más significativos como el bajo rendimiento académico, la depresión y otras situaciones como la delincuencia (Santrock, 2002). Cuando una persona desarrolla su autoestima en base a las creencias de los demás, son menos autónomos, esperan mucho más de los otros que de ellos mismos, por lo que están en constante riesgo de sufrir desilusiones (Satir, 1980). Indica Molina (1996), que estas personas, presentan características emocionales como:  la agresividad, timidez, alarde, impaciencia, competitividad, arrogancia, crítica, rebeldía ante figuras de autoridad, entre otras. (Citados en Naranjo, 2007)

Otras expresiones de una baja autoestima serían: La impulsividad, los celos, la envidia (Villalobos, 2019). También el aislamiento social, el insomnio, los trastornos de la conducta alimentaria, las autolesiones y la ansiedad. (Rodriguez, 2021) En realidad, la persona con este tipo de autoestima no confía en sus capacidades y habilidades y esto se refleja en su inestabilidad e inseguridad frente a casi todo lo que hace.

Así que, mantener una autoestima equilibrada es importante para el bienestar integral, recuerda que si tu autoestima está afectando tu salud mental y tus relaciones sociales es necesario consultar un profesional, que te ayude a aceptar y potenciar las propias habilidades. A continuación, te presentamos algunos tips para cuidar de tu autoestima, recopilados por el Psicoterapeuta Jorge Domínguez en su portal web, como lo son:

  1. Práctica la objetividad: Puede iniciar con ser justo con los propios esfuerzos y la manera de evaluar las circunstancias en las que los ejercemos. Por ejemplo: Cuando tienes claro que si obtienes un mal resultado en el trabajo alguna vez por una circunstancia que no dependía de usted, eso no le convierte en un mal trabajador.
  2. No Generalizar: Evita frases como nunca, siempre, todo, nadie. No saques conclusiones generales de situaciones particulares, así tu cerebro se acostumbrará a tener una perspectiva clara de las cosas.
  1. Adquiere el hábito de expresarse en positivo: Utiliza el lenguaje de forma positiva pues el cerebro no reacciona bien a frases que llevan un NO, así que evítalo. En lugar de utilizar frases como «no soy buena en la escuela», puedes decir «hay cosas que se me dificultan».
  2. Ten en cuenta tus éxitos: Será como una vitamina para mantener sólida tu autoestima. Valorar tus triunfos y metas cumplidas te recordarán de lo que eres capaz y te permitirá reconsiderar todas las herramientas que tienes para avanzar en el camino.
  3. No te compares: Es mejor reconocer tu individualidad y tu unicidad, es decir todo aquello que te hace único; recuerda que todos somos diferentes y eso hace parte de nuestro valor.
  4. Confía en ti y acéptate: Haz un inventario de todos los recursos y herramientas con las que cuentas para lograr aquello que te propones o quieres conquistar, por ejemplo: tu inteligencia, tu familia, amigos, etc., lo tienes porque lo mereces y eres capaz de conservarlo.
  5. No te obsesiones: Autoexigirse no siempre es bueno,se vale tener un mal día y reconocerlo no está mal. Lo importante es no quedarte en que siempre será igual.

Para finalizar, la autoestima es un proceso dinámico, que se forma a lo largo de la vida y se desarrolla a partir de los pensamientos, sentimientos y creencias que surgen sobre sí mismo desde las experiencias vitales ya sean positivas o negativas. Lo importante, es que el concepto que formamos de nosotros mismos sea lo más realista posible, pues unas expectativas muy altas, no permitirán que desarrollemos todo nuestro potencial, al contrario, nos hará sentir fracasados y esto sin duda afectará nuestro comportamiento y nuestra forma de relacionarnos, entonces mejor será conseguir una autoestima sana que favorezca el ajuste y el bienestar integral.

Referencias:

Bernal, Alfredo. (2013). Una revisión histórica de la teoría de la autoestima: de William James a Nathaniel Branden, y un análisis de los seis pilares de la autoestima, de Branden (Tesis de Licenciatura). Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México. Recuperado de: http://132.248.9.195/ptd2013/agosto/0692550/0692550.pdf

Branden, Nathaniel. (1993). Poder de la Autoestima. Paidos Ibérica, Ediciones S. A.

Flores, J., López, J., Mares, M., & Ordaz, G. (2015). Autoestima y desempeño escolar en alumnos de preparatoria sobresalientes y con bajo rendimiento intelectual. Memorias. Fesz XXV Foro de Psicología Educativa. https://foroeducativa.com.mx/pdf/Memoria2015.pdf#page=29

Naranjo, M. (2007). Autoestima: un factor relevante en la vida de la persona y tema esencial del proceso educativo. Actualidades investigativas en educación, 7(3), 1-27. Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/447/44770311.pdf

Ortega Ruiz, P., Mínguez Vallejos, R. F. R., & Rodes Bravo, M. L. (2000). Autoestima: un nuevo concepto y su medida. Teoría de la educación: revista interuniversitaria. Recuperado de: https://redined.educacion.gob.es/xmlui/bitstream/handle/11162/173247/2868-8368-1-PB.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Pastor, Y., Balaguer, I., & García-Merita, M. L. (2003). El autoconcepto y la autoestima en la adolescencia media: análisis diferencial por curso y género. Revista de Psicología Social, 18(2), 141–159. doi:10.1174/021347403321645258. Recuperado de: https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1174/021347403321645258

Peker, G., Rosenfeld, N., Febbraio, A., Loiza, C., Abalo, M., Serfaty, D., Rodríguez, S., &  Stigliano, M. (2017). Autoestima y adolescencia. IX Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XXIV Jornadas de Investigación XIII Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología – Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires. Recuperado de: https://www.aacademica.org/000-067/194

Rodriguez, R. (Julio 5, 2021). Autoestima: ¿Qué es? ¿Qué podemos hacer para subirla?. Recuperado de: https://www.psiquion.com/blog/autoestima

Universidad Americana de Europa (UNADE). (Abril 28, 2020). ¿Para qué sirve y cómo me afecta la pirámide de Maslow?. Recuperado de: https://unade.edu.mx/para-que-sirve-la-piramide-de-maslow/.

Valek, M. (2007). Autoestima y motivaciones sociales en estudiantes de educación superior. Recuperado de: https://www.eumed.net/libros-gratis/2011b/971/index.htm

Villalobos, H. P. (2019). Autoestima, teorías y su relación con el éxito personal. Alternativas en psicología, 41, 22-32. Recuperado de: https://www.alternativas.me/attachments/article/190/2.%20Autoestima,%20teor%C3%ADas%20y%20su%20relaci%C3%B3n%20con%20el%20%C3%A9xito%20personal.pdf

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